ELÍAS MEANA
Ed. Noray, 2002
Es ésta una historia de
naufragios, pero también una historia de aventuras, en mar y tierra. De cómo salir adelante en la
adversidad, de cómo cuando parece que todo se viene abajo, hay una puerta que
se abre, si sabemos buscarla.
Comienza la narración cuando un
bergantín español, el Charrancito,
hacia el sexto año del siglo XIX, se acerca al finisterre americano del sur, la Tierra de Fuego. En la duda por
cuál de los varios caminos para doblar la punta más austral de América, famosa
por sus aguas inquietas y sus temporales, eligen -quizá- el equivocado. Se
produce un naufragio y los supervivientes, perdido el capitán, se refugian en
la desconocida y desolada costa fueguina. El primer piloto, José Luis Garcinuño,
ahora capitán de fortuna, toma el
mando y se prepara para sobrevivir y ver el modo de sacar de allí a tripulantes y pasajeros. A partir de ese
momento suceden toda una serie de acontecimientos, que el autor irá contándonos.
Previamente, y a modo de
presentación del protagonista, éste recuerda su anterior naufragio, con la
goleta Aurora en aguas del Pacífico,
y lo que en una isla dejó enterrado. El
resto de la historia trata de cómo sobreviven, cómo toman contacto con
fueguinos yahganes, los indicios de
un naufragio reciente y la esperanza de encontrar los restos o el barco. Para
aderezar un tanto el guiso literario, entre los personajes hay dos mujeres
(dama y dueña) y posteriormente, un bebé huérfano. Las dudas, reflexiones y
decisiones del capitán José Luis en su terrible responsabilidad de sacar de
allí al máximo posible de supervivientes, la soledad del mando, la ausencia de
los amigos en los que confiaba, hacen más dramática la situación, aunque el
antiguo piloto encuentra apoyo en el nostramo Abundio, Fulgencio el carpintero,
los marineros Alonso, Oxidao, Tano… y
en los pasajeros, Don Agustín, el empresario y un militar, Don Wenceslao, esposo
de la dama Doña Alba.
El autor nos lo cuenta en un
lenguaje muy llano, en algunos momentos quizás demasiado llano, ya que aparca
los tratamientos y las formalidades que se esperarían en esa época,
concentrándose en la pura acción, casi un reportaje, dejando difusa la
caracterización de los personajes. Sin embargo, la acción, los movimientos del
barco, la descripción de temporales y maniobras marineras, todo ello está muy
bien dosificado, con un buen ritmo, que mantiene perfectamente la atención. Las
descripciones del lugar, clima y paisaje, son certeras, detalladas, y percibimos
la desolación a la vez que la sublime belleza de aquellos parajes. No en balde
el autor ha viajado y vivido largas temporadas en la Antártida. El encuentro
con la ballena y ballenato nos tiene en vilo, así como el descubrimiento del
habitáculo de los otros náufragos, y el primer contacto con los indígenas. En suma, una narración muy atractiva, si bien
algo desatendida en la forma literaria, que se compensa con lo emocionante de
las aventuras que seguimos con verdadero interés y atención. Y como final, una
brillante expectativa de futuro, una ventana que se abre dejando que el lector
imagine a su gusto.
Elías Meana, (Salamanca, 1946) marino, investigador, expedicionario
en la Antártida,…y, last but not least,
escritor. No sé si por este orden. Ha
publicado las novelas María la Bonita (premio Nostromo), Ganando
Barlovento, Capitán de Fortuna, Entre dos banderas, El Piloto Azul, ¡Intrusos! y Aventura
en el Mar Helado. Y el libro técnico Manual práctico del sistema
mundial de socorro y seguridad Marítima.
FICHA TÉCNICA:
Título: Capitán de fortuna
Autor: Elías Meana Díaz
Editorial: Noray
Año edición: Noviembre 2002
ISBN: 8474861276
Págs.: 335