EVA DE UR
JOSÉ VICENTE PASCUAL
Editorial Nazarí, 2025
La más reciente publicación del autor, es esta una novela muy filosófica. Podría calificarse también de novela histórica, ya que además de situarse en una época ancestral de la civilización, la del Creciente Fértil o antigua Mesopotamia, la narración gira alrededor de un hecho documentado históricamente (en concreto, el poema sumerio «Enmerkar y el señor de Aratta», como es la guerra entre Ur (Sumeria) y la alianza de Lagash, Uruk y Nippur. También hay base histórica en los comentarios que componen la «Estela de los buitres». Pero preferentemente podría calificarse como narración filosófica, ya que todo el texto está impregnado de un fuerte componente como es la reflexión sobre la vida y la muerte, tema que desde la antigüedad ha perturbado a los humanos (a los humanos reflexivos, se entiende) y que ha destilado miles de teorías y divagaciones al respecto. Asimismo hay otros temas que proporcionan profundas reflexiones, como el de la amistad, la justicia, el bien y el mal (otro tema ancestral), etc.
La forma narrativa que ha elegido el autor —o, si podemos decirlo así, la “excusa” para contar esta historia, trufada de pensamientos filosóficos—es la de un testamento. La anciana reconvertida en curandera Eva de Ur, viéndose en la cercanía de su muerte, dicta a un escriba su testamento …a la vez que recuerdos, reflexiones, recetas medicinales y demás digresiones. Las tablillas de barro donde se consignaba todo proceso legal —y literario— en Mesopotamia, eran lo más parecido a las tablets contemporáneas transmitiendo información.
La anciana Eva vive con sus nietos huérfanos Samit y Aded y las circunstancias, que parecían destinarla a la indigencia y probable muerte, se ven alteradas por la irrupción de las tropas guerreras que van a sitiar la ciudad de Ur. Otros personajes —además de los nietos— son importantes en la narración, proporcionando ocasión para que Eva tenga sugerentes diálogos con ellos: el jefe guerrero invasor Imgur de Lagash, el malvado Sillashu, el joven y complaciente Gihku, el enloquecido Arahpoi, y el fantasma de su difunta hija Aruru, apareciendo en continuos sueños, le proporciona, además de inquietud, temas de reflexión y le anticipa una próxima catástrofe muy superior a la guerra.
Jose Vicente Pascual |
Fuensanta Niñirola