La hora azul

Reseña publicada en: http://www.libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=~/letras/p/P06021.ascx

Ricardo Emilio Piglia Renzi (Androgué, Buenos Aires, 1940) es un novelista, crítico, ensayista, guionista argentino, además de profesor de la Universidad de Buenos Aires. En 1967 publicó su primer libro de relatos, y a partir de ahí su producción ha sido considerable. Recibió el premio Planeta en 1997, por su novela Plata quemada. Al parecer originó bastantes conflictos y Piglia prefirió residir en los EE.UU., donde actualmente imparte clases universitarias en Princeton. Trece años después nos llega su siguiente novela, Blanco nocturno.

En un pueblito de la provincia de Buenos Aires hay un asesinato. El comisario Croce trata, a su modo tradicional, de resolver el caso. Hay un aparente culpable, sobre que todo el pueblo carga su maledicencia, un conserje japonés cuya relación con el muerto, Tony Durán, parece sugerir un crimen pasional. Durán es un personaje misterioso, un norteamericano mulato que ha llegado al pueblo del brazo de dos gemelas, las hermanas Belladona. Y ahí tenemos el enlace: la familia Belladona es toda una epopeya, fundadores del pueblo, creadores de una fábrica y con un largo historial de problemas.  El comisario Croce cree que debe ser investigada, y va tras una trama de inversiones  y oscuras transacciones. Pero interviene el fiscal Cueto y la trama se complica. Para completar el cuadro, aparece, cómo no, Emilio Renzi, periodista bonaerense que es enviado por su periódico para ver qué puede salir de todo ello. Y Renzi se implica en el caso, sobre todo cuando Croce, como es habitual en él llegado a un punto muerto, se instala en el manicomio local y desconecta durante una temporada, traspasando, eso sí, sus líneas de investigación a Renzi.

 “El escritor existe para crear problemas. Y siempre quedaremos unos cuantos que nos neguemos a aceptar que sólo existe un mundo inmediato con un orden fácilmente comprensible”, ha dicho Piglia al presentar la novela en España. Lo vanguardista parece ser el haber escrito una novela policíaca casi tradicional.

La novela es en apariencia policíaca aunque derive en una turbadora reflexión sobre la frontera entre la razón y la locura. “Todos somos sospechosos de demencia”, nos advierte Piglia. Sus antecedentes literarios pueden rastrearse en Roberto Arlt, en Macedonio Fernández y en Witold Gombrowicz. Tanto la literatura como la historia, la vida, son un enigma a descifrar.

Como ya es habitual en sus otras novelas, Renzi es un personaje más, un alter ego, periodista y escritor, que comienza a aparecer en un relato de 1967, La invasión). Renzi es un hilo conductor, en realidad el verdadero protagonista de esta novela es Luca Belladona, aunque llegamos a él de manera indirecta. O más bien toda la familia Belladona, que a modo de saga resumida se nos ofrece a lo largo del relato. Al principio el autor parece estar más interesado en hablarnos de Tony Roldan, de las hermanas Belladona, pero poco a poco, por medio de unos insertos en cursiva donde Renzi nos cuenta sus conversaciones con Sofía Belladona, vamos viendo las cosas desde otro ángulo y aparece el que va a ser el personaje central: Luca, el hermano visionario, el empresario emprendedor, el investigador de los sueños, -de cuya materia estamos hechos, según Shakespeare- y cuya visión de la realidad, recluido en el inmenso edificio de la fantasmal fábrica en medio del campo, construida junto a su hermano Lucio, y encabritado con su padre, Cayetano Belladona, recordando al abuelo, el coronel que fundó el pueblo, allí encerrado desarrolla todo un universo personal destinado al desastre.

Universo que también Piglia crea con este relato personalísimo, inclasificable, aunque entre dentro del género policiaco, pero lo traspasa, lo fecunda con reflexiones e imaginaciones que van más allá de una mera investigación.