ELIZABETH GASKELL
Alba Editorial, 2000
Alba Editorial, 2000
Cranford, en primer lugar, está en poder de las Amazonas; los
inquilinos de las casas que sobrepasan cierto alquiler son mujeres. Con
este comienzo, podemos intuir algo de lo que leeremos después. …Cuando están en dificultades, las damas de
Cranford se bastan por completo «¡Un
hombre estorba tanto en una casa!» Me comentó una de ellas una vez. Cranford
se publicó entre 1851, primero por entregas en la revista dirigida por Dickens,
Household Words, y finalmente en
forma de libro en 1853.
Es esta una lectura relajante,
pausada, que con su suave discurrir nos muestra un fresco de la vida
provinciana; los habitantes de Cranford
van pasando frente a nosotros como un río al acercarse a la desembocadura, y
entramos en sus casas, conocemos las costumbres, las preocupaciones que les
inquietan, las alegrías que ingenuamente disfrutan, sus miedos, esperanzas,
deseos. Contada en primera persona por
una discreta narradora, Mary Smith, que vive en una población distinta, pero
cuya amistad con varios veteranos miembros femeninos de la comunidad promueve
visitas y estancias frecuentes en Cranford, población que llega a considerar
como su segunda residencia. Podría alguien pensar que una lectura semejante
carece de interés para los agitados lectores de hoy, ávidos de emociones
fuertes y de acción. Pero justamente a esos lectores –y a todos los demás― creo
que les convendría descansar un poco del ruido contemporáneo.
No se van a aburrir. La historia
del capitán Brown y sus dos hijas, o cómo un hombre se hace un hueco entre
tanta dama; las hermanas Jenkins y su hermano Peter, desaparecido en la India; las andanzas de la señorita Pole; los
sucesivos robos y las actitudes que generan; la visita del señor Holbrook y el retorno
de los recuerdos; la encopetada señora Jamieson y su perro Carlo, complicándolo
todo la llegada de su pariente, lady Glenmire …y su encuentro con el doctor
Hoggins; la familia Brugnoni y su espectáculo de magia; la entrañable lectura
de cartas de la señorita Matty… los lectores van a descubrir en cada capítulo
una novedad, será como leer unas crónicas que van desgranando sucesos y
personajes.
La ingenuidad de los
protagonistas de estas historias, presentadas bajo una capa de finísima ironía,
como sólo los británicos saben hacer, provoca en el lector placenteras sonrisas, tras la
vivencia de divertidas escenas, entrañables y emotivas unas o claramente
jocosas otras. Gaskell no sólo se ríe de sí misma sino de la provinciana y
pueblerina sociedad victoriana en la que ella misma fue educada y vivió durante
años. La conoce a fondo y la reproduce con cariño, pero sin ahorrarse una
visión crítica y en el fondo demoledora,
aunque tratada siempre con elegancia y respeto.
En una sociedad donde las diferencias
de clase son marcadísimas, las preocupaciones de las damas maduras consisten en
si llevarán el gorro adecuado, si sabrán dar el tratamiento correcto a una
aristócrata, si es oportuno o no recibir antes de las doce, o quien será su
pareja en las partiditas de cartas en casa de las amigas. ¿Conviene que las
criadas tengan novio? ¿Es respetable que una dama soltera salude a otra dama de
un escalafón inferior en sociedad? ¿Cómo se lavan los encajes? ¿Qué se debe
servir primero en el almuerzo? ¿Hay que poner aguardiente en las conservas o es
inconveniente moralmente? Todos estos y muchos otros son los asuntos que llevan
y traen a nuestras queridas solteronas a lo largo del libro. Historias de amor
frustradas, amores tardíos, familiares perdidos y hallados, visitas
sorpresa, problemas financieros, nacimientos, óbitos…en fin, lo importante de
todo ello es que en el fondo, las relaciones humanas verdaderamente sólidas
sobrepasan las diferencias de clase y tienden puentes cuando realmente son
necesarios. El tono general de humor e indulgente consideración hace que veamos
las cosas con ojos divertidos y ánimo propicio.
Excelente escritora decimonónica,
que la editorial Alba está recuperando con una cuidada edición de un buen
número de sus obras, Elizabeth Gaskell es contemporánea de Dickens. De hecho,
fue a instancias de este escritor que ella publicó el libro. Sin embargo,
frente al escritor urbanita y de los bajos fondos londinenses, Gaskell dirige
la mirada más hacia la vida rural, que es donde reside la Vieja Inglaterra.
Elizabeth Cleghorn Gaskell (Chelsea, 1810- Holybourne,
1865) pasó la infancia en Cheshire y posteriormente en Newcastle upon Tyne y
Edimburgo. Hija de un clérigo unitario, funcionario y periodista, Gaskell fue
criada después de la muerte de su madre por su tía en Knutsford, un pequeño
pueblo que sirvió como prototipo no sólo para Cranford, sino también para otras de sus novelas. Tras
casarse con el también ministro unitario William Gaskell, marchó a vivir a
Manchester y después a Plymouth Grove, en donde desarrolló toda su labor
literaria. Su primera novela se tituló Mary
Barton, y fue publicada anónimamente en 1848. Amiga de Charles Dickens, que
la animó a seguir escribiendo, y de Charlotte Brontë, de quien escribió su
biografía en 1857. De 1851 a 1853 escribió y publicó por entregas los textos con
el título de Cranford Escribió, además,
las novelas y relatos La casa de Moorland
(1850); Ruth (1853); Norte y sur (1855) y Esposas e hijas, publicada póstumamente
(1866).
Ariodante