Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-Florencia, 1574) escritor, pintor y arquitecto italiano, conocido especialmente por su obra sobre la vida de los más importantes artistas del renacimiento italiano. Desde su infancia estuvo en contacto con artistas: trabajó en el estudio florentino de Andrea del Sarto y pasó a ser protegido de la familia Médicis. Entre las pinturas que se han conservado de Vasari destacan, en Florencia, los frescos del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, y los de la cúpula del Duomo de Brunelleschi; como arquitecto, entre los importantes edificios que diseñó se encuentran el Palazzo degli Uffizi de Florencia, destinado en un principio a oficinas de la administración florentina y ahora museo, y el corredor alto que une el Palazzo Pitti, a través del Ponte Vecchio con los Uffizi. Asimismo diseñó un gran número de palacios e iglesias en Pisa y Arezzo. Sin embargo, debe su fama a la literatura particularmente por su Vidas de los mejores pintores, arquitectos y escultores italianos (1550, revisado en 1568), impresionante conjunto de 133 biografías de artistas y arquitectos y uno de los primeros estudios sobre arte escritos por un artista eminente, y que constituye una fuente de información de primera mano sobre los artistas del renacimiento italiano. La primera edición sólo incluía a artistas fallecidos, salvo Miguel Angel. Su edición revisada del 68 incluye su propia autobiografía junto a las biografías de otros destacados pintores aún vivos en el momento de escribirlo. Los artistas se distribuyen en tres partes –siguiendo el modelo evolutivo de las tres edades- desde Cimabue hasta Miguel Angel.
Este libro supone la mirada evaluadora del virtuoso (en el sentido renacentista de la palabra) Vasari, así como su explicación y modo de enfocar la situación de las artes en un periodo tan trascendental: el renacimiento italiano. Su estilo de escritura, natural y desenvuelto, ha hecho de esta obra una de las más perdurables historias del arte que se hayan confeccionado hasta ahora, siendo de inevitable consulta para todo aquel investigador y amante del arte.
La editorial Cátedra, que ya tiene una edición crítica (Madrid, 2002) de las Vidas, en esta edición ha optado por seleccionar sólo treinta y dos biografías, aunque respetando el orden en que las colocó Vasari. También se han suprimido los textos dedicados al prefacio, a las técnicas artísticas y a los tres proemios, así como todo el aparato bibliográfico y cronológico incluido en la edición de 2002. Sin embargo, lo novedoso de esta edición recae en las 180 magníficas ilustraciones a todo color de las obras de los artistas seleccionados, lo que hace del libro, en formato 24x33cm un excelente ejemplar para cualquier biblioteca artística que se precie.
Acompañando a cada texto de Vasari, se incluye un texto complementario en el que se especifican temas como fechas y datos que sirvan para ubicar correctamente cada pieza artística. Vasari advierte que su intención no consiste en un mero inventario de obras y artistas, aunque use la biografía como medio para hablar de ellos. Está también interesado en informarnos de datos sobre la formación artística, cuestiones técnicas, datos sobre clientela y mecenazgo, y asimismo establecer unos ciertos criterios de calidad, y aspectos estilísticos que definen una obra cohesionada dentro del conjunto de cada artista; igualmente, Vasari considera necesario juzgar actitudes personales y modos de vida, considerando que el artista, para lograr sus ambiciones, ha de adoptar una compostura profesional y social. El artista se ve así elevado a la dignidad de hombre notable, lo que repercute en elevar el nivel de aquellos que le promocionan, los mecenas y las ciudades. De hecho, en su dedicatoria a Cosme de Medicis, Vasari dice: “mi intención, que no ha sido la de ganarme la fama como escritor, sino como artífice en alabar el ingenio y avivar la memoria de aquellos que dieron vida y gloria a sus respectivas profesiones y no merecen que sus nombres y sus obras caigan en el olvido absoluto y la muerte.” Olvido en el que se sumergen los artistas anónimos medievales, góticos y románicos, considerados como amanuenses, meros artesanos. Vasari cree que los artistas han dado un paso importantísimo, y que su trabajo ha de ser considerado a otro nivel superior.
Las biografías comienzan, lógicamente, con Giotto, el innovador, el precursor: aquel que abrió la puerta a la novedad; no podría ser de otro modo. Y obviamente, acaban con Miguel Angel: pintor, escultor y arquitecto. De Giotto nos dice: “Y fue realmente milagroso que en esa edad ruda e inepta surgiera el vigor de Giotto para pintar tan sabiamente que el dibujo, del que los hombres de aquel tiempo tenían poco o ningún conocimiento, resucitó completamente con él.” De Brunelleschi nos dice, por ejemplo, que “nos lo entregó el cielo para dar nueva forma a la arquitectura, extraviada desde hacía siglos”; de Piero: “lo importante que es imitar las cosas verdaderas, y referirse constantemente a la naturaleza de lo copiado.”; a Botticelli lo describe como “inquieto”; finalmente, a Miguel Angel lo considera como encarnando “la perfección de todas las virtudes”
Entre uno y otro desfilan muchos: Ghiberti, Ucello, Masaccio, los tres Bellinis, Piero, Alberti, Verrocchio, Brunelleschi, Botticelli, el divino Rafael y el inquietante Leonardo. Por citar sólo a los más conocidos de los conocidos. De ellos, Vasari no sólo nos cuenta su vida, nos habla de su carácter, de su técnica, nos analiza sus principales obras, en fin, realiza una labor magistral.
4 comentarios:
Vasari, siempre criticado, pero todos acudimos a sus fuentes para conocer mejor a artistas, que sino hubiera sido por él, no tendriamos casi ni noticias. Siempre será necesario en toda biblioteca de arte que se precie. M ha gustado mucho tu reseña.
Rafael Lillo
Gracias Rafael, por tu comentario. Yo creo que Vasari es imprescindible.
Interesante reseña. Las fotografías me recuerdan que hace un año, por estas fechas, estaba allí, en la Capilla Sixtina y admirando los conocidos cuadros de los museos vaticanos. ¡Qué maravilla!
Hola, Ethan, cuanto tiempo sin leerte! No sé cómo me las arreglo para ir tan ocupada, incluso ahora. A ver cuando me paso por tu blog, veo títulos muy apetecibles, cada vez que sacas entradas nuevas...Muchas gracias por tu comentario
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