FRANZ WERFEL
Trad.: Manuel Picós
Espasa relecturas, 2002
Novela de corte biográfico que
cuenta una imaginaria –aunque posible, no probada― coincidencia de Wagner y
Verdi en Venecia, entre 1882-1883 (año en que muere el músico alemán) motivo
que sirve al autor para recrear la biografía del gran músico italiano Giuseppe
Verdi (Roncole, 1813-Milán, 1901), recreación completamente novelesca, puesto
que funciona a base de flash-backs, insertándolos dentro de otras historias,
además de la propia vida del músico. La
del joven Italo, que vive una historia de amor a dos bandas, con la joven cantante
de ópera Margherita Dezorzi y a la vez con la más madura Bianca Carvagno,
esposa del médico que cuida al centenario marqués Gritti, personaje entrañable
y pura historia viviente, que se alimenta
de la ópera y el teatro diarios, además de un régimen espartano que le mantiene
vivo 105 años. El médico Carvagno sirve de comodín para ir entrando en una y
otra casa, hilvanando varias historias cruzadas. En el personaje del
enloquecido Fishböck parece querer mostrar el futuro de la música,
incomprensible para el viejo Verdi, y a la vez, el recuerdo frustrado de su
propia familia; la primera esposa, Margherita, y sus hijos, fallecidos en la
flor de la vida y en la brevísima niñez.
Verdi, tras una década recluido
en su mansión genovesa de Sant’ Agatha,
ocupándose de sus tierras, metido en negocios y preocupado por el progreso de
su comarca y sus gentes, pasa unos años alejado de la creación musical, en
barbecho, apartado de la vida social y rumiando un cierto resentimiento ante
los modernos movimientos musicales, concretamente, el liderado por Wagner.
Wagner representa lo contrario
que Verdi, musicalmente hablando. Mientras el italiano, viejo garibaldino,
busca composiciones donde la verosimilitud dramática esté por encima de las
convenciones musicales, acercándole al pueblo, guardando en su corazón el
espíritu revolucionario libertario, Wagner encarna un tipo de música más
intelectualizada, con teorías musicales mucho más sofisticadas, eliminando la
separación entre recitativos y partes cantadas, de modo que todo el drama queda
configurado como un fluido musical continuo, de carácter sinfónico, en el que
la unidad viene dada por el empleo de unos breves temas musicales, los
leitmotiv que se repiten periódicamente. También entra en los campos de la
melodía, la armonía y la orquestación –con el uso de una orquesta sinfónica de
proporciones muy superiores a las que tenían las habituales orquestas de
ópera–, tratando de conseguir lo que llamaba la Gesamtkunstwerk, la «obra de arte total» en la que se sintetizaran
todos los lenguajes artísticos, lo que era su máxima aspiración.
Otro punto de contraposición
entre ambos músicos es el de la literatura/música: para Wagner, el texto
literario es lo que hace surgir la música. Para Verdi, la música surge primero,
y después se llega al texto. «La inspiración, si se quiere, era algo
independiente del lugar y del paisaje,
así como de estímulos externos; algo que se genera y nutre en lo hondo de la
conciencia- nos dice Werfel/Verdi―y que pronto nos sorprende saliendo a la luz»
El autor realiza una especie de
síntesis entre biografía, novela y ensayo sobre el arte musical. Incluso
introduce un capítulo dedicado a
Monteverdi, genial veneciano que vive el paso de la música renacentista a la
barroca, aunque, en mi opinión quizás resulta un poco forzado, puesto que no lo
enlaza bien con el resto de la novela. Verdi aparece en la vejez, en plena
crisis de creación, luchando con sus fantasmas personales, paseando por la ciudad de los canales, que
Werfel consigue describir con gran acierto. Entre esos fantasmas se cuenta
Wagner, al que quiere y no quiere encontrar: se cruzan miradas en dos
ocasiones, pero sólo cuando se decide a visitarlo, antes de partir de Venecia,
es el día en que muere Wagner. Verdi se volverá a Génova con una sensación
turbada, pero con la convicción de que
su retorno a la música está cantado: lo cierto es que después compuso sus dos
últimas óperas, Otelo y Falstaff.
Novela irregular y quizá
demasiado cargada de reflexión que le da un sesgo demasiado ensayístico, pero
interesante por los temas que plantea, sobre todo para aquello aficionados a la
música. Los aficionados a la literatura pueden sentirse poco atraídos por ella.
Tiene, asimismo, buenos fragmentos que podrían calificarse de literatura de
viajes, o de paseantes solitarios.
Franz Werfel (Praga 1890-California, 1945), escritor austriaco de
origen judío, amigo de Kafka y Max Scheler, que cultivó la poesía, el teatro y
la novela, así como biografías noveladas, como es el caso presente. Estuvo
casado con Alma Mahler y alternó en unos círculos artísticos muy ligados a la
música. Hubo de emigrar a América ante el ascenso nazi en Europa.