ALAIN-FOURNIER
Trad.: Ramón Buenaventura
Ed. Alianza literaria, 2012
Estamos ante un clásico de la literatura juvenil francesa contemporánea. Una novela de culto, que ha sido lectura de cabecera de una gran parte de la población juvenil gala durante años. Contiene en sí distintos elementos, si bien podría decirse que el hálito de Proust la impregna en su conjunto: la iniciación a la vida de un adolescente; la introspección psicológica y el recuerdo; el ambiente de la Francia rural; una profunda descripción del paisaje, que cobra un enorme protagonismo, y un toque de romanticismo decimonónico, con pinceladas de misterio, brumosas, inquietantes, como toda la secuencia en la que Meaulnes descubre la misteriosa Heredad, y la fiesta que allí se desarrolla, los disfraces, los niños…todo un mundo onírico. La acción discurre entre los últimos años del siglo diecinueve y los primeros del veinte.
La narración es contada en
primera persona –aunque con incisos: cartas, diálogos, relatos de terceros― por
uno de los dos protagonistas, François Seurel, un adolescente introvertido,
inseguro y marcado por una enfermedad que le mantuvo durante años apartado de
juegos y deportes, y por tanto de la
vida social infantil. Vive en el internado que dirige su padre, en el pueblito
de Sainte Agathe (región de Sologne), pero sin embargo apenas ha hecho
amistades entre los alumnos. Acostumbrado a la soledad, a la vida ordenada y
normativa, prosaica, desarrolla una intensa vida interior, hasta que se
encuentra con otro solitario, Augustin Meaulnes, el verdadero protagonista,
cuyo carácter es todo lo opuesto a François: aventurero, pura acción, en
constante búsqueda del ideal, la utopía y el paraíso perdido. Atrae
inmediatamente la atención de todos: en unos, la envidia, en otros, el
seguimiento apasionado.
Más tarde aparecerán dos
personajes clave: el evasivo Frantz de Galais, y su dulce hermana Yvonne. El
primero produce una vívida impresión en Meaulnes, cuando le conoce en la fiesta
de la mansión familiar, perdida en la foresta. Surge una fuerte amistad entre ambos: los dos
tienen un temperamento semejante, romántico, aventurero. Yvonne, también en la
fiesta, provoca en Meaulnes una reacción distinta: la pasión amorosa, como la
que existe entre Frantz y Valentine, la novia perdida. La aventura está
servida. A partir de este encuentro se suceden los acontecimientos que
determinarán la vida de este grupo juvenil.
La amistad y el amor, la
iniciación, pues, a la vida adulta de estos jóvenes que viven inmersos en
sueños e ideales, la búsqueda del paraíso perdido, ideales que más tarde verán
truncados, es el tema central de la narración. Aunque, como decía Rimbaud, «una
obra de arte se puede interpretar literalmente
y en todos los sentidos» por lo que podemos hacer distintas lecturas de
esta obra. Y es, entre otras cosas, esa capacidad de generar muchas
interpretaciones la que le confiere ese carisma que la ha convertido en novela
de culto. Henry Miller
sugirió que «algunos como Alain–Fournier jamás lograron desertar de esta orden
secreta de la juventud». La corta vida de Fournier no dio para más. La huella
de esta obra podría rastrearse en otras, como por ejemplo en la de Julien
Gracq, que tiene muchos elementos semejantes, sobre todo en su interpretación
de la naturaleza, cargada de misterio; y también en el cine: Los chicos del coro o Adiós, muchachos,
por ejemplo, son películas donde se respira un clima parecido. Como tal novela,
fue llevada a la gran pantalla en 1967 por
Jean-Gabriel Albicocco. En 2006 se estrenó una nueva versión cinematográfica,
con la actuación del cantante francés Jean-Baptiste Maunier y la actriz
francesa Clémence Poésy.
En esta edición, el traductor ha
optado por cambiar el orden de las palabras en el título: Meaulnes, el grande, según
Buenaventura, resalta el doble sentido del adjetivo, ya que el remoquete que
los alumnos le colocan a Augustin se debe, en principio, a su altura y
constitución física, y posteriormente, a su capacidad para acometer empresas,
una vez ganada la fama. También se ha posicionado en cuanto a otros términos,
como la Heredad en vez de la Mansión,
o los bohemios en vez de los gitanos.
Todo ello lo explica en una nota previa.
Reseña publicada en: http://www.elplacerdelalectura.com/2012/04/meaulnes-el-grande-alain-fournier.html