ANDREA CAMILLERI
Traducción: María Antonia Menini
Pagès
Editorial Salamandra, 2003
Camilleri
tiene, entre otras muchas obras de su prolífica producción, dos series
principales. La que desarrolla un género claramente policiaco y protagoniza su
personaje, Montalbano, y la que desarrolla una serie de narraciones de intriga
ambientadas en la Sicilia de finales del siglo XIX. La primera novela de esta
última serie, "Un hilo de humo", se publicó en 1980. La presente
novela, octava de esta serie, fue publicada en 1999. Basada en una noticia
extraída del estudio de Leopoldo Franchetti sobre la Sicilia novecentista, esta
es una novela de intriga que podría inscribirse dentro del género policiaco si consideramos el género en su
acepción más amplia.
Giovanni Bovara, inspector de Hacienda genovés pero de padres sicilianos, llega a
Montelusa, (Sicilia) población cercana a
la imaginaria Vigàta, comisionado para la recaudación de unos impopulares
impuestos sobre la molienda. El gobierno italiano exigía a los terratenientes
sicilianos unos impuestos tan demoledores que prácticamente ninguno cumplía esa
exigencia, creando una red de ocultación de molinos, o sobornando a las
autoridades locales para que hicieran la vista gorda.
El hecho de
que el inspector provenga de Génova, hace contrastar la sociedad sureña
siciliana con la del norte. Desde el primer momento todos advierten que Bovara
no va a ser hueso fácil de roer, que está hecho de otra pasta. Y el propio
Bovara también es consciente de que allí va a tener problemas. Los dos
anteriores inspectores, Bendicó y Tuttobene, han muerto en circunstancias harto
sospechosas. La acción se desarrolla entre septiembre y octubre de 1877.
Paralelamente
a la llegada del inspector y sus primeros movimientos, el autor narra otros
hechos para ambientar la situación y además, para presentar personajes que
luego confluirán en la misma narración.
Las complicadas relaciones con las mujeres que se lleva el padre Artemio
Carnazza, cura de Montelusa. La explosiva viuda doña Trisina Cicero lo lleva
loco, pero la anterior amante, doña Romilda Brucculeri, al enterarse moverá cielo y tierra contra él. Don
Memé, primo del cura, también está muy inquieto por lo que considera una
injusticia respecto un reparto de la herencia común.

El caso es que
Bovara le alquila una casa a la viuda Trisina, sin conocerla, pero cuando esto
ocurre, la dama le pone ojitos y el inspector no reacciona, lo que estimula a
la ardiente viuda a insistir en sus
avances. En su oficina, el ujier Caminiti le pone al día de las costumbres de
la casa y del pueblo, pero Bovara es reacio a seguirlas. En breve tendrá
problemas.
La acción se
desata al hallar muerto el padre Carnazza. A partir de ahí, la narración se
convierte en un intercambio de misivas a las autoridades superiores, policía,
carabineros, abogados, fiscal, juez y ministros. Con ellas recrea el clima de
tensión y las relaciones entre autoridades y caciques, y cuando se reanuda la
narración lineal, el caos se desata.
Viéndose
acosado y acusado, Bovara habrá de utilizar su inteligencia y, como en una
partida de ajedrez, cuando le toca el turno, mover el caballo.

En suma, una
novela entretenida, bien hilvanada y con el sello Camilleri.
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Fuensanta
Niñirola
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