NAUSÍCAA
Poema perteneciente a La tristeza de Orfeo (1986)
de Fernando de Villena
y de sal aún nevadas las pestañas,
sobre el tesoro antiguo de la arena
dichoso y recostado,
medía la inquietud del mar latino
―toro desfalleciente
Con Europa de espumas a la espalda.
Lontanas algo, en la serpiente orilla,
ignorando el halcón irresoluto
Princesas de broncínea arquitectura
jugaban a la comba de las ondas:
el jardín de sus cuerpos humillaba la tarde,
y colmaba de cisnes las albercas del cielo
el cristal de sus risas.
De todas la más grácil, flexible tal gaviota,
campiña semejando de mieses ondulante
jacintos el cabello y amapolas los labios,
vino a mí de repente―reciennacida Venus―
y, en tanto sacudían perlas vivas
las firmes caracolas de sus senos
y el ánfora total de sus caderas
díjome, suavemente,
con mirada de estrella y con palabras de luna:
«ven conmigo, extranjero»