(JUAN DE LA COSA)
JAVIER TAZÓN RUESCAS
Ed. Librucos, 2017
El cartógrafo de la reina, Las rutas
del Norte y El mapa perdido son las anteriores novelas de Javier Tazón sobre Juan de la Cosa. El
autor cántabro cierra con esta cuarta entrega su serie de novelas reivindicando
la figura del histórico cartógrafo y marino de Santoña. Si bien las dos
primeras están escritas de modo lineal y en la tercera ya inicia una cierta
fragmentación en los textos, en la presente observamos una estructura a base de
piezas engarzadas en torno a esta figura, con el eje de un imaginario narrador
o más bien, un apostillante narrador:
se trata de François Fournier, supuesto secretario (y posible amante) del
investigador, viajero y erudito Alexander von Humboldt.
La narración comienza, pues, en la segunda mitad del siglo XIX, recién
fallecido Humboldt y el repartida su biblioteca. Fourier recibe una serie de
documentos que conformarían las Memorias de Juan de la Cosa, y la transcripción
de estos, con sus comentarios al margen, constituye el corpus del libro. Los
comentarios y explicaciones de Fournier sirven de nexo de unión entre unos y
otros textos, que a veces provienen de documentos oficiales, actas
inquisitoriales, narraciones de terceros, y textos del propio Juan de la Cosa
-mediante la pluma de su fiel secretario López de Haro-, aunque el compilador
advierte en algún caso que pueden ser apócrifas.
Así, se introducen informaciones, anécdotas, personajes que de modo
tangencial se relacionan con el cartógrafo santoñés. Primero se narran las
aventuras y desventuras y de éste por el golfo de Guinea, hacia 1476, son el
comienzo de los relatos del cartógrafo supuestamente traducidos y comentados
por Fournier. Asimismo cuenta más adelante sus investigaciones en Portugal y
cómo estuvo a punto de ser detenido y aprisionado allí.
Desfilan personajes diversos, compañeros de juventud y aventuras:
Chachu de Lequeitio, Diego Bocanegra, Fernán De Castro, Tigre, Antonio Güemes, Salvareo, los hermanos de Jado: el Cigüeño, y el Moracico, etc. y muchos más.
Las cartas reproducidas no tienen desperdicio: es muy interesante la
misiva de Raimundo Lulio dirigida en 1315 al Papa, hablándole de las
investigaciones y navegaciones de los musulmanes hacia Occidente y del famoso
mapa de Al-Idrisi. Otra de Maese Pintalacola -espía de la familia en los bajos
fondos sevillanos y lisboetas- informa al cartógrafo de la llegada de los
hermanos genoveses Pitaluga (luego Colón) a Portugal y sus dudosos orígenes,
manipulaciones y movimientos. Otra más, de Felipa de Perestrello (suegra de Colón),
cuenta más sabrosos detalles. También es
muy interesante la que fray Juan Pérez (guardián de La Rábida) envía a la Reina
Isabel en defensa de Juan de la Cosa y Fernán de Castro por la persecución que
les somete Ladrón de Guevara por medio de Alonso de Ojeda (el inquisidor, tío
del aventurero homónimo), seguida del acta inquisitorial de Torquemada.
Una vuelta atrás en el tiempo (1470) relata anécdotas del viaje del
joven cartógrafo en los mares del Norte y su relación con Thomas Craft y John
Lloyd, así como Joanotto Cabotto/John Cabot y el maquiavélico espía John Day.
Las aventuras vividas por Craft y Lloyd, así como la narración que hacen del viaje de Alonso Sánchez de Huelva
hacia Occidente, conforman otro interesante capítulo.
Y la mano del autor también deja su huella en el tono humorístico de
algunos pasajes, como el que hace referencia a su admirado Cunqueiro en el
pasaje de Fanto y la fuga de Jimena de Guevara.
Finalizando con una carta que López de Haro envía en 1543 al emperador
Carlos adjuntando una copia del conjunto
de textos de su señor De la Cosa, ya fallecido, así como un texto sobre el
papel de la sidra como potente antiescorbútico.
Javier Tazón tiene buen cuidado de marcar las diferencias en el
lenguaje usado por Fournier, que mira los hechos del siglo XV desde la óptica
de un hombre del XIX. También existen marcadas diferencias de estilo según el
texto sea relato, carta, documento oficial, etc.
Como en los libros anteriores de esta tetralogía, el autor afirma que
no fue Colón ni el primero ni el único en descubrir América, sino el primero en
dar cuenta de ello y organizar su poblamiento, que a partir de él se vino a
llamar "colonización". Tanto por el norte como por el sur, marinos
escandinavos, anglosajones, portugueses y africanos, además de algún otro
español, todos vislumbraron o incluso llegaron a pisar tierra hacia Occidente,
siguiendo rutas de pesca o simplemente por azares del destino, las mareas y los
vientos.
Así, en los distintos textos aportados se cuenta de algunos marinos
protagonistas de legendarias hazañas hacia Occidente, hazañas cuyos testimonios
llegan a Juan de la Cosa o a sus
allegados, y que él transmite en estos textos. Por otra parte, el autor trata
de ahondar en el oscuro origen de Colón, y cuenta una complicada historia sobre
los Colonna, los Pitaluga, cómo llegó este personaje a Portugal, con una mano
delante y otra detrás, y cómo supo construirse una historia y salir adelante
hasta conseguir el favor de la Reina Isabel. Colón aparece, pues, como un visionario
monomaníaco, con una idea fija: llegar a Cipango (Japón) y a las Indias por un
camino más corto, para adelantarse a los portugueses y que el oro y las enormes
riquezas allí acumuladas fueran para España (y para su bolsa). Efectivamente,
la figura de Colón se ha mitificado, magnificándola, cuando en realidad
hubieron otras figuras importantes en lo que llamamos el Descubrimiento,
figuras que han quedado en segundo plano, oscurecidas por la larga sombra del
Almirante.
De un modo u otro, el autor quiere sacar a la luz no solo a muchos
aventureros y marinos compañeros y coetáneos de Colón y de Juan de la Cosa, que
es su figura estrella, sino que quiere mostrarnos costumbres, acontecimientos
colaterales, visiones de la economía y la sociedad de la época y todo,
impregnado de un tono que no puede ocultar cierta socarronería, cierto humor, a
veces desternillante, como en el Epílogo, donde el autor se despacha a gusto
con una imaginaria charla con un fantasma.
La estructura que ha elegido para esta obra Javier Tazón, es una
especie de mezcla de relatos, testimonios, cartas, etc., que pone en práctica
una idea propugnada como alternativa a la novela histórica tradicional, más
lineal y a veces excesivamente didáctica. Idea que ha elegido como bandera de
lo que denomina Nueva Novela Histórica, en cuyo manifiesto el autor afirma
"Abrid las ventanas de vuestra imaginación a la Historia, que pasee por
las grandes avenidas mentales, y no os apuréis sobre el cómo fue, contad lo que pudo haber sido
y, si es necesario, descoyuntadla, fragmentadla, disolvedla en el presente. No
hay pasado, sólo presente. No hay novela histórica, sólo novela"
Javier Tazón Ruescas
(Santander, 1953) es abogado y escritor, muy interesado en el mundo de
la gastronomía, sobre el que versa su primer libro. Después ha llevado su
atención a la historia, a los personajes que salieron de Cantabria, destacando
su interés por la vida de Juan de la Cosa, sobre el que ya publicó El Cartógrafo de la Reina (2010) y Las Rutas del Norte (2011).