ARTURO GONZALO AIZPIRI
Ediciones Evohe, 2014
A pesar
de ser segunda parte de "El heredero de Tartessos", ópera prima del autor publicada hace
algunos años,
esta novela supera con creces la primera...como debe ser. Arturo Aizpiri ha madurado
como escritor y ha logrado un armazón mucho más complejo y un entramado histórico mucho más real. Si la historia anterior
entrelazaba lo histórico
con lo legendario y mítico,
en una época de
la que aún
quedan muchas lagunas de información, en este relato las lagunas son salvadas y muy bien aliñadas con las partes basadas en hechos
conocidos. La narración de
Aizpiri adquiere tintes de tragedia griega, llegando a niveles francamente
impactantes por su intensidad dramática. No en balde están impregnadas de imágenes y citas helénicas las partes que estructuran la novela, haciéndonos sentir que las vivencias de
los protagonistas son de un dramatismo universal, ya recogido por los griegos
y romanos: Aquiles, el drama de Electra
y Orestes, el de Prometeo, ...a todo ello, como un eco, nos remite esta narración, que tiene tintes también homéricos, con las odiseas viajeras de Aníbal y Gerión, en busca del mítico cáliz tartesio. El simbolismo del cáliz es enorme, como un vellocino ibérico o un santo grial precristiano:
una imagen que remite al pueblo más legendario, Tartessos y a Melqart, el Hércules fenicio; en suma, al poder.
Como también nos
dirige a la ambiciosa idea de Asdrúbal de aunar los pueblos ibéricos y cartagineses para enfrentarse
a una Roma que ya empieza a lanzar mensajes de peligro al mundo exterior.
La
narración se
realiza en tercera persona, mostrándonos tanto el punto de vista de los distintos personajes
como describiéndonos
la situación en
que se hallaban los pobladores de la península ibérica tras la muerte de Amílcar Barca en Helike, (en 229
A.C.) y el gobierno de su sucesor, Asdrúbal "el bello", casado con
una hija del gran Bárcida. Sólo en un caso, hay un narrador (Bobdal) que usa la primera
persona para contarnos el aventurado viaje naval de Aníbal; viaje que, al mismo tiempo y con
el mismo objetivo realizan por tierra Gerión y sus compañeros. Como nuevos argonautas, los
cartagineses que acompañan a Aníbal y el grupo de Gerión han de ir
venciendo una serie de peligros y viviendo aventuras hasta el enfrentamiento
final.
La novela se divide en seis partes, cuyos títulos nos recuerdan el simbolismo de
que está sembrado
todo el texto: Por la maldad, un salario; El malo entre los hombres; Vengad la
muerte de mi padre; Los últimos
confines; Bruma, rocío y
humo, y, finalmente, La esperanza ciega.
Tras dos primeras partes en las que los capítulos discurren lentamente y en los
cuales el autor, por boca de los diversos personajes de una parte y otra, va
dando a conocer el estado de cosas en que ha de enmarcarse la acción, presentando los nuevos personajes,
recordando a los ya conocidos en el libro anterior, etc., la acción comienza a perfilarse y la narración toma diversos caminos paralelos o
divergentes, según el
caso. Helike, Edeta, Arse, Qart Hadasht.... diversas ciudades aparecen con
peculiaridades y problemáticas
enfrentadas.
La trama se va complicando y las cosas no serán ya tan sencillas ni transcurrirán tan plácidamente. La tensión va en aumento y el interés del lector se vuelve perentorio,
yendo todas las líneas de
acción a
confluir en una gran puesta en escena final en Qart Hadasht, la futura Cartago
Nova.
Polifónica
como la anterior novela, cuya acción confluía y acababa en la gran batalla donde muere Amilcar Barca,
en esta ocasión, la
voz del narrador omnisciente resulta más descriptiva, sin llegar en ningún momento a abrumarnos con datos,
pero desplegando una cuidadosa documentación, aunque el autor se tome las licencias que considere
necesarias para cubrir las carencias históricas y para darnos su versión de como podrían haber sido los hechos. Encaja todo el engranaje bastante
bien y no sobran personajes, porque todos tienen una función.
La problemática es clásica: la lucha por el poder, las tensiones entre los
distintos pueblos, las estrategias políticas y el intento por parte de los cartagineses afincados
en Ispania de crear un equilibrio de fuerzas en la Península evitando guerras innecesarias.
Aunque no todos los cartagineses piensan lo mismo...
Sin embargo, hay una segunda línea de lectura, la que nos remite a
las grandes tragedias clásicas,
aflorando por todas partes: temas como el honor y la gloria, el amor y los
celos, la traición y la lealtad,
surgen con la acción de
los personajes; todo ello suma interés y atrapa al lector. Vemos a Asdrúbal tratando de llevar
su visión
estratégica de
la política y
la guerra en Ispania, previendo los movimientos de Roma. Asimismo nos acercamos
a un Aníbal
cuyo deseo de gloria alterna con el de venganza por la muerte de su padre;
comprendemos los celos de Sofonisba, ante la nueva esposa íbera de Asdrúbal. Asistimos a las
intrigas de las distintas facciones, incluidos los espías romanos. Y como cabeza visible de
toda intriga, el gran sacerdote de Eshmun, el cruel Zekarbal, cuya influencia
sobre Asdrúbal resulta peligrosamente ascendente.
Y por otra parte, volvemos a encontrar a la familia regia
de Helike, el rey Orissón, su hija Anglea, Gerion, el guerrero olcade que la
desposaría en la
novela anterior, y nuevos personajes, a los que se añaden algunos forasteros que les
causarán
graves problemas. Las relaciones con los otros pueblos, Edeta y Arse marcarán también el ritmo de la acción y serán importantes a la hora de tomar una dramática decisión, como ocurrirá
con Orissón. Tanto este como Anglea habrán de enfrentarse a decisiones de vida o muerte, y los rasgos de
su carácter se
perfilan mucho mejor ante la adversidad. La dignidad regia y la lealtad al
propio pueblo brillarán en su
mirada.
La novela dispone, afortunadamente, de un amplio glosario
de términos,
así como un
listado de personajes, y algunas notas aclaratorias de localizaciones geográficas. También se incluyen algunos mapas, lo cual
es muy de agradecer. Y a pesar de ser una segunda parte, puede leerse
independiente y comprender la trama sin problemas. En suma, una buena novela
histórica,
con un final que nos deja el deseo de continuar leyendo, por lo que espero y
auguro una tercera parte que cierre una trilogía.
Arturo Gonzalo Aizpiri
(Madrid, 1963) desarrolló sus
estudios universitarios en las Universidades Complutense de Madrid, Técnica de Delft y de Colonia, y obtuvo
el título de
Doctor en Ciencias Químicas
por la Universidad Complutense. Su padre era profesor de latín y griego y tenía una extraordinaria biblioteca de
autores clásicos,
que Aizpiri leyó en su
adolescencia:Tito Livio,
Aristóteles,
Plutarco, Salustio, Homero. De ahí viene la inclinación por la historia, la poesía, la filosofía, la ciencia, su asombro ante el talento humano y su
expresión a
través del
lenguaje. El heredero de Tartessos
(Ediciones Evohé, 2012)
fue su primera novela. Además, colabora en labores
editoriales en El Periscopio (Ediciones Evohé) y traduciendo algún título, como Mis andanzas por Europa, de Charlie Chaplin (Eds. Evohé, 2010) y la Historia de un viaje de
seis semanas, de Mary Shelley, (Eds. Evohé, 2014) que es la primera traducción española de este texto.
Ariodante
Abril 2014