Lo cierto es que quería escribir sobre unas cuantas cosas vividas estos días pasados, pero lo fui dejando...
Una experiencia inolvidable de este mes de junio pasado ha sido la ópera. Me he dado el lujazo de asistir a la tetralogía wagneriana del Anillo del Nibelungo, programada en Valencia en el Palau de les Arts. Muchos han hablado del tema y bastante mejor de lo que yo podría hacerlo de su parte técnica, asi que remito a otros blogs:
http://elblogdeatticus.blogspot.com/2009/07/el-anillo-del-nibelungo-en-valencia.html
http://llevamealaverbena.blogspot.com/2009/06/placido-otra-vez-placido-todavia.html
Contaré mis impresiones personales, a mi manera. Ha sido emocionante, sobre todo por la música y por la historia en sí, que es muy muy atractiva. Aunque soy aficionada a la ópera, no tengo tantos conocimientos técnicos al respecto, sólo sé si me emociona o si no. Wagner alargaba demasiado sus óperas, ya que él consideraba que lo merecía, y además para él aquello no era sólo música, sino "arte total", música, teatro, literatura, filosofía, imágenes artísticas...Y en cierto modo, es así. pero Wagner no tenía sentido del límite y realmente, algunos pasajes bajan de interés o se hacen algo pesados, al ser cantados sólo por una persona y durante largo tiempo. Me imagino que esto algunos lo considerarán como una herejía, pero no me asusta ser hereje...
La historia de los Nibelungos, el tesoro robado a las Ninfas del Rhin, y luego por los Dioses y los Gigantes, la creación de la pareja humana Siegmund y Sieglind, los Walsungos, destinada al fracaso, pero también al amor, cuyo fruto es Siegfried, el héroe, el hombre sin miedo, que acaba con el dragón y recupera el tesoro nibelungo, y despierta a Brunehilde, la durmiente walkiria, ...todo ello es emocionante y atractivo, y si además lo presencias en directo y con una maravillosa música y voces divinas, pues es una gozada. Es un tema sobre el que he leído bastante, he escuchado distintas versiones de la ópera, he leído en la biografía de Wagner cómo se gestó y lo que le costó a Wagner producirlo, y claro, todo ello me lleva a disfrutar aún más con una actuación como ésta.
La parte negativa sería, si somos realistas, en que hacía mucho calor, las actuaciones eran largas, y la escenografía, a cargo de la Fura dels Baus, grupo que considero más circense o artísitico en otro sentido muy distinto del operístico, ha contribuído a que en algunos momentos me enfadara un poco, ya que pensaba que estropeaban la ópera con tanto artilugio, tanta proyección de colores en movimiento, y esas ropas contemporáneas del final, que, si bien comprendo su simbología -o creo comprenderla- me perturban y fastidian la atención.
Pero bueno; los cantantes han cumplido bien, Plácido Domingo, a pesar de sus años, hizo un maravilloso Siegmund, y Zubin Metha, el gran director de Bombay nos satisfizo completamente.
Otro día contaré sobre mis lecturas, que están siendo muchas....
3 comentarios:
¡Hola, Ariodante!
Me gusta la ópera pero nunca he visto El anillo del Nibelungo. Me encantaría hacerlo porque conozco la historia (desde hace tiempo quiero releer el libro).
Gracias por compartir la experiencia.
¡Un saludo!
Hola, Andrómeda, (¡cuanto tiempo sin hablar!)Oye, el libro que tu has leído ¿es EL Cantar de los Nibelungos o cuál es? Porque es bastante diferente del libreto de la ópera. En realidad, al Cantar sólo se ajusta y no del todo, la última parte de la tetralogía: El Ocaso de los dioses.
Sí, leí El anillo del Nibelungo en una versión íntegra y bilingüe hace varios años (tengo que volver a conseguirla, porque ese libro era de mi padre, absoluto admirador de Wagner).
También leí El cantar de los Nibelungos (editorial Porrúa).
¡Saludos!
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