En una luminosa tarde primaveral valenciana, entre el olor a azahar que los naranjos y limoneros de algunas calles y plazas nos brindan, algunos hemos renunciado a pasear a pesar del dulce clima y el aire perfumado, para sentarnos a escuchar la presentación de un libro, mientras degustamos un capucchino delicioso o una cerveza bien fría. Y hemos sido bastantes, por cierto: el local estaba a rebosar, lo cual dice mucho a favor del autor, ya que, tras haber realizado hace apenas dos o tres semanas la primera presentación en Valencia, en el Museo L’Iber, con lleno total, ahora vuelve a llenar.
Jose Luis, nuestro anfitrión en el Bibliocafé, lugar habitual de las tertulias, presentaciones, talleres literarios y actuaciones musicales variados y que atraen gran público, nos ha introducido a los componentes de la mesa: José Antonio Millán, el ubicuo y omnipresente Antonio Penadés, y obviamente, el autor, Fernando Ortega, parapetados tras una buena cantidad de ejemplares de la primera novela de este nuevo miembro del clan literario.
José Antonio Millán, profesor de literatura y amigo personal del autor, abrió el fuego citando a Marías (Javier) en aquello de que “la mejor cualidad de un presentador es su brevedad”. Millán, como buen profesor con tablas en dirigirse al público y en analizar una obra de modo didáctico, nos anuncia que ya que la literatura es un juego de verdades y mentiras (recordemos a Vargas Llosa), él va a decir muchas verdades y una mentira, y corresponderá al público decidir qué es cada cosa. Nos habla de su amigo Fernando, de su gran afición por las letras...y por el ajedrez, claro. Y nos asegura que si un escritor escribe es porque tiene algo que decir, y Fernando lo tiene: sobre la adolescencia, las relaciones paterno-filiales, la comunicación no verbal, los silencios que hablan, la victoria y la derrota... Fernando Ortega habla de todo esto, pero además, lo cuenta bien. Usa la palabra exacta y precisa, lo cual es loable en estos tiempos de pocas exigencias. Y aunque el ajedrez sea el hilo conductor, es una obra que lo desborda en mucho: cualquiera, conozca o no el juego puede seguir perfectamente la historia. Contiene una defensa del individuo independiente, lo que ahora se llama un friki, alguien que renuncia a mucho a favor de algo que le interesa verdaderamente. Acabó su parlamento –que no fue tan corto como anunció, pero sí jugoso-con una divertida broma, que relajó a la audiencia en una carcajada final.
Antonio Penadés, que sí fue muy breve, comenzó contándonos cómo conoció tardíamente a Fernando, a pesar de haber sido compañeros de colegio, tener gustos parecidos y aficiones compartidas. Posteriormente lo tuvo como alumno en su taller literario, lo que ayudó -¡y cómo!- a Fernando en la parte técnica. Destacó la importancia de los textos que preceden cada capítulo de la novela, los llamados del Escriba, que merecerían, según él, una publicación independiente de gran valor teórico y muy positivo. Contienen, según Antonio, la esencia de la novela. Otra característica destacable es el fácil reconocimiento o identificación de los personajes de la novela, que funcionan casi como arquetipos, en una historia que nos habla de La Vida, y el continuo conflicto que nos plantea vivirla.
Finalmente el autor, Fernando Ortega tomó la palabra demostrándonos que no sólo sabe escribir sino que domina el arte de dirigirse al público. Nos hizo una intervención muy agradable y simpática, llena de humor y de anécdotas sobre sus primeros contactos con el ajedrez y con la lectura, y del accidente cuya larga convalecencia le permitió el tiempo tan necesario para escribir. Descubrió que el ajedrez es más que un juego: es una ciencia, es un arte. Es una pasión, un gozo. Y es esto lo que él quiere transmitir en la novela, además de valerse de esa pasión para resaltar esa defensa de la diferencia, de la individualidad, de la que ya nos han hablado los anteriores ponentes. Y también le interesa destacar el tema del aprendizaje: como profesor –y como el alumno que fue en su día- rompe una lanza a favor de la enseñanza ejemplar, de la interrelación de teoría y práctica, del dominio del método frente a la memorización de contenidos. Y nos dijo unas cuantas cosas más, pero que abundan en las ideas centrales que ya se han comentado antes.
Posteriormente hubo el turno de preguntas y respuestas, y continuamos un buen rato en agradable charla ya compartida y animada.
1 comentario:
Completamente de acuerdo. Una presentación a la altura del libro. Ojalá tenga éxito en la Feria del libro que ahora empieza en Valencia.
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