2/12/21

PIRATERÍA CHINA

EL VAPOR DOÑA MENCÍA
LUIS DELGADO BAÑÓN
vol. 33 Episodios Nacionales Marítimos
Ed Good Books, 2021




En esta nueva entrega de la saga, protagonizada por el miembro de la quinta generación de Leñanzas, el ya capitán de fragata Santiago Leñanza y Muñoz, al cual le es encomendada una especial y secreta misión que le tendrá embarcado durante una buena temporada, si bien no tan alargada como la anterior campaña del Pacífico. Comienza la narración en el año 1867, con el deseado reencuentro familiar de Santiago en Cádiz, al retorno de esos cuatro largos años. Tras un tiempo de holganza y a la espera de destino, finalmente Santiago recibe  del ministro una muy atractiva propuesta, que por otra parte tiene un carácter secreto y supone una organización paralela y conjunta con otros países, formando un equipo internacional que navegará de incógnito, camuflado oportunamente como marina mercante, para mantener la misión en absoluto secreto.

Una vez conseguido el barco adecuado para tal misión, resulta ser el transporte  artillado San Quintín, en el que Santiago fue enviado a la búsqueda de San Borondón y en cuyo viaje conoció a su esposa. De ahí que el buque, una vez “disfrazado” de mercante, sea rebautizado como «Doña Mencía», rindiendo su comandante Santiago homenaje de honor a su joven esposa. 
La misión a realizar requería una serie de pasos previos, reuniones internacionales en   diversos países (Brasil, EE.UU., Hawai, Filipinas) con los comandantes de los otros buques participantes, lo cual llevará a nuestro protagonista a un periplo que recuerda el de Magallanes  y Elcano, ya que cruzará el Atlantico, doblará el cabo de Hornos, costaneará el continente americano de sur a norte hasta San Francisco y posteriormente cruzará el Pacífico, recalando en diversas islas de gran encanto hasta Manila, donde comenzará realmente su importante misión, que es una misión de guerra. 

La narración alterna detalles de navegación, relatos y curiosidades históricas, detalles geográficos, pero también momentos de tensión, fuertes tormentas, encuentros inesperados, y finalmente unas dramáticas escenas de batalla muy emocionantes y con gran fuerza expresiva. Santiago Leñanza desempeñará un importante papel en esta fuerza internacional, dejando muy alto el pabellón español.

El lector viajará, pues, a lo largo de la narración, por diversos mares y irá descubriendo muchas historias relativas a las ciudades y países que el buque visitará, a lo largo de su derrota marítima, además de seguir con interés las peripecias, emociones, sobresaltos y disfrutes de los protagonistas. La narración se hace muy amena y atractiva, pues esa alternancia de ficción literaria, información histórica y relato de viajes compone un conjunto altamente prometedor y de recomendable lectura.

Fuensanta Niñirola

Luis M. Delgado Bañón (Murcia, 1946) es escritor y militar español, capitán de navío del Cuerpo General de la Real Armada Española. Entre sus obras destaca su proyecto, aún en curso, de escribir una serie de 56 novelas que ilustren sobre la historia naval de España entre el momento de su mayor esplendor, durante la segunda mitad del siglo XVIII hasta la guerra civil española. Su interés principal en la escritura de esta serie es el de llenar un hueco necesario en la narrativa histórica española.El autor, que reivindica la importancia de la historia de la Real Armada en el pasado de España, es un gran conocedor de sus hechos que ha sido director del Museo Naval de Cartagena y delegado del Instituto de Historia y Cultura Naval en el Mediterráneo durante trece años.​ 



19/10/21

CUENCA DIBUJADA


CUENCA EN CINCUENTA ACUARELAS

ANTONIO F. PONCE

NPQ Editores 2021



Atractivo libro ilustrado, en el que las imágenes son protagonistas absolutas. Su autor, Antonio F. Ponce, licenciado en Bellas Artes por la Facultad de San Carlos de Valencia, y originario de Cuenca, ha querido recrear 50 rincones de su encantadora ciudad natal, usando la técnica de la acuarela en cada dibujo. Seguidor de los movimientos Urban Sketchers, este trabajo surgió en los momentos más duros del confinamiento pandémico, en los que el artista se concentra en su vida interior, dejando brotar su imaginación y recuerdos, sus deseos y emociones. 

Los dibujos incluidos en este libro recorren la ciudad de Cuenca paso a paso, tanto deambulando por sus calles y edificios como en espectaculares vistas exteriores a distancia. En algunas aparecen figuras, paseantes, turistas o simplemente vecinos que salen a su trabajo o a sus compras. La vegetación está igualmente presente en una gran cantidad de imágenes, en buen maridaje con la arquitectura. La Posada de San José, el Convento de las Petras, la iglesia De San Pedro, las Casas Colgadas, el Monasterio de la Inmaculada…son algunas de las representadas en estos dibujos, seguidos de breves textos comentando algunos detalles de los edificios o rincones . 



Acuarelas fluidas, con toques de plumilla, perspectivas interesantes y colores suaves que producen una agradable sensación a la vista, y hacen que el espectador recorra la ciudad pasando las páginas de un libro realmente simpático.

Aunque Ponce ha dedicado muchos años a la pintura al óleo, y sobre todo se ha especializado en retratos, realizando numerosas exposiciones y encargos, en esta ocasión ha preferido, para plasmar el espíritu de Cuenca, la difícil técnica de la acuarela, que da un toque muy especial a sus dibujos.


En este vídeo se pueden ver imágenes del libro: https://youtu.be/_0pd43c0w4c



Fuensanta Niñirola



14/10/21

EN TREN HACIA ORIENTE


ORIENT EXPRESS. EL TREN DE EUROPA
MAURICIO WIESENTHAL.
ACANTILADO, 2020.



La literatura del tren tiene que ser, por fuerza, impresionista y confusa. Se funden los recuerdos en nuestra vida, igual que se suceden las estaciones, más allá de cualquier argumento. Todo se vuelve pequeño cuando nos ponemos en viaje. El tren nos da un destino, una distancia, un más allá sin trascendencia ni juicio final. Y eso hace más bellas y voluptuosas las historias que, como las noches del tren o las aventuras de amor, no tienen principio ni fin.”


El autor viaja en un moderno Orient Express, desde Inglaterra hasta Estambul. Durante el viaje hace amistad con varias personas, con las que tiene largas conversaciones que, seguidas de digresiones, reflexiones y recuerdos, componen el contenido de este amenísimo texto. Lady Edith y su estirada madre, lady Victoria, el general y su nieta Tatiana, conversan con el autor en diferentes momentos, y finalmente comparten algunos paseos por Estambul y  algunas comidas. Mister Moulton, el conductor de su vagón, también intercambia comentarios y sugerencias, donde se mezclan los recuerdos del autor y la ficción literaria. 


Ese viaje es el hilo conductor de otros muchos viajes, algunos hechos por el autor en los años sesenta y setenta, otros realizados por múltiples personajes, célebres por distintas  situaciones, que viajaron en el Orient Express en épocas muy diversas, e incluso como Agatha Christie o Graham Greene, escribieron famosas novelas sobre ello. Famosos políticos, artistas, aristocráticos y exóticos viajeros, como rajás indios con su harem…espías, escritores, mujeres de bandera…

Victoria fue la primera reina que viajó en tren, cuando este medio de transporte se consideraba todavía muy peligroso. Cruzó incluso el impresionante puente del Tay, sin sospechar que, cinco meses más tarde, ese prodigio de la ingeniería sería arrastrado por una tormenta”



Pero no solo se habla aquí de este tren, sino de muchos otros trenes, y de los diversos recorridos que el Orient Express tuvo a lo largo de los años desde su creación.  Conocerá el lector el origen y las circunstancias que rodearon los comienzos del Orient Express, cuyos tres primeros vagones nacieron en Bruselas, en 1883, por obra de la Compagnie Internationale des Wagons-Lits, fundada por el empresario belga Georges Nagelmackers en 1876. Muchos empresarios pretendían abrir las fronteras europeas a nuevos mercados de oriente. Esos primeros vagones se habían de detener al toparse con el Danubio un poco más allá de Bucarest. Como aun no había puente para cruzarlo, los viajeros debían embarcar para llegar a la otra orilla, y allí comenzaba propiamente Oriente…un tren local transportaba a los primeros viajeros hasta la costa del mar Negro y desde allí a Estambul. ¡Toda una aventura! Más tarde, en 1889, el tren recorrería Budapest, Belgrado y Sofía sin transbordos.

La noche del 19 de mayo de 1977 el último tren directo París-Estambul abandonaba melancólicamente la Gare de Lyon. La mayoría de los pasajeros que viajábamos aquel día arrastrábamos nuestras propias maletas, y sólo de tarde en tarde se oía el estrépito de las carretas de los porteadores.”


En 1982 se inauguró un nuevo Orient Express que recorría de Londres a Venecia, sin carbón, con líneas electrificadas, perdiendo gran parte de su encanto.


Distintas circunstancias luctuosas ocurrieron a través de los años de circulación de los trenes: descarrilamientos, ataques de bandidos, incendios, grandes nevadas que mantuvieron el tren paralizado durante días…algo de esto se ve reflejado en la novela de Agatha Christie, concretamente la impresionante nevada de 1929 en la frontera turca. Ya al llegar a Venecia, los canales estaban helados y la ciudad completamente blanca. Pasada la frontera de Rumanía y cruzando Bulgaria la cosa empezó a ponerse realmente fea. A 130 km de Estambul, el tren quedó paralizado por completo ¡durante seis días!… No podían enviar mensajes ni pedir ayuda, en Turquía no había personal limpiando las vías. Los propios viajeros hubieron de organizarse para abrir un túnel en el hielo hasta que al final un grupo consiguió alcanzar un pequeño pueblo turco que les proporcionó, comida, leña y raquetas para andar por la nieve. Al final se consiguió organizar el rescate y el séptimo día volvió a ponerse en marcha el tren. 

Esta y otras muchas anécdotas pueden encontrarse a lo largo de los 32 capítulos del libro, muchas son históricas y otras muchas son personales del autor, viajero impenitente.

 


Los viejos trenes de lujo, aquellos hoteles rodantes en los que vivimos nuestros primeros desvelos de aventura, han ido desapareciendo de Europa. Se fueron, se van, se irán a las vías muertas, arrastrados por las guerras y las prisas, por las burocracias y por la irremisible decadencia de los ideales que constituían la base de nuestra cultura europea.”



Mauricio Wiesenthal (
Barcelona, 1943), además de escritor, ha sido profesor de Historia de la Cultura y conferenciante invitado en varias universidades. Entre sus obras destacan los ensayos La belle époque del Orient Express (1979) e Imagen de España (1984) y la novela El testamento de Nobel (1985). Su pensamiento y su estilo literario son herederos del gran legado cultural europeo, tradición en la que se inscribe su «Trilogía europea» (Libro de Réquiems, 2004; El esnobismo de las golondrinas, 2007; y Luz de vísperas, 2008). Siguiendo mi camino (2013), Rainer Maria Rilke (2015), La hispanibundia (2018), Orient-Express (2020) y El derecho a disentir (2021).



Fuensanta Niñirola

7/10/21

MUJERES ROMANAS


MÁS TEMIBLES QUE ANÍBAL

JAVIER TAZÓN


2021




Más temibles que Aníbal parecen ser las mujeres retratadas en esta historia. Porque si de hombres es la guerra, de mujeres es la polémica verbal. Y en este texto se ve muy bien reflejado ese comportamiento femenino, en sus distintas vertientes, positivas y negativas.

Los recuerdos y los sueños de la anciana Tertia Emilia, la cual, en su hora postrera, asistida por una casi ciega Florila, y rondada por Nix, la Diosa de la Noche, hace emerger de las profundidades de su memoria hechos que ocurrieron en Roma durante los años de guerra contra el ejército de Aníbal en la península italiana, y los luctuosos sucesos posteriores, en los que se quiso acabar con los ritos dionisíacos, importados de Grecia y contrarios a las sobrias costumbres tradicionales romanas. Una serie de personajes están dramáticamente  implicados en esos hechos.


Los dioses de los vientos Volturno y Aquilón u Orfión describen, sobrevolándolas, las batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas. Batallas que supusieron enormes y humillantes derrotas para el ejército Romano, por la mala dirección y gestión de sus generales, que no valoraron suficientemente la fuerza de los púnicos, y convirtieron a Roma en una población de viudas, huérfanos, y madres sin hijos. Uno de los personajes, Marco Floronio, cuenta a su familia más batallas y movimientos militares vividos junto a Publio Cornelio; impresionante el recuerdo de la batalla de Zama, donde finalmente el poderío romano se impone sobre Cartago. Otras voces son las de Atilia y Sulpicia, viudas de Postumio y Rufo, las cuales se cuentan una a la otra los terribles castigos a las adúlteras y la reacción contra ciertas mujeres acusadas de sacrilegio tras la ley Oppia presentada por Catón.


Además de las grandes batallas citadas, se ve reflejado en la novela un conjunto de movimientos sociales: las protestas y manifestaciones de las masas femeninas lideradas por Lelia Paulina, esposa -y después viuda- de Cayo Floronio, general en la guerra contra  Aníbal. Las maquinaciones de los malvados Tito y Pictor, cuya obsesión se centraba en machacar la dulce unión de Secunda y Cantilio; las aventuras guerreras de Cantilio y Marco Floronio, y sus desventuras amorosas; la educación de Floronia como vestal por la gran Opimia; las relaciones entre Publio Cornelio Escipión y Tertia Emilia, la maledicencia de Manlia, Sulpicia, y Atilia. Y los resquemores del censor ultra conservador Marco Porcio Catón, eterno perseguidor del lujo y la lujuria, y de toda costumbre no romana. Pacula Annia, esposa de Marco, protagoniza las fiestas dionisíacas, las bacanales, narradas impersonalmente. Todo ello recrea una Roma muy tangible y muy cercana.


Los años pasan y Tertia va recordando sucesos posteriores: cómo el resentido Catón dirige al Senado sus invectivas contra muchas mujeres acusadas sin claras pruebas de prostitución, lujuria y peligrosos ritos báquicos. Y cómo algunos de los supervivientes a las masacres consiguen la venganza contra los malvados instigadores de crímenes múltiples. Finaliza la narración con el encuentro postrero de un viejo y enfermo Catón con una agonizante Tertia y la descripción de los ritos funerarios tras la muerte de esta.

En suma, una obra coral donde desde diversos puntos de vista se relatan los hechos que tuvieron lugar históricamente en la Roma republicana y que se centran en la enemistad entre Escipión y Catón y en la sangrienta represión de las fiestas bacanales en los años 180 a.J. Los narradores van alternándose, si bien la principal línea de narración es la de Tertia Emilia. 


Javier Tazón Ruescas, santanderino, nacido en 1953, es licenciado en Derecho, ha ejercido como urbanista, ha creado asociaciones gastronómicas como la Cofradía de la Sidra y la Asociación Gastronómica de Escalante y ha sido también profesor de técnica literaria.




Fuensanta Niñirola.

30/9/21

LUCRECIA E ISABEL


LUCRECIA BORGIA
(1480-1519)

Bajo una nueva luz

ISABEL BARCELÓ CHICO

Prólogo de Joan F. Mira

Editorial Sargantana, 2021





El Archivio di Stato di Modena, impulsor de la reciente transcripción y publicación de sus cartas,  así como del inventario del guardarropa y de joyas de la duquesa de Ferrara, ha publicado en 2020 esta investigación, a la que Isabel Barceló ha tenido felizmente acceso;  Isabel Barceló, gran estudiosa de Roma, de la historia y cultura italianas, revisa toda esta novedosa y reciente documentación, extrayendo múltiples datos y situaciones que nos muestran la vida de Lucrecia desde una perspectiva mucho más innovadora. 

Podemos considerar, pues, esta biografía como la más actualizada de las publicadas hasta ahora, puesto que su autora ha tenido acceso directo a esas novedosas investigaciones italianas. Divulgativa, nada académica, escrita con gran elegancia y recreando escenas que recompone con gran detalle literario, por el atento estudio de correspondencia, ropajes, comidas, detalles de ornamentación, libros, etc. 


La vida de Lucrecia tiene dos escenarios, y en dos partes se divide el libro: la de Roma y la de Ferrara. 

Los años (1480-1501) en que Lucrecia nació y vivió en Roma, hija predilecta del cardenal Rodrigo Borgia (después papa Alejandro VI), son los años de obediencia a su padre, en los que una jovencísima y casi impúber Lucrecia es prometida en matrimonio en función de las alianzas políticas, como era habitual en la época, tanto para los hijos varones como mujeres. Un primer matrimonio con Juan Sforza, señor de Pésaro, le fue impuesto con tan solo trece años. La siguiente alianza matrimonial fue la definitiva, y Lucrecia tuvo un papel importante en la elección del nuevo marido, que fue Alfonso de Este, heredero al ducado de Ferrara.

La segunda parte (1502-1519) es la que mejor describe el carácter y la fortaleza moral de Lucrecia, ya convertida en duquesa de Ferrara. Desde el momento en que asume su puesto en el Ducado de Ferrara, se convierte de facto en regente, puesto que su esposo el duque, principalmente se ocupaba de las relaciones, siempre belicosas, con los Estados circundantes, de mantener el ejército y proveerlo de cañones, viajando muy frecuentemente. 

La imagen de una mujer frívola y casquivana, irresponsable y generadora de conflictos desaparece por completo al leer esta biografía, que está ampliamente documentada, como apoya la bibliografía ofrecida. Los mapas, las numerosas ilustraciones, cronología, etc. añaden valor a este texto que garantiza no solo información sino tambien disfrute por su cuidada escritura y  elegante discurso.




                                                   Fuensanta Niñirola

20/8/21

LA VUELTA AL MUNDO DE BLASCO IBAÑEZ


LA VUELTA AL MUNDO DE UN NOVELISTA


VICENTE BLASCO IBÁÑEZ (1924)


La vuelta al mundo de un novelista – Libro I–                                                            

Estados Unidos, Cuba, Panamá, Hawái, Japón, Corea, Manchuria.  2007 – Alianza Ed. 352 páginas

La vuelta al mundo de un novelista – Libro II –
China, Macao, Hong Kong, Filipinas, Java, Singapur, Birmania, Calcuta.
 2007 – Alianza Ed. 352 páginas

La vuelta al mundo de un novelista – Libro III-                                                               

India, Ceilán, Sudán, Nubia, Egipto– 2007 – Alianza Ed. 384 páginas 


Blasco, consolidado ya como un escritor conocido mundialmente conocido tras su paso por Hollywood, afincado en su villa de la costa azul, en 1923 quiere desde su madurez ver mundo.  Todo el mundo, o al menos, dar la vuelta a este mundo tratando de captar la esencia de los principales y mas diversos puntos del planeta. Y no solo verlo para su propio conocimiento y disfrute, sino para contarlo. Como todo buen novelista, quiere relatar sus aventuras, sus impresiones, en este recorrido que –en esa época– resultaba aventurado, si lo comparamos con los viajes contemporáneos.





LIBRO I:

A modo de introducción, comienza el texto desarrollando un delicioso diálogo/monólogo entre Blasco y su otro yo: un alter ego negativo le recuerda su edad, la tranquilidad de su jardín, las incomodidades de tan largo viaje, y que harían falta años para conocer realmente cada país. Pero su yo positivo responde: 

El valor del tiempo está en relación con las facultades del que observa. Los días de viaje de algunos valen más que los años y los años de otros.” “El artista sólo necesita ver una parte de la verdad. El resto de la verdad lo adivina por inducción, y las torres afiligranadas que levanta con su fantasía son casi siempre más fuertes y duraderas que los edificios de mazacote, escrupulosamente cimentados, que construye la grisácea realidad.”

La base de operaciones, que él llama mi casa errante” era el yate Franconia, paquebote de 20.000 toneladas de la compañía Cunard, destinado exclusivamente a conjuntar un número determinado de viajeros cuyo objetivo era dar la vuelta al mundo. Iba a ser su transporte y a la vez su hotel, durante seis meses, si bien, en algunos tramos ciertos viajeros –entre ellos, Blasco– harían recorridos por tierra adentro para ver zonas y ciudades del interior, a veces en ferrocarril, a veces navegando por río, etc., pero siempre volviendo al Franconia más pronto o más tarde para seguir viaje.

Desde la cubierta del barco observa las luces y sombras de Manhattan y reflexiona sobre esa gran ciudad, que ya había visitado anteriormente. Una vez en marcha y en altamar,  describe el interior de su casa errante, que no funciona con carbón sino con petróleo, lo cual le admira y alegra por las ventajas que supone.  Después describe todos los espacios, tripulantes, compañeros de viaje, actividades y reflexiones sobre todo ello, recordando a Magallanes y Elcano, cuya hazaña quiere emular, en cierto sentido. 

La Habana, Cuba, es la primera parada. La ciudad es en esa época un hervidero de alegría y de dinero: casinos, restaurantes, hoteles, música, …azuuuúcar! Blasco es recibido con grandes honores y declarado huésped especial. La pena es que allí tiene un ataque de ciática que le mantendrá en su camarote e inactivo bastante tiempo.

El paso al océano Pacífico lo realiza por el recientemente abierto (en 1920) Canal de Panamá, cuya historia describe y detalla, además de admirar los bellísimos y verdes paisajes que rodean el canal, los distintos niveles que han de superar por medio de esclusas. Rememora la hazaña de Balboa descubriendo desde las alturas montañosas lo que llamó Mar del Sur, la importancia de Panamá mientras duró la dominación española y el origen y desarrollo de las obras del Canal. Cuenta su encuentro con el Presidente de la República y con otras personalidades del país.

Una vez parten, ya en el Pacífico, hacia el oeste, pero hacia el Norte primero, siguiendo la costa americana hasta Los Ángeles e incluso hasta San Francisco, donde recogen los últimos pasajeros norteamericanos del Franconia.

Transcurren los días sin que veamos un buque ni una tierra. Creemos vagar sin rumbo por el desierto marino, como si la vida humana hubiese terminado en todo el globo y fuésemos nosotros los únicos supervivientes de la universal catástrofe.”

Blasco pasará muchas jornadas sin ver tierra y dedica sus reflexiones a recordar la historia: Magallanes y su viaje pionero, los descubridores españoles de diversas islas del Pacífico, más tarde los galeones españoles desde Manila hacia Acapulco, etc. Muchas de las historias  las va conociendo Blasco por medio de diversos informadores en el Franconia, otras las va recordando.  La historia de Hawai y sus diversos gobernantes, las sorprendentes costumbres y atuendos, bailes y canciones le llevarán a imaginar aquellas islas como un lugar idílico. Así lo expresa Blasco: 

Empieza la música y empieza igualmente el encanto adormecedor, suave, «poético» —no puede emplearse otra palabra más exacta—, que vos va a acompañar todo el tiempo que permaneceremos en el archipiélago, siguiéndonos de una isla a otra.”

El paisaje de las islas, los volcanes tan especiales y distintos a los ya conocidos en Europa y América, el contraste entre el clima tropical selvático y el aire más templado e incluso frío de las áridas mesetas de lava petrificada, todo ello también sorprende y admira nuestro escritor, sobre todo él que había visitado el Vesubio, ahora visitará el Kilauea: 

Es una claridad roja, semejante a la de un incendio; pero un incendio inmenso, sólo comparable al de una ciudad que ardiese entera. Cuando nos aproximamos al lago de fuego las luces de los automóviles palidecen, hasta parecer unos redondeles opacos pintados de amarillo”.

Blasco también admira el tipo de sociedad hawaiana, donde el papel de la mujer es preponderante. Visita la capital y recibe una recepción del Gobernador y la Asociación de la Prensa.

De Hawai  parten hacia el oeste, y al cruzar el meridiano 180, 

nos ocurre algo extraordinario que sólo pueden conocer los que hayan dado la vuelta al mundo. Todos los pasajeros y tripulantes del Franconia perdemos un día de nuestra vida; mejor dicho, dejamos de vivir veinticuatro horas de nuestra existencia, que caen al mar sin ser utilizadas.”

 Saltaron del día 16 al día 18 de diciembre de 1923.

Conforme se van acercando a Japón, han de ir cambiando de vestuario porque las temperaturas bajan de modo radical. Japón había sufrido unos meses atrás un fuerte terremoto que había destruido Yokohama, Kamakura, afectado grandemente a Tokio y otras ciudades japonesas. Al acercarse se destaca la inmensa mole del monte Fuji, con su gorro de nieve en la cima. Los amigos japoneses de Blasco han resultado ilesos y le relatan con gran detalle los dramáticos sucesos que han destrozado las ciudades y que aun pueden apreciarse sus huellas. Llama la atención a Blasco el modo de desplazamiento por Japón: el koruma es un carrito del que tira un hombre. Se explaya el escritor en la descripción de la mitología japonesas, su concepción del mundo, de sus propios orígenes y de la ligazón entre las dinastías reales del Mikado y las divinidades. Visita detalladamente los templos de Kamakura. Su estancia en Japón, visitando Tokio e interesándose por las costumbres, ritos, alimentos, vestuario y relaciones sociales de Japón, el encanto de las geishas, la música japonesa…

La situación social de cada mujer se conoce por su peinado: La etiqueta japonesa creó cinco maneras de peinarse, para que los hombres no sufran equivocaciones al sentir interés por alguna de ellas.” “Un peinado japonés (femenino, se entiende) es algo complicado, dificultoso, monumental. El edificio de negros cabellos queda tan compacto y brillante, que parece de laca. Las mujeres generalmente sólo rehacen este peinado por entero una vez a la semana. Los otros días atienden a su alisamiento y brillo, dándole un baño de aceite de camelia.”

Advierte Blasco que en Japón se funden las tradiciones de 2.600 años y las rápidas transformaciones  de un progreso que solo tiene medio siglo. Los japoneses se han incorporado al mundo occidental casi de golpe, por lo que los contrastes y la pervivencia de las tradiciones se alternan y conviven en la sociedad japonesa. 

Hay dos Japones (sic): uno que ha entrado a todo vapor en la evolución universal del progreso, y otro que, por razones políticas interiores y por inercia, quiere permanecer unido a la primitiva tradición. Este espectáculo contradictorio y paradojal (sic) no puede durar. Ha persistido algunos años como los platillos de una balanza, no obstante sus pesos distintos, permanecen durante una milésima de segundo igualados en el mismo nivel. ” “Queda por ver en lo futuro si el japonés es un simple imitador o si al dar por terminado el ciclo de esta asimilación podrá contribuir al progreso universal con un aporte puramente suyo.”

Blasco abandona su base en el Franconia para recorrer el interior del Japón (Nikko, Kioto, donde describe los templos, las costumbres religiosas, la influencia del budismo, etc.  Osaka y su población industrial, y por el camino hacia el norte, los campos de té. Pasará luego a Corea que, en esa época estaba ocupada por Japón) y de allí a Manchuria, camino de China. Relata todo este recorrido, lo que observa, las diferentes tradiciones en Corea y en Manchuria, la historia de estos países y el concepto de samurái y del Shogunato. 

El frio reina en Seúl y Blasco ha de abrigarse bien en sus recorridos por Corea, donde asiste a los teatros y bailes coreanos, visita los templos y el famoso Buda Blanco. Sale en tren para Manchuria y China tres días después de visitar Seul.



LIBRO II:


Comienza con la llegada a China, que desde hace 14 años se ha convertido en una república tras deponer al emperador, estableciendo un Estado nuevo y excepcional. Aun así, hay mucho caos y los caminos son peligrosos por los bandoleros, por lo que los viajeros reciben la protección del ejército. 

Hay en todas las estaciones muchedumbres vestidas de azul. Hombres y mujeres usan el mismo traje, de idéntico color. El pantalón y la blusa son el uniforme de la nación china sin distinción de sexos. En los pueblos rurales se conserva la trenza varonil. Sólo los chinos de las grandes ciudades y los que viven en el extranjero aprovecharon la caída del Imperio para cortarse este apéndice tradicional.”

Verdaderamente sólo a partir del régimen republicano forma Pekín una ciudad única. Mientras existieron los emperadores estuvo compuesta de tres ciudades: la china, la tártara y la imperial, llamada también «Ciudad Prohibida», cada una de ellas con su defensa de anchos muros y puertas profundas, coronadas por castillos.” 

Y se pierde hablando de Marco Polo, de Gengis Kan y de los geomantes. Luego describe costumbres, edificaciones, la cocina china, los pies de las mujeres…la religión y la filosofía: Confucio y Lao Tsé.  Visita la Ciudad Prohibida, ya que la República ha abierto todas las residencias imperiales salvo una parte en la que aun vive el último emperador destronado, cuya existencia es un misterio, según Blasco. Describe detalladamente todo lo que ve en las distintas partes de la antigua ciudad imperial, jardines, lagos, edificaciones, su historia y vicisitudes. También relata la historia de las relaciones de China con los países de Occidente. Tras visitar Pekín es llevado a conocer la Gran Muralla, que, según Blasco representa para China lo que las Pirámides para Egipto. 2.400 km. de muralla es una obra inmensa de ingeniería y un trabajo de muchos años. Para llegar a ella, primero usa el tren y después a caballo. En tren, de nuevo hacia Mongolia, donde continúa la muralla, que recorre ahora, caminando.

Posteriormente se dirige a Shanghai en un tren especial, muy protegidos por tropas para evitar ataques de bandidos, en aquella época bastante habitual.  En el trayecto, Blasco reflexiona sobre lo que ve: 

La China no es un pueblo uniforme; existen dos Chinas: una la tradicional, que todos conocen, la China milenaria de los biombos, con ceremonias enrevesadas hasta la puerilidad y supersticiones distintas a las nuestras. La otra es el inmenso pueblo chino, agrupación humana la más dispuesta al trabajo, que soporta alegremente la fatiga y siente en todo momento el ansia de saber. (…) Indudablemente la joven República vive en un estado anárquico. Existen dos Repúblicas: la del norte, que es donde estamos, y la del sur, o sea la de Cantón, dirigida por el doctor Sun Yat Sen.”

Del tren pasará a un barco que recorrerá el Yang-Tsé o Rio Azul, y cruzan el Rio Amarillo (Hoan-Ho), viendo desde el barco los arrozales: 

Los arrozales del Japón, pequeños y tan escrupulosamente limpios como los estanques de un paseo, no son comparables con estas llanuras acuáticas que atravesamos durante horas y horas camino de Nankín, antigua capital de la China a orillas del río Azul.”

Shanghai le maravilla, descubriendo allí la parte más internacional de China:

 En la Concesión Internacional, verdadero núcleo de Shanghai, los edificios están ocupados por bancos, grandes oficinas mercantiles, y bazares enormes a lo norteamericano, fundados y dirigidos por chinos. Estas construcciones de numerosos pisos, al estilo de Nueva York, se alinean a lo largo de un río navegable cuya agua sólo se ve a pequeños trechos, tan abundantes son los vapores de comercio y los buques de guerra anclados en él. Unos policías indostánicos de anchas barbas y turbantes abultados, traídos por los ingleses, vigilan las calles de este Shanghai internacional.”

De Shanghai viaja por el Mar Amarillo a Hong Kong, Cantón y Macao, llegando por fin a las Filipinas, Java y finalmente, se abre la puerta de la India: Calcuta.



LIBRO III:

Comienza en la India y más tarde recorre Ceilán, pasando luego a África: Sudán, Nubia y Egipto. Queda admirado e impresionado por el ambiente de la India, tan distinto de China. Las multitudes en los bazares, los encantadores de serpientes, el «padre Ganges» y los palacios que le bordean en Benarés, las costumbres funerarias de los hindúes y los musulmanes, el brahmanismo y el budismo, sobre los cuales se explaya Blasco, aprovechando la visita a Benarés. 

La unidad de la India es hasta ahora una vana expresión geográfica. Existen tantas Indias como religiones. Y las religiones son los grupos humanos que más difícilmente llegan a entenderse para marchar juntos.(…)Si musulmanes y brahmanistas (sic) olvidasen sus odios religiosos, se verían obligados los ingleses a retirarse de la India, tal vez sin disparar un tiro, vencidos por la resistencia pasiva de centenares de millones de seres.”

Tras la India cálida visita la India fría, visualizando de lejos en Darjeeling las cumbres del Himalaya. Y de vuelta al mar, navegando en el Franconia hacia el sur, arriban a Ceylán –actual Sri Lanka–, de la que cuenta su interesantísima historia mitológica y real.

Ceylán le llama la atención por muchas cosas, visita el interior con las inmensos campos de té y canela, comprobando que los elefantes son usados para arar, entre otras cosas. El budismo tiene un ascendiente especial en esta zona, comprobando la gran cantidad de bonzos mendicantes, cargando su olla de cobre bajo la capa azafranada. Y la famosa reliquia, el diente de Buda, tiene su templo y su historia. La herencia portuguesa también llama la atención:

 No hay calle en que no viva algún Silva, Fonseca, Costa, Gómez, Fernando o Perera. (…)El vecindario indígena de Colombo parece ocuparse del porvenir político de la India más que del de otras ciudades. Casi todas las tiendas ostentan el retrato de Gandhi en lugar preferente.(…) Gandhi está en la cárcel desde hace meses a causa de su propaganda en favor de la independencia de la India, pero lo van a libertar de un momento a otro. Muchos comerciantes han colocado un anuncio sobre el mostrador declarando que venderán con rebaja de cincuenta por ciento el día que Gandhi salga de su encierro.”

Continua viaje recalando en Bombay, de la que resume su historia, remarcando la huella indeleble de San Francisco Javier, cuyos restos se encuentran en Goa. Esta zona de la India es la que más católicos y cristianos conserva, según afirma Blasco.

Desde Bombay se dirige en tren al interior para visitar las ciudades norteñas, las que pertenecieron al antiguo impero mogol. Delhi ya era la capital en esos años, (antiguamente lo era Calcuta). Desde el tren, Blasco se asombra ante la cantidad de ruinas inmensas y monumentales:

 Pasan ante nosotros mezquitas semejantes a pueblos, campos cubiertos de escombros, mausoleos agrietados, fortalezas partidas y tapizadas de musgo, que sirven de aduares a muchedumbres harapientas, palacios sin puertas entre jardines que tienen la verde melancolía del abandono. Todo es Delhi… Pero aún no hemos llegado al Delhi moderno; nos falta mucho para entrar en él.” 

En 1739 el rey de Persia Nadir Shah arrasó Delhi lo que dio comienzo al final del imperio mogol, que aun resistió, en plena decadencia, un siglo más, hasta la famosa sublevación de los cipayos en 1837, cuyo centro fue Delhi. La ciudad ciudades aledañas aun guardaban en tiempos de Blasco las huellas de la famosa sublevación. Agra conserva mausoleos y mezquitas, palacios y diversos pabellones que recuerdan el poderío imperial. El más impresionante es el Taj Mahal, construido por Shah Jahan para su esposa prematuramente fallecida Arjumand Banu, y que alberga los restos de ambos. Blasco se emociona:

 Soñaré toda mi vida al otro lado del mundo con el palacio blanco y sus jardines donde canta el agua bajo la luna… Y esta noche, que parece de otra existencia y no quisiera ver terminada nunca, sólo será un pobre recuerdo.”

De vuelta a Bombay visitará la isla de Elefanta, admirando sus templos socavados en la roca, preciosa arquitectura subterránea.

Ya en el Franconia y alejándose de la India, Blasco reflexiona sobre el sistema de castas, los rajás, los sijs del Punjab, etc., mientras empiezan a encontrar los barcos de peregrinos que van hacia la Meca: es el Mar Rojo…que, curiosamente admira como el más densamente azul de todo el viaje.

Desembarcan en Port Sudán, país del que nos cuenta historias y leyendas, como la de la Reina de Saba y Salomón. 

Hace siete días los indígenas que nos rodeaban eran indostánicos sonrientes, tímidos, bien educados. Ahora nos vemos entre negros atléticos, de jeta bestial, con los miembros de ébano surcados por rayas profundas, cicatrices de bárbaras heridas. ” 

La visita a Jartum, largamente esperada por el escritor, requiere citar al general Gordon y al Mahdí, de cuya historia hace larga exposición. Dias después se halla, al amanecer, ante los Colosos de Abu-Simbel, en el Nilo: 

Estamos en un templo egipcio, el más lejano de todos los construidos a orillas del Nilo. Para los que vienen de Europa, es el último monumento de tal especie que pueden visitar; para nosotros que llegamos de Asia, el templo subterráneo de Abu-Simbel significa nuestro primer encuentro con el arte egipcio.” 

Después visitará Assuán y viajará por el Nilo cuyos cambios e influencia en la vida de Egipto son ampliamente descritos. Llegar a Assuán le parece a Blasco que ya es contactar con Europa: 

Los criados llevan zapatos; en los hoteles hay domésticos franceses e italianos; en todo comedor se encuentra un maître dhôtel que ha trabajado en la Costa Azul.” 


Menfis y Tebas, Karnak, la historia de los faraones, el culto a los muertos, el Valle de los Reyes, las pirámides…

El rostro de la Esfinge es de una fealdad monstruosa. Le falta la nariz, y esto parece dar a sus ojos, que se conservan enteros y son de una fijeza perturbadora, cierto aire de ferocidad, semejante al de los guerreros tártaros, de cara achatada. (…) Esta antigüedad incalculable que se pierde en las brumas del amanecer protohistórico se va apoderando de nuestro pensamiento y reemplaza la primera y vulgar admiración de las dimensiones brutalmente grandes.” 

Visita inevitable es la del Museo de El Cairo y la historia de la piedra Rosetta, así como la universidad de El-Azhar. Finaliza Egipto con la visita a Alejandría,  en las tierras del delta. Blasco no puede evitar hablar de la famosa Biblioteca, incendiada por las tropas de Julio César. Y ya en el Mediterráneo, el Franconia desembarcará a nuestro escritor en Montecarlo. 

Permanezco dudando unos momentos: ¿Será verdad mi viaje alrededor del mundo, o lo he soñado y acabo de despertar?….”





Fuensanta Niñirola

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