Jerónimo
Tristante
Plaza & Janés, 2013
Los amantes del género policiaco
al más puro estilo Conan Doyle –salvando las distancias- estarán de
enhorabuena: el escritor murciano Jerónimo Tristante estrena nueva entrega (la cuarta)
de la serie del detective Víctor Ros, el héroe creado por el autor murciano,
que deleitara a su público con nuevas aventuras y resolución de enrevesados
casos. Concretamente, la serie del detective Ros está compuesta de los
siguientes títulos: El misterio de la
casa Aranda (2008), El caso de la
viuda negra (2008), El enigma de la
calle Calabria (2010) y la presente.
Novela policiaca ambientada en el
último tercio del siglo XIX, la peculiaridad de Víctor Ros, contrariamente a
otros detectives famosos (Holmes, Poirot, Maigret,…) es que este detective es
una persona “normal”: felizmente casado, con hijos, un buen estatus social…vamos,
que no vive en una oficina ni en un cuchitril ni ha de comijear por bares inmundos. En absoluto encarna al detective de las
series negras. Hombre de orígenes
humildes, razonable y racionalista, equilibrado en sus costumbres, fiel a su
esposa y a su familia, el único desorden
que se le conoce es el provocado por su trabajo.
El hecho de ambientar las novelas
de Víctor Ros en el siglo diecinueve es
otra manera de acercarse a sus héroes literarios. No en balde Tristante se
declara admirador de la literatura británica de corte policiaco, Wilkie
Collins, Conan Doyle, etc., Como en el mundo de Holmes, tiene su Moriarty, que
en este caso es Bárbara Miranda, personaje extremadamente cruel y malvado, que
mezcla personalidad masculina y apariencia femenina.
La novela cumple sobradamente con
el género. Ramón Férez, hijo de un importante empresario asturiano es asesinado
en circunstancias extrañas y la policía de Oviedo se ve sobrepasada por las
dificultades que presenta el asunto, por lo que el juez Agustín Casamajó, que
lleva el sumario del caso, y además es amigo personal del detective, propone a
las fuerzas vivas de Oviedo y al padre del asesinado traer a Ros desde Madrid
para que solucione el intrincado problema que se les presenta. El detective Ros
tiene una historia personal, un “pasado” que de algún modo va a emerger en este
caso. Por otra parte, tiene un hijo adoptado, un chaval adolescente, en el que
Ros ve retratada su propia infancia, y que le sirve de ayudante en sus días de
vacaciones, y en algunos momentos su ayuda le resulta vital. La esposa de Ros,
Clara, que a lo largo de la novela tiene un papel secundario, reaparece al
final con una actuación estelar.
La trama, complicada y
enrevesada, plagada de asesinatos insospechados, hace que el detective (y el
lector) recomponga continuamente las
hipótesis puesto que las premisas del problema son cambiantes. A diferencia de
las anteriores novelas de la serie de Víctor Ros que se narran en pasado, ésta
está contada en presente, marcando con ello un ritmo de continua tensión. Hasta
el último momento vivimos en un ay, preocupados porque el título da a entender
–en uno de sus significados- la posibilidad de que Víctor Ros finalice sus días
en esta aventura. No adelantaré, obviamente, la respuesta. Lo que sí diré es
que no es apta para cardíacos.
Jerónimo Salmerón Tristante
(Murcia,1969) estudió Biología en la Universidad de Murcia y tras desempeñar
diversos trabajos, actualmente es profesor de Biología y Geología de educación
secundaria. Tras la publicación del libro de poemas Amanece en verde, publica en 2001 su primera novela, Crónica de Jufré. Tristante escribe novelas
de misterio y aventuras, caracterizándose por su rigurosa documentación
histórica, reflejada en su prosa y en la ambientación de situaciones y
personajes. En el conjunto de la narración el elemento histórico constituye el
marco tan solo para el desarrollo del argumento, en la que predomina la acción
y la intriga. Hasta el momento ha publicado siete novelas, la primera con su
nombre completo, la segunda como Jero Salmerón y el resto como Jerónimo
Tristante.
Ariodante