MANUEL
VALERA
Evohé Ediciones, 2012
Este texto no es propiamente una
novela, y si lo fuera, ciertamente lo sería de un modo muy especial; en
realidad creo que es mejor calificarlo de cuento, más que de novela. Texto
pleno de metáforas y de imágenes bellísimas, con un contrapunto cargado de
amargura, suavizada por un humor hilarante, aunque muy ácido.
Lo que se nos cuenta en estas
páginas es un recorrido doble: físico y mental, real e imaginario. No en balde
se recurre a Alicia y sus maravillas para el título. Porque el autor se mueve
entre esos dos mundos, pasando constantemente a uno y otro lado del espejo con
una prosa maravillosa y poética, a veces, y desmesurada, hilarante y
esperpéntica, otras. Entre la vigilia y el sueño se mueve el
protagonista/narrador. Hay una Alicia, un reloj, el tiempo que marca va en
direcciones contrapuestas, la lógica desaparece: la locura y la razón se
alternan. Hay un invitado de honor, Robert Louis Stevenson, y tiene lugar un
juicio al final, aunque no le cortan la cabeza a nadie, porque no hay ninguna
Reina de Corazones que lo pida.
Isaías, el protagonista, narrador
y prácticamente único pasajero de este viaje/aventura, lleva una vida
rutinaria, amargada, siempre siguiendo un camino trillado. Eso los días
laborables. Los días libres los disfruta paseando, vagabundeando por Madrid, su
Madrid. Los paseos madrileños es un tema muy querido en la obra de Manuel
Valera, y se nota el gozo que le produce ese vagar impreciso, disfrutando de un
vuelo de pájaro, de un rayo de sol, de un viento moviendo las hojas en el
Retiro, en fin, sintiéndose libre en su caminar sin dirección y sin tiempo
fijado.
Alicia es una obsesión de Isaías,
como es una obsesión librarse de la tortura que implica la rutina de su trabajo.
Pero mientras soñar con Alicia es un dulce y placentero sueño, el trabajo le
quita el sueño y más bien le produce pesadillas. Tras una primera parte muy
poética, plena de fantasía y crudo realismo a ratos, siempre en pos de una
Alicia que cree real, el texto da un giro radical en la segunda parte: Isaías
parece haber traspuesto la línea de la cordura
y entrado en el reino de Alicia: descubre que la libertad consiste en
abandonar todo lo que le rodea y buscar ese Jardín que Alicia le ha hecho
entrever en sus sueños. El juicio que tiene lugar al final es una parodia
delirante del juicio del cuento.
Disparatado, esperpéntico, el
conjunto compone un canto libertario a la vida. Prosa y temas muy típicos de
este escritor y poeta, que casi podríamos decir que el libro es él mismo, con
ese estilo tan peculiar de querer la luna sin poder despegar los pies del suelo
para alcanzarla.
La portada y las diversas
ilustraciones interiores, a cargo de José A. García, se decantan por dar un
toque de cómic para acompañar el texto. Influenciadas, eso sí, por los propios
dibujos con los que John Tenniel decoró el texto de Carroll.
Manuel Valera, (Córdoba, 1976) Licenciado
en Ciencias de la Información, rama de Periodismo, por la Universidad
Complutense de Madrid y estudiante del Grado de Física, ha pasado por cuantos
medios se han inventado hasta ahora: prensa escrita, radio, televisión y
publicaciones en la web. Después de coquetear con el periodismo deportivo,
trabajó escribiendo guiones para el matinal de humor y actualidad La Monda, de
Europa FM. Ha sido hombre del tiempo en Canal Málaga, director de la
publicación mensual The Bridge Times, guionista del programa infantil
Comecaminos en Clan TV y coordinador de guión de los magacines Las Mañanas de
Cuatro (presentado por Concha García Campoy) y La Mañana de la 1 (con Mariló
Montero como capitana) y ha escrito columnas de temática variada para
LaRevelacion.com.
Su primera publicación es Futbolia (Kailas, 2006), un ensayo donde
conviven fútbol y filosofía, escrito junto a José Machado. Javier Baonza, de
Ediciones Evohé, se atreve a publicar El
gato sobre la cacerola de leche hirviendo (2008). En 2011 se publica El fin de la crisis. También en 2011,
Ediciones Evohé le publica la novela Alexandria.0.
Ariodante