ANNE MARIE
SCHWARZENBACH
Postfacio de Roger Perret
Ed. Minúscula, 2011
Anne
Marie Schwarzenbach (Zúrich, 1908-Engandin, 1942) doctora en historia, arqueóloga, periodista, fotógrafa y novelista suiza,
conocida sobre todo por sus escritos de viajes. Nacida en el seno de una
familia aristocrática emparentada con Bismarck por parte de madre, fue un poco
la oveja negra al rechazar su posición; De sexualidad indefinida, educada por
su madre como un varón, en
1935 se casó –en Irán- con Claude Clarac, diplomático francés. Recorrió Oriente
Medio, Congo, Afganistán, Rusia y España, además de EE.UU. Amiga de Klaus y
Erika Mann, aunque
más tarde se distanció de ésta, el propio Thomas Mann la llamaba cariñosamente
“el ángel devastado”. Temperamento libre y huidizo, tuvo problemas de adicción
a la morfina –compartidos con Klaus Mann- y pasó temporadas en un psiquiátrico, además de
llevar una vida de eterna viajera, muriendo prematuramente a raíz de un
accidente con su bicicleta. Su continuo periplo por un mundo de entreguerras y
posteriormente en guerra, podría considerarse como una huída hacia delante, un
refugiarse en el mundo interior o el completamente ajeno a Europa, en el caso
de los textos que nos ocupan.
La presente edición, según nos cuenta
en el Postfacio Roger Perret, es un conjunto de relatos surgido tras el regreso
a Suiza de la autora después de siete meses viajando por distintos países de
Oriente Medio; preparando la publicación de los diarios del viaje, que tituló Invierno en Asia Menor, fue escribiendo
los relatos con datos, impresiones y personajes recopilados en los diarios. La autora regresó en 1934, y entre
este año y el siguiente estuvo escribiéndolos. En 1936, tras varios intentos infructuosos de
publicarlos en Europa, eran años difíciles, en Suiza la crisis económica era
muy profunda, y las posibles referencias a hechos de guerra y a la terrible
situación de los emigrantes judíos frenaba los ánimos de las editoriales, así
como la difícil colocación en el mercado de los libros de relatos, y más de una
autora casi desconocida. El hecho es que no se llegó a publicar.
La característica que une estos textos
es que se nos presenta con un realismo y una dureza que aleja la idea del
oriente exótico y pintoresco. Los protagonistas de estos relatos, muchos de
ellos narrados en primera persona, suelen ser los mismos, además de otros con
características semejantes: jóvenes europeos o norteamericanos que por
diferentes razones quieren escapar de la cotidianeidad o de los problemas con
que han de enfrentarse en su vida, o simplemente que necesitan aventuras o un
cambio de aires. También hay otros, maduros personajes que llevan muchos años
trabajando en Oriente y se han aclimatado, acostumbrándose a la infinita
pasividad y al ritmo lento con el que todo discurre en esas cálidas tierras, como el caso del doctor
Rieti, en Muchísima paciencia.. Por
un lado desean volver, pero por otro, continúan ligados al lugar por unos
invisibles lazos. “Aquí la naturaleza es tan poderosa que mata a la gente”-
dice Mrs. Batten en Casi el mismo dolor-“Habría
que dejar de ser una persona, de estar atado a la condición humana. Tendría uno
que poder convertirse en un trozo de desierto, o de montaña, o en una franja de cielo al anochecer. Habría que
encomendarse a la tierra y fusionarse con ella. Vivir contra eso es tan
arriesgado que uno se muere de miedo.”
La autora mezcla con sutileza la verdad
y la ficción, los personajes que conoció con caracteres o situaciones
inventados. Los ecos de la política, el
terremoto social que está conmoviendo Europa llega, con sordina, pero en
algunos casos con todo su dramatismo, como en el caso de La misión o Un emigrante.
A su lado, otros, con aparente frivolidad, nos narran escenas del trabajo de
arqueología y de las relaciones con la sociedad local. Con esta lluvia, el relato cuyo título se ha tomado para esta
edición, es un brevísimo pero angustioso sketch
en el que un grupo de arqueólogos a la búsqueda de unas ruinas, tienen un
encuentro con un puesto perdido donde un jovencísimo oficial lucha con la
muerte.
Como Perret nos sugiere, se detectan
influencias de Hemingway, en cuanto al estilo escueto y seco, si bien en
general está ausente de ellos la intensidad y emoción del gran autor
norteamericano. Aunque en general los protagonistas suelen ser masculinos, hay
dos notables excepciones: el de Madame D’Elbros en Beni Zainab, y el de la baronesa Katrin Hartmann en Una mujer sola. Estas dos mujeres se
enfrentan de muy distinta manera al medio hostil, pero ambas son fuertes y
desafían a la sociedad, imagen que parecía gustar a la autora, puesto que
también su posición fue, en cierto modo, provocadora. Con su prematura muerte
no sabremos nunca si la madurez le hubiera comportado una visión distinta de la
vida.
Estos relatos son un reflejo de una
conflictiva e inestable visión de la vida de una mujer que huyó de la
tormentosa relación con su madre, se enamoró -sin ser correspondida- de Erika
Mann, tuvo un breve matrimonio en sus años orientales, y finalmente, en su
etapa americana conoció y amó a Carson MacCullers, que le dedicó Reflejos en un ojo dorado. Una piedra en
el camino torció su bicicleta y su existencia, que murió de resultas de la
caída.
Reseña publicada en: http://www.melibro.com/con-esta-lluvia-anne-marie-schwarzenbach/