1/3/14

EDUCANDO A UN ADAMS

LA EDUCACIÓN DE HENRY ADAMS


HENRY ADAMS
Traducción Introducción y notas de Javier Alcoriza y Antonio Lastra
Alba Clasica, 2001


Es esta una autobiografía muy peculiar. En realidad lo que el texto nos muestra es la adquisición, evolución y cambios en la concepción del mundo del autor, no tanto su vida, aunque retazos de ella podemos ir viendo a lo largo de sus páginas. Pero como su titulo indica muy acertadamente, es de su aprendizaje intelectual de lo que se trata, no de su vida. Porque este Adams (¡hay tantos destacados Adams en su familia!) orienta su vida hacia un aprendizaje continuo. No un aprendizaje académico, ciertamente; de hecho, no pareció destacar demasiado en su paso por los centros escolares y universitarios.  Él mismo no daba ninguna importancia a las enseñanzas recibidas en Harvard (supuestamente, una de las universidades más importantes de Norteamérica). Le interesaba la enseñanza de la vida: el contacto con personas influyentes en la política, la ciencia, la literatura, el arte…los viajes continuos, el reconocimiento de primera mano de los textos clásicos, la visita a bibliotecas y lugares donde algo importante e histórico ocurrió…Es todo ese bagaje el que va acumulando a lo largo de su vida, y aportando ideas para la construcción de una cosmovisión que le haga enlazar el pasado histórico con lo que se espera en el futuro para la humanidad. Esa es la educación a la que hace referencia en el título.

No espere el lector encontrar detalles personales en abundancia porque apenas los hay. Si cita algunas amistades es porque ellas pueden representar teorías científicas o políticas, visiones importantes en su vida. Apenas sabemos de su familia, salvo de su padre Charles Francis (legado estadounidense en Inglaterra), su abuelo John Quincy Adams (sexto presidente de los EEUU), que era todo un referente para él, y su bisabuelo John Adams, (segundo presidente de los EEUU) es citado lejanamente. Con ese plantel familiar, y acostumbrado a relacionarse amistosa y familiarmente con otros presidentes, secretarios de Estado, embajadores y demás, su visión del mundo no podía ser cualquier cosa. Se movía en las más altas esferas del poder, pero siempre se mantuvo libre.

Además de todo esto, es interesante destacar el modo asimismo peculiar en que está escrito el texto: siempre en tercera persona, refiriéndose a sí mismo primero como el niño, el muchacho, el estudiante, después el secretario personal (cuando ejerció ese cargo como ayudante de su padre en Londres), el profesor (haciendo referencia a sus años como tal en Harvard), el historiador,  etc.
Por otra parte, en el progresivo avance del texto, hay un salto de veinte años en los que no hay referencias. De 1871 a 1892 no hay comentarios. Tampoco hay comentarios respecto a su matrimonio y la prematura muerte de su esposa, Marian Clover Hooper. Todo eso probablemente es lo que ocupó esos años de los que no desea dejar constancia en este texto. Según él, no aprendió nada en esa etapa y por tanto, la aparta.


Desde el nacimiento, en  1838 , hasta  1905, con el paréntesis  ya mencionado, Adams diserta sobre ese niño que crecerá con un abuelo (que conoció) y un bisabuelo (al que no conoció). Cuenta algunas anécdotas, pero se concentra en la mirada que va dirigiendo al mundo que le rodea. Inevitablemente, en lo relativo a la infancia y juventud, es cuando podemos encontrar más detalles de tipo personal. Pero paulatinamente se va concentrando en cómo se enfrenta a la vida, cómo encara los problemas generales, principalmente políticos, cómo vive la guerra civil americana, el asesinato de Lincoln, las distintas administraciones hasta llegar a Roosevelt, la política exterior, etc. El lugar natural de Henry Adams, está, como se nos sugiere en la Introducción, siempre en el límite del ejercicio de poder, siendo “fiel compañero de estadistas” en momentos clave de la política exterior ( en la que fue educado por su propio padre). Al mismo tiempo, sigue de modo muy cercano el desarrollo científico y el vertiginoso progreso técnico y tecnológico, lo que le acarrea grandes dificultades para adecuar su pensamiento a los importantes cambios generados por los incontables avances: el carbón, el vapor, el ferrocarril, la dinamo, …Asistía sin perderse una a todas las Exposiciones Universales. Viajaba por toda Europa y por los Estados Unidos, para ver, siempre de primera mano todas aquellas novedades que se presentaban al público.
En suma, un eterno aprendiz, un eterno scholar, siempre atento a lo nuevo, siempre dispuesto a mover sus puntos de vista si se la convencía de los nuevos. Buscando siempre maestros, tanto en las personas como en las ciudades, en los paisajes y en la Historia. Adelantando teorías para el futuro, tratando de adivinar cómo sería el hombre del nuevo siglo. Curiosamente, él, que vivió en el XIX y conoció el XX en sus dos primeras décadas, se consideraba intelectualmente un hombre del XVIII, como su bisabuelo y su abuelo lo fueron. Por eso quizás le chocaban tanto las novedades continuas de la época en que vivió, y luchaba contra viento y marea para adaptarse a la inevitabilidad del avance científico-técnico.
Paulatinamente va lanzando lo que fueron las teorías generales que mantuvo hasta su muerte, aplicando las leyes científicas a la Historia, para su análisis y proyección hacia el futuro.
El libro es denso y contiene muchos fragmentos inspiradísimos, quizá en otros se hace algo más complicado de seguir al lector que no esté muy versado en la historia política de Norteamérica. “Esta es una historia de la educación, ¡no de aventuras!” nos dice el propio Adams.

Henry Brooks Adams (1838, Boston, Massachusetts - 1918, Washington D.C.) fue un hombre de letras e historiador estadounidense. Siendo parte de la élite de Boston y descendiente de dos presidentes, fue educado con cierta aversión por la política norteamericana de su tiempo. De joven fue corresponsal y editor de un periódico, exigió reformas sociales y políticas, pero se vio desilusionado con un mundo que él describía como desprovisto de principios. Esa pérdida de fe, fue reflejada en su novela Democracy: An American Novel (1880). Su estudio sobre la democracia de Estados Unidos, culminó en su History of the United States of America de nueve tomos (1889–1891), la cual recibió elogios inmediatos. En su obra Mount Saint-Michel and Chartres (1913), describió la concepción del mundo medieval manifiesta en su arquitectura. The Education of Henry Adams (1918), es su obra más conocida y una de las autobiografías más sobresalientes de la literatura occidental, donde plasma sus conflictos con las incertidumbres del siglo XX.


Ariodante

25/2/14

PUERTAS CERRADAS

UNA PUERTA QUE NUNCA ENCONTRÉ
(NO DOOR)
THOMAS WOLFE
Ed. Periférica, 2012


El universo de Tomas Wolfe se muestra en una serie de cuatro puertas que el autor abre, con estos textos inclasificables; entre reflexiones, prosa poética, vagabundeos por el mundo interior, errancias por diversos mundos exteriores que no son el suyo. Wolfe era ave solitaria y nunca encontró un verdadero nido, pero supo muy bien crear ese mundo interior riquísimo en imágenes, sugerencias, connotaciones y significados. De una gran producción literaria, no solo en cantidad sino en calidad, su obra nos transporta a esa América profunda, que llevaba calada hasta los huesos. Y al mismo tiempo nos transmite otras impresiones, como las sugeridas por sus viajes por Europa, algunas e ellas en esta obra. El libro se compone de cuatro partes, muy autobiográficas, pues son reflexiones, ideas, imágenes y anécdotas ocurridas en cuatro momentos  y lugares diferentes.

El primer texto,  Octubre, 1931, ambientado en Brooklyn, contrasta dos maneras de ver la vida a la vez que inserta los recuerdos de otros tiempos, y las impresiones de otros mundos, otras puertas a las que no puede acceder. Un mundo brutal y duro, al lado de otro afortunado y bello.
El segundo texto es otro octubre, pero de 1923: el autor se retrotrae al momento en que tras los estudios fuera de casa, retorna a su pueblo natal, Asheville. El padre ha muerto ya, y su recuerdo, mientras trata de conciliar el sueño en casa de la madre, se une al recuerdo de su hermano, también muerto años atrás. El viento y los sonidos de la noche le mueven a través del tiempo, recordando detalles y sentimientos olvidados.
Un tercer octubre, esta vez de 1926, nos transporta a la Inglaterra estudiantil, quizá Oxford, y describe tanto el ambiente del lugar como la vida en el alojamiento donde coincide con otras personas pertenecientes a otros mundos, como siempre, a puertas que no abrirá. Casi se siente estudiante junto a un grupo de estudiantes, jaleando una regata de dos colegios en competición. El ambiente juvenil, las fiestas al aire libre, los pubs, ese era un mundo al que tampoco él pertenecía pero que le creaba muchas  sensaciones agradables, de amistad y camaradería.

“Era una vida que me resultaba tan cercana que sentía que podía tocarla con mi mano y hacerla mía en cualquier momento- dice el narrador-. Era como si hubiera vuelto a una habitación que conocía de antaño, como si me hubiera detenido por un instante sin ninguna duda o perturbación del alma delante de la puerta; seguro de que, cuando lo deseara, solo tendría que hacer girar el pomo, empujar un poco y entrar en una vida que me pertenecía. (…) Pero nunca encontré la puerta, ni hice girar el pomo, ni entré en habitación alguna. Cuando llegué a ese punto, jamás pude hallar la puerta.”
Finalmente se cierra el libro con un texto en abril de 1928. En este breve texto último, probablemente ambientado en Nueva York, describe el mundo ciudadano, el mundo del trabajo duro, las grandes moles de piedra y el fragor de los camiones, las fuertes voces masculinas de los trabajadores que recorren la cuidad para cumplir con su trabajo. Pero también describe otra mirada, la mirada de un hombre solitario desde su alta ventana que transmite  una paz y una emoción paternales: “Todas las cosas que proceden de la tierra y que mudan con las estaciones, todas las cosas que duran y cambian y vuelven a ser como eran en la tierra, esas cosas siempre serán iguales, pues vienen de la tierra, que nunca cambia, y vuelven a la tierra”. Bajo el pavimento pétreo, bajo el asfalto de las calles, algo crece. La tierra respira. Un bellísimo libro, breve pero intenso en emociones y sensibilidad.

Thomas Clayton Wolfe (Asheville, 1900–Baltimore, 1938) fue un importante novelista estadounidense del siglo XX, hasta el punto que Faulkner, que era tres años mayor que él, le colocaba delante suyo en la lista de mejores escritores norteamericanos. Wolfe escribió cuatro novelas largas, muchos cuentos, poesía, obras dramáticas y fragmentos de novelas. Su prosa destila poesía, y refleja la cultura y costumbres de Estados Unidos del primer tercio del siglo XX, en especial los de su ciudad natal en sus años de niñez y temprana juventud así como los años vividos posteriormente en Nueva York y Boston. Realizó seis viajes a Europa, descubriendo interesantes aspectos de Inglaterra, Francia y Alemania que pasan desapercibidos para los europeos.



Ariodante

Etiquetas

 Mis Reseñas (1) Antología (3) Anuncios y Notas (1) arqueologico (1) arte (1) Artículos literarios (2) Articulos viajes (1) autobiografía (6) Cartas (2) ciencia ficción (1) Clásicos (1) Comentarios Artísticos (8) Comentarios Cinéfilos (11) Comentarios Cotidianos (7) Comentarios especiales (9) Comentarios Literarios (5) Comentarios Nostálgicos (6) comentarios poéticos (3) Comic (1) Cómic (2) Conferencias (1) cuento (2) cuentos (1) Cuentos Ilustrados (1) Drama (1) ensayo (11) Ensayo arte (1) Ensayo biografico (14) Ensayo de arte (1) ensayo histórico (7) Ensayo literario (6) Ensayo Viajes (1) Ensayos arte (1) Entrevistas (2) Eventos (33) Eventos artísticos (2) Eventos Literarios (35) libro ilustrado (2) Libros de viajes (3) literatura viajes (3) lliteratura de viajes (1) Memorias (5) Microrrelatos (2) Mis lecturas (9) Mis Reseñas (530) mitologia (1) mitología (2) naval (2) Notas (1) Novela (80) novela aventuras (14) Novela biográfica (6) novela ciencia ficcion (1) novela corta (19) novela de viajes (2) novela decimonónica (7) novela del oeste (3) Novela épica (2) Novela espías (3) novela fantastica (2) novela fantástica (5) novela historica (38) Novela histórica (33) Novela histórica naval (19) novela intriga (20) novela japonesa (2) Novela polciaca (8) Novela policiaca (5) novela psicológica (1) Otros (1) POESIA (1) poesía (4) policiaca (1) Recomendaciones literarias (2) Reflexiones literarias (1) Relato (8) relato histórico (2) relato mitologico (2) relatos (12) Relatos Oeste (1) Relatos. (18) Relatos.  Mis Reseñas (3) Reportaje (3) reportaje biográfico (2) reportaje viajes (3) reseñas (1) Reseñas (1) Teatro (1) Textos Memorables (4) Thriller (6) Western (7)

Seguidores

Archivo del blog