ALFONSO MONTORO
Editorial Nazarí, 2018
El microrrrelato, que actualmente es un
formato muy de moda, por decirlo de alguna manera, no es algo surgido de hoy;
recordemos el considerado como primer micrrorelato un cuento llamado El Dinosaurio, del escritor guatemalteco
Augusto Monterroso, en 1959: “Cuando
despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.
Contener en una sola expresión o frase
toda una historia es difícil. Y también lo es para el lector comprender todo lo
que se le trata de transmitir. En esta colección de historias breves o
brevísimas, juega un papel imprescindible el título de cada una. Da una pista
fundamental para la comprensión del significado profundo, que está contenido en
tan poco texto. Pues bien, hay un texto en este libro que me recuerda mucho a
Monterroso. Es éste:
UNA HISTORIA PRETÉRITA
“La mosca seguía
zumbando, a pesar de todo”(p.30)
También el título del libro está muy bien
elegido: estos relatos pican. Molestan, perturban, inquietan; como una
piedrecilla alojada en nuestro zapato y que se va clavando en el pie al andar .
Una china, que ha entrado sin nuestro permiso y hasta que la
saquemos nos da guerra. Pues estos
relatos brevísimos dan guerra. Dan que pensar. No es un libro para leer de una
tirada, no. Abstenerse aquellos lectores que desean pura evasión (ojo, es una
opción tan buena como cualquier otra) o que desean acción, sexo, finales
felices, dulzura. No; estas historias no
entran dentro de esas categorías. Estas historias rascan el alma humana.
Arañan, incluso duelen. Como las piedrecillas clavadas en el pie al andar.
Cito algunos, muy breves a modo de muestra:
SEGUNDA MANO
Vendo alma escaldada,
necesita de poco espacio, funcional. Sin gastos de envío. Precio negociable.(
p. 72)
GUERRA
Seguid adelante,
gritaban los héroes desde las tumbas. (p.121)
BODAS DE PLATA
El detective le confirmó
sus sospechas, lo había engañado durante más de veinte años. Las confesiones
acerca de sus continuas infidelidades eran pura fantasía. (p.139)
UNA CARTA
Ha pasado un tiempo
desde que decidí esconderla, desde lo del suicidio de papá. No tuve entonces el valor para abrirla, justo del que me armé hoy para
poder hacerlo. Aún sigo estupefacta. Mamá no tardará mucho en regresar. He de
salir tan pronto como pueda de esta casa. (p. 152)
No todos son tan breves, hay otros relatos
más largos y complicados, como El
camafeo, Igualdad de género, El
presentador de moda, El gato Antonio…Creo que el autor se luce más en los
textos más breves; en los largos, la historia a veces queda enrevesada –no
siempre- y cuesta algo de esfuerzo seguirle. Pero la mayoría son textos de
pocas palabras y una historia condensadísima pero transparente. O translúcida.
En cuanto al lenguaje, no sólo está muy
bien escrito cada texto, sino que las metáforas y los simbolismos empleados son
elegantes, además de correctos.
En suma, una obra no para el gran público,
sino para aquel que desee reflexionar, madurar las palabras, pasar un rato
paladeándolas…casi, casi como la poesía. Pero con un picorcillo en la lengua o
en el puente del pie.
Alfonso Montoro presentando su libro en la Biblioteca de Andalucía |
Alfonso Montoro (Arjonilla, Jaén, 1975)
escritor jienense licenciado en Derecho en la Universidad de Granada.
Posteriormente cursó estudios de periodismo, postgrados de literatura, crítica
y ensayo, además de estudios cinematográficos, de fotografía y humanísticos en
el CEU.. Actualmente reside en Granada. Comenzó a escribir hará unos cinco
años, aproximadamente.
Esta
es su tercera publicación, para la que ha elegido el formato del microrrelato,
tras haber escrito novela y relatos.
Fuensanta Niñirola
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