Escritor,
pintor y fotógrafo.
Prólogo Simon Zabell
Selección y traducción: Carmen Montes Cano
102 págs.
Nórdica Libros, 2012
Con motivo del centenario de
Strindberg la editorial Nórdica ha agrupado en esta edición una serie de
textos: (poesías, fragmentos, comentarios) e imágenes (fotografías y
reproducciones de pinturas) con el añadido de presentar los textos de modo
bilingüe: español y sueco. El resultado es un libro breve, pero muy ilustrativo
sobre la producción de este gran creador sueco.

Como artista plástico, anticipó
la abstracción y utilizó el paisaje, partiendo del romanticismo nórdico, como
base para elaborar pinturas que podrían darse la mano con las últimas obras de
W. M. Turner, o algunas de Friedrich. Si el paisaje le deba pie para pintar
lienzos casi abstractos, (y, curiosamente, en formato vertical, lo cual no era
lo corriente) su propia imagen, en el modo autorretrato, le sirvió en la
fotografía para experimentar, usándose a sí mismo como modelo ante la cámara,
al modo que otro compañero de andanzas y experimentos artísticos, además de
amigo: Edvard Munch. Ambos experimentaron con los nuevos medios que
representaban la fotografía y similares. Y también Munch trató de plasmar
demonios interiores, aunque de modo completamente diferente que Strindberg: no
hay más que ver cómo abordaron ambos un mismo tema: los celos. Munch utiliza el
simbolismo y la figuración, y Strindberg trata de poner los celos en pintura,
propiamente: plasmar la pulsión emotiva, la pasión de los celos propiamente con
los pigmentos sobre el lienzo, al modo que mucho más adelante Pollock
intentaría con su goteo. El artista
sueco también experimentó con la fotografía en lo que denominó celestografías: impresiones sobre la
placa fotográfica de las luces nocturnas del cielo.
En los textos que se incluyen en
esta antología, además de los poemas, hay fragmentos que nos dan una idea de
los pensamientos y emociones que invadían su mente y corazón, como éste,
presentado junto a una de las pinturas que realizó sobre el motivo del Faro: «En
1872 (¿?) navegábamos una noche de verano cerca de Sandhamn. Me desperté y subí
a cubierta. No sabía dónde estábamos, Avisté el faro de Korsö bajo la luz del
amanecer. Quedé extasiado y vi ierta perspectiva de futuro en relación con el
faro. Incontables veces he recordado aquel momento, uno de los más deliciosos
de mi vida. Y muchas veces he pensado en pintar el faro en aquel instante. » (Diario Oculto, 1908)
En suma, una excelente
presentación, una interesante elección de textos y de imágenes, que nos revelan
a un artista en su emotividad y pensamiento.
Ariodante