Die Frau auf der Treppe, 2014
BERNHARD SCHLINK
Trad.: Txaro Santoro
Anagrama, 2016
El multifacético Marcel Duchamp (1887-1968)
pintó un cuadro, Desnudo bajando una
escalera, en el que trataba de plasmar la ilusión del movimiento mediante
líneas y planos superpuestos en una figura asexuada, de perfil; posteriormente
también Gerard Richter (Dresde, 1932) pintaría una versión muy diferente: Ema.
Desnudo en una escalera, en este caso la figura es femenina, está pintada
desde una perspectiva frontal, más estática y más realista. Schlink explica en
una entrevista que “no fue Duchamp, sino el pintor Gerhard Richter, que trabajó
sobre la obra de Duchamp y pudo seguir mostrando esa mujer que baja la escalera
en forma real, diferente de cómo lo hace Duchamp. Hace muchos años vi por
primera vez la pintura de Richter en un museo de Colonia (Alemania) y desde
entonces tengo la postal en mi escritorio, y es realmente fantástica.”
M.Duchamp |
Escrita en primera persona, la novela
adopta el punto de vista de un tercero en discordia, podríamos decir. En la Art
Gallery de Nueva Gales del Sur, ante la
visión de un magnífico cuadro en el que se representa a una mujer bajando una
escalera, un abogado alemán, viudo con hijos ya mayores, ve reaparecer su
pasado a pasos agigantados. Vuelve la temática habitual de Schlink: las
relaciones de pareja, las relaciones humanas en general, el valor de las cosas
y el valor de la vida, la actitud ante la muerte.
Dividida en tres partes, tras dos
capítulos en tiempo contemporáneo, realiza un largo flash back de veinte
capítulos para retornar de nuevo al comienzo. Y ahí se desarrolla la parte más
importante de la historia.
En torno a Irene se mueven, además del
narrador, los otros dos personajes: su marido, Peter Gundlach y el pintor, Karl
Schwind. Irene ha abandonado a Peter por Karl. El litigio surge porque Karl
quiere recuperar su cuadro y Peter a Irene,
su mujer. Pero ella parece pensar otra cosa. Buscan a un intermediario, un
abogado joven de una prestigiosa firma…que es nuestro narrador, rendido bajo el
encanto de Irene, que le llamará “mi caballero valiente”. Una vez que comprende
que le ha cautivado, Irene le propone una jugada maestra: robar el cuadro y
escapar con ella. Pero la realidad será distinta. El cuadro, como diría
Hitchcock, es el MacGuffin: la excusa
para contar todo lo demás.
Esta primera parte es, digamos, la
explicación para que el lector comprenda mejor lo que va a ocurrir en la segunda
y tercera parte del libro. Lo que comienza como una investigación con tintes de thriller -no en balde el autor tiene
una serie de novelas policiacas-, se convierte en una historia de gran
profundidad humana. El cuadro pierde el interés y la figura del narrador crece
enormemente ante la Irene real. Del mismo modo que, en su libro El lector, el protagonista pierde el
contacto con la mujer que admira y desea en su juventud, reencontrándola de
nuevo en su edad madura, en esta novela también hay una pérdida y un
reencuentro, muchos años después.
Mano a mano, el narrador hace repaso de su
vida pasada, de lo que fue y de lo que podría haber sido si se hubiera unido a
Irene. Ella misma le pide que deje volar su imaginación y le cuente. Así, se
establece una relación madura, pausada, en la que ambos viven un tiempo de
placidez y armonía, ya que no de felicidad.
El entorno es paradisiaco, un tanto agreste y salvaje, pero
suficientemente solitario para entablar una relación muy personal. El resultado
es dramático, tanto en la naturaleza que les rodea como en la propia relación.
Pero a pesar de todo, el libro deja una mezcla de amargor y dulzura, un sabor
agridulce, que resulta placentero.
Bernhard
Schlink (1944, Bielefeld, Alemania) es un
escritor y jurista alemán. En 1998 fue nombrado juez en la corte constitucional
del estado federal de Renania del Norte-Westfalia y es profesor de historia de
la ley en Universidad Humboldt, Berlín, desde enero de 2006. Su carrera como
escritor comenzó con novelas policíacas teniendo como protagonista a un
personaje llamado Selb; En 1995 publicó El
lector, que se convirtió en un éxito de ventas en Alemania e
internacionalmente.
Fuensanta Niñirola
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