Finalicé gozosa la biografía de Forcellino sobre Miguel Angel, el genial artista del Renacimiento que vivió y se dejó la piel trabajando en su arte, y nos dejó una impresionante herencia. Pero he aqui que descubro -aún sin leer- en mi biblioteca, otra biografía del mismo artista, esta vez a cargo del espléndido biógrafo Emil Ludwig. Y ¡zas! me sumerjo en su lectura, con el placer con que se reencuentra uno a un viejo amigo al que hace poco acabas de ver y aún tienes reciente en la retina su mirada y en los oídos su voz.
Cuando la terminé de leeer, me sentí profundamente satisfecha, doblemente satisfecha; por una parte, Forcellino ha hecho un muy buen trabajo, mostrándonos la vida y el contexto histórico con toda una serie de detalles que yo desconocía, o al menos no recordaba, y también insistiendo en la parte técnica, para mi interesantísima, de cómo y con qué materiales, en qué fases o de que manera abordaba el genial artista su trabajo.
Por otra, Ludwig, que es conocido como renovador de la biografía como género, que hasta él habia consistido en un derroche de erudición y de datos, sin avanzar teorías y sin interpretar los documentos. Ludwig, asi como otros autores contemporáneos, como Zweig, Maurois, Strachey, se mete en la piel del personaje al que va a biografiar. Lo vive y nos lo hace vivir. Probablemente algunos echen en falta más detalles sobre su vida, más detalles sobre su técnica, o sobre la historia del momento en que vivió. Pero eso podemos buscarlo en otra parte. Ludwig nos hace sentir el cincel sobre la piedra, la emoción ante los bloques de Carrara, la pasión por el trabajo bien hecho, la pintura al fresco que nunca habia desarrollado y que al finalizar la Sixtina le ha convertido en un maestro. Nos hace vibrar con las emociones que imagina en Miguel Angel, con sus fracasos y con sus enfados, con sus ilusiones y sus deseos, nos hace ser Miguel Angel durante unas horas de lectura. Impagable, ¿o no?
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6 comentarios:
La verdad es que gran parte de léxito de una biografía está no sólo en la vida del biografiado sino en la mano del biógrafo. En este caso parecen coincidir ambas cualidades, así que como dices, impagable.
¿Tiene más biografías conocidas este Ludwig?
Hola, GWW! Si, tienes razón. Ludwig tiene unas cuantas más, sí. Por ejemplo, la de Napoleón, que leí hace un año,y me impactó mucho; también leí la de Beethoven y me gustó. Luego tiene sobre Goethe, Lincoln...pero no las he leído. Tengo tres tomos de sus obras completas pero me había dedicado más a Zweig, hasta que le descubrí. Y eso que Zweig sigue siendo, para mi, el mejor...Pero ahora estoy aun bajo el influjo miguelangelesco.
Suena fascinante, Ariodante, no conocía a este biógrafo, espero que su obra no sea muy difícil de conseguir.
¡Un saludo!
Es un clásico, asi que además probablemente lo consigas en saldos. Napoleón y Beethoven son dos biografias suyas que he leído y me gustaron mucho.
Gracias por las recomendaciones Fuensanta, creo que hace bastante tiempo que no leo una biografía y ya va siendo hora.
Saludos.
Pues una buena biografía, si el biografiado lo merece y el biógrafo sabe hacerlo bien, es muy reconfortante. Descubrir los esfuerzos, los sufrimientos y los gozos de un artista, a mi me anima muchísimo. Hoy estuve pintando (de brocha gorda, no creas) un trocito de pared que me arreglaron y quedaba pendiente de igualar, y me he sentido muy migelangeliana cuando pintaba la parte del techo...¡menuda incomodidad!Y para colmo, mi brazo que ya no responde como antes, me ha dado severos avisos de que tenía que dejarlo para otro momento. ¡En fin..!
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