28/5/20

CARLOMAGNO

CARLOMAGNO EN LA VENTANA
JORGE FERNÁNDEZ BUSTOS
Ed. Talón de Aquiles, 2020



Tercera novela del autor granadino, tiene tres partes diferenciadas que, aunque su tema principal sea la vida de Carlomagno, se vale de otros recursos y personajes más o menos marginales con los que  reconstruir los hechos y las leyendas de una época que aún no diferencia realidad de ficción, magia de ciencia, religión de mitología, etc.
Una invasión vikinga en las costas norteñas del imperio carolingio lleva al joven monje Heriberto de Delft hasta el palacio de Carlomagno en Aquisgrán, donde el monarca cena y departe con sus invitados en amena conversación. Mientras llega o no llega Heriberto, el autor va presentando a los personajes que rodean al gran Carlos, incluido en la presentación. Entre los personajes se encuentran en divertida mescolanza nombres históricos, como Eginardo (biógrafo oficial de Carlomagno) y su esposa Emma (sobrina del emperador), o Egberto de Wessex, rey britano, junto a Agilulfo Emo Bertrandino de los Guildivernos y de los Otros de Corbentraz y Sura, caballero de Selimpia Citerior y Fez, caballero imaginario creado por Italo Calvino, o  el lector Hildebiedma, ficticio personaje creado por el autor. Orlando/ Roldán, supuesto sobrino de Carlomagno y sufridor de la legendaria batalla de Roncesvalles, donde hizo sonar su olifante (sin respuesta); el fabuloso caballero, -creación de María de Francia- Milón de Gales, que recorre el mundo en busca de su hijo perdido; Leonís de Abrantes, personaje creado por la pluma de Álvaro Cunqueiro,  y otros que no citaremos, contando sus historias y aventuras. Interrumpida la animada charla y lectura por la llegada del joven monje desnudo y lacerado por la cabalgada desde la costa neerlandesa, mientras es atendido, el emperador se aparta, se asoma a una ventana y comienza, ensimismado, a pensar en su ya lejano pasado, el presente y el impredecible pero probable futuro.


Y aquí comienza la parte central de la novela, en la que, en primera persona, Carlos el Grande (no solo por poderío militar sino por poderío y talla físicos) hará recuento de su historia personal, ancestros, esposas y amantes, múltiples hijos y bastardos, guerras, paces, fronteras, viajes, y un largo etc.  mientras su mirada se aleja por la ventana hacia los más lejanos horizontes, como si de ese modo quisiera llegar a los límites de su imperio para tratar de expandirlos.
Un relámpago atronador le hace volver la vista al interior de su salón donde los invitados rodean al joven recién llegado, Heriberto, y el tono de la narración vuelve a cambiar, volviendo a recuperar Heriberto el papel protagonista que le llevará lejos de allí, dejando al viejo emperador sumido en sus ensueños.
Y comienza la tercera parte, en la que Heriberto marcha con el propósito de llegar a Compostela y visitar la tumba del apóstol, siguiendo una ruta que posteriormente se llamará el Camino de Santiago y será seguida por millares de peregrinos. Las aventuras del joven monje hasta llegar al mar, al fin de la tierra (Finis Terrae) tienen un atractivo múltiple, porque no solo es el viaje sino las personas o personajes que va encontrando, unos reales y otros ficcionales, que todos cuentan sus historias y el joven monje va acumulando un rosario de narraciones, ideas, emociones y  aprendizajes que le harán madurar. En su llegada al mar, en la tierra de Cunqueiro, el autor, que no desperdicia ocasión para evocar al ilustre gallego, le hace vislumbrar a Orlando y su sirena, en la lejanía de una playa.

Un apéndice relata la muerte de Carlomagno a los setenta y dos años, y el vagabundeo de sus restos en siglos posteriores, su desaparición y descubrimiento.
Un segundo apéndice, Dramatis Personae, hace el recuento de los múltiples personajes nombrados, con participación en la acción o sin ella, dando unas pinceladas descriptivas de sus características y origen.
El personaje de Heriberto, a veces denominado como el “errante holandés” se inspira en el monje histórico Abbo Cernuus, el encorvado, que vivió la invasión vikinga y compuso una obra narrándolo. Abbo estuvo presente en el asedio de París por los vikingos en 885-886. Fue el único testigo ocular que escribió una descripción del mismo, en verso latino , con un relato de eventos posteriores a 896, los llamados De bellis Parisiacæ urbis .
La novela equilibra, pues, la historia con la leyenda, la mitología con la literatura y trata de una época donde la oscuridad reinaba y solo la iluminación brillaba en los códices de los monasterios; equilibra también la seriedad con el humor,  un humor muy fino que provoca la sonrisa del lector y su complicidad.

Jorge Fernández Bustos (Granada, 1962) Es Diplomado en Biblioteconomía y Documentación. Cofundador de Ediciones del Vértigo y de las revistas Letra Clara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, y El Erizo Abierto, especializada en literatura erótica. Ha publicado los cuentos La batalla de Hastings (Premio Federico García Lorca 1999, de la Universidad de Granada y la Fundación García Lorca); El coleccionista de besos perdidos ( Ed.Dauro, 2002) en la antología Granada en cuento; y la serie de relatos En un pozo chico (Transbooks, 2013). En ensayo, publicó Herencia de la cocina andalusí (Fundación Al Andalus, 2001) Actualmente es crítico de flamenco en diferentes medios y gobierna el blog Volandovengo, especializado en este arte y otros asuntos. Sus novelas publicadas son Septimio de Ilíberis (Círculo rojo, 2014), El ciego de Delos (Uno Editorial, 2018) y Carlomagno en la ventana (2020).



Fuensanta Niñirola


25/5/20

TRAS LA RUTA DE JERJES

VIAJE A LA GRECIA CLÁSICA
ANTONIO PENADÉS
Prólogo Pedro Olalla
Ed. 2020

En 2015, Antonio Penadés, contumaz viajero histórico, ya relató su viaje por la ruta de Heródoto, siguiendo los pasos del primer historiador por Asia Menor, en su delicioso libro Tras las huellas de Heródoto. Unos años más tarde, el escritor realizó un segundo viaje fijando su inicio en el mismo punto donde acabó el primero: desde la frontera con Turquía, recorrerá las regiones griegas septentrionales, siguiendo los pasos del ejército persa de Jerjes, hasta llegar a Tesalia y las Termópilas. Atractivo indudable tiene el recorrido, y Penadés sabe contar sus aventuras, ligándolas perfectamente con evocaciones de los personajes del pasado que siglos atrás hollaron el mismo camino. Dos semanas de otoño y un recorrido de 2.500 km., siguiendo en gran parte la Via Egnatia, construida por los romanos y que atravesaba Macedonia, Tracia e Iliria hasta llegar al Adriático, uniendo Bizancio con Italia.
El eje, pues, del viajero (y del lector) será realizar el recorrido de Jerjes con la finalidad de invadir Grecia en 480 a.C. Penadés sigue teniendo un guía excepcional: Heródoto. Pero no sólo él, sino que muchos otros son citados a lo largo del texto: nombres clásicos como Tucídides, Demóstenes, Sócrates, Aristóteles, Homero… así como contemporáneos como Kapuscinski, Patrick Leigh Fermor, etc.
El autor realiza un verdadero ensayo, porque entrelaza de modo muy equilibrado, temas diversos: el relato de su trayecto, trasladando al lector las emociones –que son muchas– que el recorrido le proporciona: unas veces es la belleza misma del paisaje, otras son encuentros y conversaciones interesantes con personas desconocidas. En su mayor parte, es la sensación vertiginosa de estar pisando el mismo terreno que pisaron Sócrates, Alejandro, Demóstenes, Protágoras… y otros muchos cuya historia y obras hemos leído y releído. Llegar a una ciudad como Abdera, por ejemplo, le lleva a una interesantísima y filosófica digresión sobre Demócrito, Anaxágoras y Protágoras, así como de los sofistas.
Por otra parte, se entremezcla el tema de los refugiados y exiliados: de los refugiados griegos clásicos, como el propio Heródoto o Tucídides, pero también el problema actual y gravísimo de los refugiados sirios que intentan llegar a Europa huyendo de la terrible guerra en su país. Lo que le lleva a tratar de ver en persona alguno de los campos donde se encuentran aún en Macedonia, como Kavala o Drama, interesándose por su situación. Los encuentros realizados en estos campos son de un fuerte impacto dramático y emocional.
Penadés sigue su camino, retomando la ruta persa, pero haciendo altos  y amenas digresiones relacionadas con diversos hitos del trayecto, como la que habla del canal de Jerjes, realizado por los persas en el istmo que une el continente con la península del monte Athos.

El relato de la estancia de 24 horas en uno de los monasterios del Monte Athos es impactante, además de sumamente instructivo para los que ignoren qué es Athos, quienes viven allí y cómo. El conjunto de 20 monasterios del Monte Athos es otro mundo. Respetada su independencia y su individualidad religiosa durante siglos por los distintos gobernantes tanto cristianos como musulmanes, respirar el aire del interior de uno de sus monasterios dejó al autor en un estado de estupefacción. Participó durante un día y una noche en los ritos, costumbres alimenticias, sobriedad y austeridad monacal, percibiendo la espiritualidad latente entre sus muros, fue, en suma, una experiencia inolvidable para el autor del libro y por ende, para el lector que se verá inmerso en el mismo clímax. Las personas que conoce allí, y las conversaciones que le transportan a Rusia o a Letonia, constituyen otras digresiones dentro de la narración de su estancia allí.
Otra interesante digresión la constituye el tema de la Atlántida, Tartessos, los fenicios y los Pueblos del mar, así como el descubrimiento por parte de Schliemann de los restos de Troya, o Evans descubriendo Knossos.  
La historia de la Grecia clásica, siguiendo el recorrido programado, brota continuamente. Las guerras con los persas, las guerras civiles, como la del Peloponeso, las concepción griega de los hombres como ciudadanos frente a la de los persas como súbditos, el concepto de ciudades-estado frente al imperio, la ruptura que supuso Filipo de Macedonia y sobre todo Alejandro, que acabó con el sistema ciudadano tradicional, entrando en la fase que llamamos helenística.

Todo ello va surgiendo a propósito de las diferentes ciudades o localizaciones que el viajero visita.  Asimismo se tratan temas colaterales como el surgimiento  de la poesía, de la tradición literaria oral, cómo se pasó más tarde a la escritura y por tanto a la prosa, y en toda esta digresión se dan unas interesantísimas informaciones sobre experimentos realizados en los pueblos balcánicos.
Finaliza el recorrido y el libro con el impresionante relato de la batalla de las Termópilas donde Leónidas se enfrentó con sus trescientos fieles (y otros más) al inmenso ejército persa, al que no derrotó pero causó un gran desastre, demostrando la fiereza griega (en este caso, espartana, principalmente) que defendía su libertad, frente a la soberbia persa, que confiaba más en el número de sus huestes invasoras que no en su calidad y temple.
Penadés cuenta su periplo abriendo su corazón en muchos casos, impactado por lo que ve o por los recuerdos que le trae pisar las viejas piedras. Se sumerge en el paisaje como se sumerge en el mar, en sus ocasionales baños. Abierto a conversar con cualquiera que le acepte, recorre con su mirada, sus pasos o al volante de su coche no solo la geografía, sino también la historia griega, confrontando las imágenes que guarda en su corazón de los clásicos, con los griegos contemporáneos, que guardan más parecido con los bizantinos y los otomanos, -de los cuales se independizaron muy recientemente- que con la Grecia de Homero o de Pericles.
En suma: un ensayo sobre la historia, la filosofía y literatura griegas y sobre muchas cosas más, que hará las delicias del lector, tanto al aficionado a la cultura clásica como al viajero. Absolutamente recomendable.

Fuensanta Niñirola

Antonio Penadés Chust (Valencia, 1970) es historiador, periodista y abogado. Coautor de «Cinco miradas sobre la novela histórica» (Evohé). Autor de la novela «El hombre de Esparta» (Edhasa), de los ensayos «El declive de Atenas» (RBA) y «La gesta de las Termópilas» (Gredos) y de la crónica de viajes «Tras las huellas de Heródoto» (Almuzara). Desde 2005 dirige el curso de Narrativa del Museo L’Iber. Premio Hislibris de honor 2012. Colaborador del diario El País y de las revistas Historia National Geographic y Descubrir el Arte. Preside Acción Cívica (accion-civica.org), entidad de la sociedad civil dedicada a la lucha contra la corrupción política y a la defensa de las humanidades. www.antoniopenades.es







Etiquetas

 Mis Reseñas (1) Antología (3) Anuncios y Notas (1) arqueologico (1) arte (1) Artículos literarios (2) Articulos viajes (1) autobiografía (6) Cartas (2) ciencia ficción (1) Clásicos (1) Comentarios Artísticos (8) Comentarios Cinéfilos (11) Comentarios Cotidianos (7) Comentarios especiales (9) Comentarios Literarios (5) Comentarios Nostálgicos (6) comentarios poéticos (3) Comic (1) Cómic (2) Conferencias (1) cuento (2) cuentos (1) Cuentos Ilustrados (1) Drama (1) ensayo (11) Ensayo arte (1) Ensayo biografico (14) Ensayo de arte (1) ensayo histórico (7) Ensayo literario (6) Ensayo Viajes (1) Ensayos arte (1) Entrevistas (2) Eventos (33) Eventos artísticos (2) Eventos Literarios (35) libro ilustrado (2) Libros de viajes (3) literatura viajes (3) lliteratura de viajes (1) Memorias (5) Microrrelatos (2) Mis lecturas (9) Mis Reseñas (530) mitologia (1) mitología (2) naval (2) Notas (1) Novela (80) novela aventuras (14) Novela biográfica (6) novela ciencia ficcion (1) novela corta (19) novela de viajes (2) novela decimonónica (7) novela del oeste (3) Novela épica (2) Novela espías (3) novela fantastica (2) novela fantástica (5) novela historica (38) Novela histórica (33) Novela histórica naval (19) novela intriga (20) novela japonesa (2) Novela polciaca (8) Novela policiaca (5) novela psicológica (1) Otros (1) POESIA (1) poesía (4) policiaca (1) Recomendaciones literarias (2) Reflexiones literarias (1) Relato (8) relato histórico (2) relato mitologico (2) relatos (12) Relatos Oeste (1) Relatos. (18) Relatos.  Mis Reseñas (3) Reportaje (3) reportaje biográfico (2) reportaje viajes (3) reseñas (1) Reseñas (1) Teatro (1) Textos Memorables (4) Thriller (6) Western (7)

Seguidores

Archivo del blog