Reseña publicada en: http://libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=~/letras/l/P05885.ascx
Grazia Livi (Florencia, 1930) es escritora, periodista y ensayista, licenciada en Filología Románica Ganadora de diversos premios italianos, como el Bagutta Tre Signore, finalista del Strega, Alessandro Manzoni, Alghero-Donna y Scrivere per Amore. Desde niña es consumada lectora, y desarrolla una gran imaginación, asegurando, a los siete años su voluntad de ser escritora. Admira profundamente a Katherine Mansfield, Virginia Woolf, Emily Dickinson, Jane Austen, que le reafirman su decisión. Tras casarse, se dedica al periodismo, viaja, conoce personajes importantes...y se divorcia. Entonces se dedica más en serio a la literatura, allá por los años setenta.
Siempre he pensado en mí como una mujer que escribe- nos dice la autora- El género al que pertenezco es una distinción para mí. Es desde el interior de mi género, desde la experiencia de mi género, que encuentro las palabras necesarias... En mí advierto una duplicidad: ser esta mujer y serlo con este particular manera de sentir.”
El esposo impaciente es su última obra, en la que nos transmite las impresiones, pensamientos y emociones de los dos protagonistas: el gran escritor Leon Tolstoi y su recién desposada, Sofía Andreievna, durante los dos días que dura el trayecto desde Moscú hasta la mansión tolstoiana, Yasnaia Poliana. Es septiembre de 1872. Tras unos breves capítulos introductorios, se produce la boda y el inmediato traslado en carroza por el largo camino, con una parada para pasar la noche de bodas en una posada, y continuar hasta llegar a la mansión al día siguiente. Asistimos a un intercambio de pensamientos, de breves diálogos, y a fortísimas emociones, unas contenidas y otras expresadas. En treinta y dos brevísimos capítulos nos sentimos a la vez novio y novia, enamorado y enamorada, aunque prime un poco más la parte femenina, no sólo por la descripción de Sofía, sino por la manera como está contada la historia, con una poesía y una delicadeza inmensas.
El tono de la novela es absolutamente intimista, tratando de transmitir y consiguiéndolo, en mi opinión, tanto los pensamientos y emociones de él como los de ella. Tolstoi, a la sazón de treinta y cuatro años, personalidad turbulenta, emocional, temperamental, de fuertes impulsos y de radicales posiciones. Es ya un escritor conocido, ha tenido muchas amantes, sus opiniones le han generado controversias...pero está enamorado. Sofía tiene apenas dieciocho años, es la primera vez que sale del ambiente cálido y protector de su familia, de sus juegos y entretenimientos, de sus lecturas románticas e infantiles. No sabe absolutamente nada de la vida real. Nunca ha conocido un hombre, ignora todo sobre la vida matrimonial...y está perdidamente enamorada, y a la vez asustada de la decisión a la que se ha llegado: el matrimonio. Como le dice a su madre en una imaginaria carta: femme mariée, lo que quiere decir compostura, sonrisas, melancolía por la infancia interrumpida, regazo ofrecido a otros, palabras inspiradas en la ponderación y en la mesura. Esta es la finalidad del matrimonio: construir poco a poco una casa íntima, hecha de minúsculas experiencias puestas en común, de minúsculos episodios que los demás desconocen...Ésta será nuestra verdadera casa, la casa que está dentro de esa otra más grande que pertenece a la pareja: la que todo el mundo ve (pág132). Por un lado lo desea, por otro lo teme. Y aquel hombre, que podría ser su padre, que la ama apasionadamente pero cuyos momentos tiernos se ven alternados por violentos arrebatos pasionales que la aturden y la estremecen. Sabemos de su naciente amor, y de los balbuceos de sus primeros contactos, encerrados en una carroza de caballos trotando a través de la campiña rusa, con dos recién casados en su interior, plenos de amor y aterrorizados de la vida que acaban de comenzar: “Da miedo unir la propia vida a otra persona...-piensa Leon- Se crea un espacio restringido donde es difícil respirar interiormente. Señor, perdóname, soy un ingrato.”
Así, como unos duendes que saltamos de una mente a otra, leyendo los pensamientos, mirando los recuerdos, emocionándonos con el tacto que imaginamos, y con las miradas de fuego que nos traspasan, los lectores seguimos en este relato paso a paso el primer acto de amor, de la luna de miel de una pareja que a través de los años, tendrá trece hijos, desarrollará una fortísima relación amorosa y en su vejez, una batalla terrible, que acabará con la famosa huida y muerte del gran hombre en 1910. Pero por lo pronto, lo que se nos narra es el comienzo de esta larga vida en común. Y es un punto de vista original, ya que lo habitual y lo más conocido fueron sus discrepancias en la última etapa de su vida. De ahí lo interesante del relato de Grazia Livi y su particular manera, muy femenina, de hacérnoslo sentir.