Reseña publicada en :
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Daniel Defoe (Londres,1660-1731), escritor, periodista, político, espía, comerciante...es un autor británico imprescindible, al que todos conocemos por su Robinson Crusoe o su Moll Flanders, pero del que quizás sabemos poco más. Todo un personaje en su época, conoció la cárcel, se libró de milagro de que le cortaran las orejas, hizo labores de espionaje (para el rey, para los torys y para los whigs), escribió agresivos artículos en los periódicos del momento (en veintiséis, concretamente) viajó por Europa, fue comerciante y sabe Dios qué otras cosas hizo más. A la literatura se dedicó a partir de los sesenta años, edad provecta en su siglo. Probablemente ante su declive físico se concentro en labores que podía hacer cómodamente sentado. Se le atribuyen entre doscientas y trescientas obras, de temas variopintos: piratería, historia, moralidad, comercio, etc.
La obra que nos ocupa, Memorias de un caballero, es una autobiografía de un personaje ficticio, pero un panorama histórico real, el inmediatamente anterior al nacimiento del autor. Funciona perfectamente como una crónica de las múltiples guerras que le precedieron: los inicios de la guerra de los treinta años, en la que los reinos del continente europeo se masacraron con la excusa de las guerras de religión, lo que les permitía invasiones y cambios de frontera continuos. El rey sueco Gustavo II Adolfo, (padre de la futura, y breve, reina Cristina) personaje muy admirado por el narrador, un ficticio caballero británico, se le presenta como el Príncipe ideal, a cuyas órdenes sirve durante años, hasta la muerte del rey, momento en que abandona el continente para volver a Inglaterra, donde participa en la guerra civil inglesa, entre el Rey y el Parlamento, que finalizó con la dictadura de Cromwell. Así, la primera parte del libro recorre los escenarios guerreros centroeuropeos, observando desde uno y otro bando hasta implicarse en el sueco; la segunda parte trata de la guerra británica, involucrado, obviamente, en el partido del Rey.
La obra es una historia novelada, historia que Defoe no vivió, ya que nació casi dos décadas después, pero cuya cercanía en el tiempo le permitiría consultar detalles y recoger testimonios; en muchos pasajes casi cobra la forma de un ensayo de historia militar. Las dos partes son de interesante lectura: la centroeuropea y la exclusivamente británica, aunque a mi juicio la parte británica deja un tanto en el aire a personajes como Cromwell, que apenas cita, y el tema del ajusticiamiento del rey, que también pasa muy por encima. La masa del ejército dominaba el Parlamento,-nos dice, al final del libro- los oficiales a los generales, los soldados a los oficiales, y todo se debatía en la confusión más espantosa. En esa terrible situación sacrificaron a su rey y derramaron sin tasa la sangre de la nobleza inglesa.(...) Existió desde el comienzo un partido cuya finalidad verdadera era la destrucción del gobierno, la aniquilación de la monarquía y el asesinato de su soberano; y como suele ocurrir siempre en estos casos, este partido fue el que prevaleció, dominando a todos los demás y haciendo añicos la dignidad y honestidad de que querían revestir su conducta, los dirigentes y elementos dignos del partido parlamentario. Así, el Parlamento que puso en pie un ejército para deponer a su rey, se vio a su vez depuesto por ese mismo ejército.
En fin, Defoe es un clásico a leer, aunque quizás este libro se lea más como ensayo que como novela y tenga algunos tramos un poco indigestos. Pero en general, es una obra a tener en cuenta para todo aquel que se interese por la Historia.
3 comentarios:
No conocía nada de la vida de Defoe y me ha asombrado saber que tuvo una vida tan agitada (al menos en cuanto a la forma de ganarse la vida) y que empezó a escribir con tanto acierto cuando ya no estaba para andar trotando por ahí. Hay gente que tiene suerte (o mucho talento). Besitos, guapa.
Tengo ganas de leer Moll Flanders. Su vida desde luego... merece otro libro.
Un abrazo!!!
Ariodante, es una estupenda reseña ya que, como la mayoría, sólo conozco los dos títulos que citas y otro (que creo que se ha reeditado recientemente por Impediemtnas) sobre la peste negra. Es intereasnte lo que cuentas sobre este autor, ¡comenzó su obra literarria a los 60 años! Y qué obra¡ Es una buena recomendación.
Un abrazo.
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