En el acogedor marco del Museo Arqueológico de Murcia, una cálida y luminosa tarde con la que la ciudad levantina obsequia al forastero para animarle a quedarse y disfrutar de sus calles y plazas, sabrosa gastronomía y rojos caldos, ha tenido lugar la primera sesión de las I Jornadas de Novela Histórica.
Luis Miquel volvió a tomar la palabra para subrayar la vigencia de la novela histórica por obra de autores españoles escribiendo sobre nuestro propio pasado. Inmediatamente pasó a presentar a los tres ponentes del la tarde: Gabriel Castelló, autor de Valentia, el editor Alberto Santos, que sustituía a Arturo Aizpiri, autor de El heredero de Tartessos, y Santiago Posteguillo, autor de la trilogía de Escipión.
Dio comienzo Gabriel Castelló, hablando de su novela y de lo que ha intentado conseguir con ella, que es hacernos ver con nuestros ojos, con nuestra imaginación, lo que vieron los valentinos de la época de la guerra civil; que reconstruyamos con todo lujo de detalles unas vivencias históricas, un pasado que es el nuestro, y que es justo reivindicar y dar a conocer. Así que nos mostró en la pantalla imágenes de edificios y espacios públicos de la Valentia romana, cómo y dónde estaban ubicados en relación a lo que ahora hay, así como nos hizo también un breve resumen de los hechos que se cuentan en su novela, de sus protagonistas históricos y los ficticios que muy bien pudieron ser reales. Gracias a sus tablas y a pesar de la mucha materia contenida, consiguió ajustarse al tiempo y resumir a la perfección su voluminosa obra.
Pasó la palabra a Alberto Santos, editor de Imágica, que nos hizo un balance de sus actividades editoriales, el auge de la novela histórica, y los autores y libros que ha ido editando, hasta finalmente llegar al libro de Arturo Aizpiri, resumiéndolo brevemente y alabando su claridad de escritura, la elección del tema -la Ispania celtíbera y cartaginesa- , el personaje de Gerión, que Alberto considera como un alter ego de Arturo, recordando el reino mítico de Tartessos. Al parecer la idea de Arturo era la de crear una trilogía sobre la dominación cartaginesa en Ispania. La novela de Arturo, plena de aventuras y de acción, nos transporta a un mundo legendario en el que lo histórico y lo mítico se entremezclan.
Le llegó el turno a Santiago Posteguillo, que comenzó con salutaciones al Museo y a Hislibris. Lo primero que quiso destacar fue la importancia de Hispania en la Antigua Roma , que acogió en su trono imperial a tres hispanos. Este hecho, en la medida en que la novela histórica hasta hace unos pocos años estaba en manos de autores británicos o anglosajones –algunos tan geniales como Robert Graves-, quedaba emborronado en muchos casos, al acercar aquellos el ascua a su sardina. Los británicos saben muy bien construir recreaciones del pasado, pero desde su punto de vista, lógicamente. Necesitábamos autores españoles que nos recreasen el pasado español, nuestra historia contada por nosotros mismos. Afortunadamente, a partir de los últimos años hemos asistido a un verdadero resurgimiento de novela histórica española hecha por españoles. Santiago citó a un precursor, Alejandro Núñez Alonso, que está siendo felizmente reeditado; nombró también una inevitablemente breve selección de algunos autores ilustrativos de cada época histórica mostrada en sus novelas, asegurando que hemos conseguido niveles de calidad excelentes en estos años. Hizo un rápido y humorístico pase por las series televisivas que si bien ayudan a divulgar épocas antiguas, a veces son demasiado poco rigurosas e inducen a errores de bulto.
Habló, lógicamente, de su libro, o mejor, de sus tres libros.
El debate posterior fue animado y se habló de todo un poco, aunque más de Roma que de otras cosas, ciertamente. Luis Miquel cerró el acto recordando que el sábado próximo es la segunda sesión, y haciendo votos por la continuación de nuevas Jornadas en años posteriores.
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