HENRY JAMES
Ed. Siete noches, 2006
"La
Madona del futuro" es el primero de los dos relatos que componen el libro,
unidos alrededor del tema artístico. Tres habituales temas de James destacan en
este relato: la creación artística, el contraste entre el los europeos y los norteamericanos, y la pasión
por Italia y lo italiano. Este último tema queda claramente mostrado en sus
descripción de Florencia, la ciudad renacentista por excelencia, donde el arte
brota a cada paso que se da por sus calles y edificios. El contraste entre el
talante americano con el europeo recorre casi toda la obra de James. En este
caso se trata de la manera de mirar el arte, tan distinta entre los que apenas
tenían un siglo de sociedad estructurada y los que, como los europeos, llevaban
siglos y siglos a sus espaldas. Siglos creando y mirando arte, entre otras
cosas.
“—¡Somos los desheredados del Arte! —exclamó—. ¡Estamos
condenados a ser superficiales! ¡Nos hallamos excluidos del circulo mágico! Lo
que late bajo la manera de percibir de los americanos es un mero, pobre,
pequeño, estéril caudal. Sí, estamos condenados a la imperfección. Un
americano, para sobresalir, debe aprender diez veces más que un europeo.
Carecemos de una percepción verdaderamente profunda.”
Pero si
hubiera que elegir el tema más importante del relato, tendríamos que
circunscribirnos a la creación artística. Toda esta historia rezuma Balzac:
"La obra maestra desconocida". De hecho, en algún momento lo cita,
porque su influencia resulta fortísima. La historia es completamente diferente
en cuanto a los detalles, pero esencialmente coincide en lo fundamental. Podría
llamarse "La Madona desconocida" redundando al maestro francés.
“Pero meditando sí que podemos aún alcanzar lo ideal;
redondearlo, afinarlo, perfeccionarlo. El resultado… el resultado (su voz se
puso a temblar y fijó de nuevos sus ojos en el cuadro; cuando me miró de nuevo,
los tenía invadidos por las lágrimas), el resultado puede que sea inferior a
eso; ¡pero todavía puede ser bueno, puede ser grande! —exclamó con vehemencia—.
Puede colgar de una pared durante años en excelsa compañía y mantener viva la
memoria del artista. ¡Imagínese ser conocido por la humanidad de este modo!
¡Permanecer expuesto aquí a través de los lentos años y ser contemplado por las
diferentes generaciones;”
James nos
ofrece en este texto -por boca del artista
Theobaldo- unas cuantas teorías
sobre arte, además de que casi parece que quiera pintar con las
palabras, en ciertas partes del texto. Por ejemplo, el fragmento en que se
describe a Serafina, supuesta modelo para la Madona de Theobaldo: la detallada
y plástica descripción de la mujer, resulta un intento bastante aproximado a lo
que supondría pintar con la escritura, evocando visualmente imágenes.
Respecto a la
creación artística, su personaje insiste en que ser artista es algo que
impregna el carácter, el modo de vida, ...
"el genuino artista se halla siempre trabajando. Se apropia de lo
que va encontrando, extrae preciosos secretos de lo que circula ante sus
ojos" (¡ Es inevitable pensar en Picasso!)
El narrador es
un joven norteamericano, gran aficionado al arte, que pasa una temporada en
Florencia y queda impresionado por un personaje marginal, un artista cuya
monomanía es realizar una Madona que supere a Rafael. Tras la fascinación
inicial empieza a recibir versiones contradictorias sobre su nuevo amigo y
profundiza un poco más en su vida, llegando a conocer a la mujer que le sirve
de modelo, al menos, que le tiene hechizado y en la que supuestamente se basa
para su Madona. El relato va elevando su tensión hasta el dramático final, como
no podía ser de otro modo.
"La
amante de Briseux" segunda y última narración, tiene un marcado eje: la
contraposición talento/técnica, y también abunda en otra contraposición: el
drama del talento carente de medios para demostrarlo y el desperdicio que
supone el afortunado con medios abundantes pero sin talento para usarlos.
De nuevo un
turista norteamericano visitando un pequeño museo de una población francesa,
queda impresionado por una pintura, y casualmente conocerá a la dama, ya
madura, que posó en su juventud para ese cuadro, y que le contará su breve
relación con el artista que la pintó.
La dama estuvo
prometida con un artista con fortuna pero sin talento, que aprendía la técnica
pero no insuflaba alma a sus pinturas. Accidentalmente conoce a un verdadero
artista que la convence de posar para
él, lo que supone un conflicto con su prometido.
“—¿Que quién soy? Un artista, señorita. Si tuviera dinero
para hacerme unas tarjetas de visita le daría a usted una. Pero no tengo dinero
ni para comprar pintura; ni siquiera para comprar pan tengo. Poseo talento,
imaginación, ¡demasiada!, ideas; prometo mucho, tengo futuro; y, sin embargo,
la máquina no puede funcionar ¡por falta de combustible! Me veo obligado a
vagabundear con las manos en los bolsillos para mantenerlas calientes; me
faltan las herramientas básicas para mi negocio. ”
La
contraposición es flagrante. Briseux es un artista con mucho talento, pero por
carecer de medios apenas puede ejercer su arte hasta que tiene lugar el
encuentro con la dama, que, al permitirle pintar el cuadro le catapultara a la
fama.
Obviamente
estos relatos son una excusa para expresar sus ideas sobre el arte, ya que son
estereotipos muy marcados, y las historias no demasiado realistas.
En suma, dos
textos que invitan al lector a reflexionar sobre el arte y los modos de acceder
a él.
Fuensanta
Niñirola
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