LADY MACBETH DE
MTSENSK
NIKOLÁI LESKOV
Nórdica Libros, 2015
Ilustraciones : Ignasi Blanch
Traducción: Marta Sánchez Nieves
Versión ilustrada de esta novela corta de un escritor no muy
conocido en España. No muy aceptado en su época, denostado desde la izquierda y
la derecha, Leskov era un liberal doctrinario, nieto de un pope ortodoxo ruso y
sobrino de un cuáquero inglés; algo de eso hay en uno de sus temas preferidos,
el enfrentamiento entre los ideales y la realidad. Lejanamente inspirada en el texto de Shakespeare, cuenta los
crímenes de una mujer burguesa dividida entre un amante plebeyo y los preceptos
de la moral reinante.
Katerina Lvovna encarna a una mujer profundamente enamorada,
pero a diferencia de la Lady Macbeth shakespeariana, sus crímenes, a pesar de
ser terribles y absolutamente
condenables, no son generados por el deseo de poder, sino por un amor desesperado, radical, ciego
a todo lo que no sea su objeto de amor. . “Para ella no existía ni la luz ni la
oscuridad, ni el bien ni el mal, ni el tedio ni la alegría.” Katerina desea a
su amante con una atracción fatal, y elimina paulatinamente a todo aquello que
se opone a su pasión. Pasa por encima de las normas sociales, morales y no
distingue entre quienes suponen un posible obstáculo para la realización de su
amor. Es una mujer de apariencia frágil, pero de férrea voluntad.
Casada durante 5 años con Zinovi Borisych, mercader de harinas,
muchos años mayor que ella y viudo de un matrimonio anterior que no le dio
hijos, Katerina se aburría soberanamente en su casa, sin conseguir quedarse
embarazada. En la casa vivía su suegro, Boris Timofeich, una vieja criada y
cocinera, Aksinia. La joven Katarina era observada por todos y se sentía muy
sola, siempre de compañía de gente mucho más mayor. Hasta que, finalmente, en
una larga ausencia de su marido por viaje de negocios, conoce a uno de sus
empleados, Serguei, y la chispa del amor, del contacto físico, la pasión
sensual y sexual, surge y crece como una abrasadora hoguera de leña muy seca.
A partir de ahí, la dulce y triste Katerina se transforma en una
mujer arrolladora que todo lo enfoca con el filtro de su pasión. Serguei, que ha sabido conquistar a su ama,
poco a poco se va dando cuenta de hacia donde se dirigen las miradas y los
terribles planes de su amante. Sin embargo, la sigue. Hasta que, finalmente,
tras un espantoso asesinato, el amor de Serguei se quiebra y abandona. En la
larga carrera hacia su castigo, Katarina es presa de los celos, unos celos
avasalladores, y continúa eliminando los obstáculos para recuperar su amor.
Serguei es un personaje débil, que no ha sabido distinguir entre
un amor pasajero y el amor brutal y terrible que despierta en su amante.
Katarina, en cambio, se convierte en una dura mujer capaz de todo con tal de
conservar a su amante en su lecho.
La historia tiene un fuerte dramatismo, pero al mismo tiempo,
está contada con una naturalidad que
contrasta con la dureza de los hechos. Leskov renovó el idioma literario, al
que aporta su conocimiento tanto del ruso más vulgar en todos sus registros, dialectos
y jergas, como del más culto y clásico, e incluso del antiguo eslavo
eclesiástico. Su obra supone un gran fresco de la vida rusa en la segunda mitad
del siglo XIX. Creó una galería de tipos originales, raros y pintorescos. Si hubiera que alinearlo entre los grandes
escritores rusos del XIX, creo que se le podría encontrar más cerca de Gógol que de otros. Según Tolstoi, Leskov era
un adelantado de su tiempo. La narración sirvió de base para la ópera homónima
de Shostakovich, cuyas representaciones fueron suspendidas y cayó en desgracia
frente a Stalin, tildándola de “esnobismo antipopular, pornofonía y formalismo”.
En cuanto a las ilustraciones, el artista crea unas imágenes de
rasgos duros y fuertes, jugando solo con el blanco, el negro y el rojo.
Sensuales cuando muestra a los amantes, melancólicas y tristes ante la soledad
de la mujer, y agresivas en los momentos previos al asesinato, creando espacios planos, con perspectivas muy
escorzadas o vistas verticales, casi cinematográficas. En suma, una cuidada
edición y traducción.
Fuensanta Niñirola
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