Del Caribe al Cantábrico
LUIS DELGADO
BAÑÓN
Ed. Noray,
2013
Muy marinero este nuevo volumen, que ya asciende al número 23
de la Saga. Huele a mar por los cuatro costados. Así como en algunas obras de
la Saga los protagonistas han de pasar gran parte de la narración en la Corte,
yendo de Madrid a Cádiz o a Cartagena, en esta ocasión embarcamos pronto ―junto
al protagonista y narrador, Francisco de Leñanza― y pasamos casi toda la novela
embarcados, navegando durante cinco años por aguas caribeñas, con base en La
Habana, para después, en la parte final, seguir la acción en un mar más cercano,
el Cantábrico.
La acción abarcará desde 1825 a 1834. Son principalmente dos
hechos históricos a los que Luis Delgado dirige la mirada en este volumen: el segundo
(hubo un anterior y frustrado intento dirigido por el Coronel Arizábalo, en La
Guaira) intento de reconquistar el virreinato de Nueva España, la conocida como
Operación Barradas, en Cabo Rojo; los
últimos años del reinado de Fernando VII y los primeros balbuceos de las
guerras Carlistas, con la última acción del Lealtad
en aguas del Cantábrico, donde su misión era vigilar y evitar los avituallamientos
a las tropas carlistas de Vascongadas.
En la Península asistimos al lento pero inexorable surgir de la facción “apostólica” en
apoyo al infante Don Carlos, que opta al trono ante la ausencia de descendiente
real, que no se resolverá hasta que el
rey tome nueva esposa: Mª Cristina, que finalmente alumbrará a la futura Isabel
II. Y con las eternas tensiones entre
las facciones liberales y las absolutistas, tenemos servida la puchera, como
suele decir el autor.
Traza Luis Delgado a grandes rasgos los conflictos generales
que en esos días vive la Real Armada y el propio país, así como la situación de
los buques y la navegación en la época en la que tratamos. Estamos entrando en
una transición importante: de los veleros a los vapores. La navegación a vapor
empieza a expandirse, si bien la Real Armada aún no la contempla como viable y
hay opiniones encontradas al respecto. Francisco Leñanza es un ferviente
admirador y defensor de esta nueva forma de navegar.
Por otra parte, la situación en América es bastante
desastrosa: perdida la Lousiana, perdido México tras el fallido intento de
llegar a un acuerdo con del Plan de la Iguala; perdido el virreinato del Perú
tras la batalla de Ayacucho; quedan Cuba y Puerto Rico, que ya empiezan a ser
objeto de mirada interesada por parte del coloso americano del Norte. No sólo
suponen una enorme carencia de recursos económicos para la hacienda española,
sino que además, declaran la guerra a la
metrópoli e instigan a las aún posesiones españolas en el Caribe, en
connivencia con la marina norteamericana.
Francisco es el cuarto Leñanza de la Saga, recién
desembarcado de su aventura mexicana, donde consigue encontrar y traer de
vuelta la Cruz de la Conquista por expreso deseo de su Majestad; mientras, su
padre Santiago sigue en el forzoso exilio portugués a que se ha visto obligado
por su apoyo al general Valdés, y la consiguiente condena a muerte de Fernando
VII, y su tío Beto sigue embarcado por los mares del Sur. Francisco es muy
joven, aunque ya está casado con Rosario, tienen su primer hijo, y el segundo
queda encargado antes de embarcar.
Arde en deseos de volver a la mar…y lo consigue, tras formar parte de la
dotación de una gacela marinera, la
fragata Lealtad, de reciente flete
(1824) y de porte más que importante: 50 cañones.
El joven Leñanza embarca, pues, emocionado y feliz, en la
flamante fragata Lealtad, rumbo a La
Habana, para ponerse bajo las órdenes del brigadier Ángel Laborde, con quien ya
compartió hazañas a bordo de la Ligera,
y dispuesto a entrar en acción en la zona. Nuevos compañeros, nuevos mandos,
nuevo barco…todo ello levanta el ánimo de nuestro héroe, que bebe los vientos lleno
de ansias por volver a tierras americanas…y sobre todo, a la mar.
Paralelamente a la campaña del Ejército, con el general
Barradas al mando, que intenta reconquistar las tierras mexicanas para España,
la Armada, al mando del general Laborde transporta las tropas hasta México
y desde allí ve impotente cómo las cosas
se van torciendo. Nuestro protagonista tiene también una serie de sobresaltos y
situaciones inquietantes en torno a su persona. Una intriga se teje alrededor
suyo, intriga que le traerá quebrantos importantes. Tras cinco años en aguas
caribeñas, retornará a su hogar, en el que un segundo retoño, una niña, crece sin haber conocido al padre ausente. Pero las cosas se
presentan mal y Francisco ha de pasar por gravísimos problemas, que gracias a
los cuidados de su fiel Pepillo, y al tiempo, que todo lo cura, resurgirá como
ave fénix, como siempre, ansioso de volver al mar.
Y volverá de nuevo a su querida fragata Lealtad, esta vez para la campaña en el Cantábrico, para formar
parte de la llamada Escuadra de Observación, fondeada cerca de Vigo, que
supondrá el fin del espléndido buque, contra el que se unen viento y mar, Eolo
y Neptuno. Y no solo ha de vencer a los elementos de la naturaleza sino la
maldad humana. Afortunadamente recibirá finalmente noticias jubilosas de su
familia, que le elevarán el decaído
ánimo.
Una espléndida lección de Historia en la que conocemos
detalles oscuros de la campaña americana, y de la mano del autor vamos
comprendiendo muchas de las razones por las cuales España fue perdiendo su
imperio de ultramar. Hay batallas, como la de Mariel, hay tormentas, verdaderos
vendavales, y diques secos. Acción y reflexión. Una lectura amena y altamente
ilustrativa.
Ariodante
3 comentarios:
Vaya colección. Ya he oído hablar muy bien de ella en Hislibris. Pero ¿te has leído todos?. Estupenda reseña.
Interesante colección, desde luego. Muy atractiva.
Pues el verano es la mejor época para empezar con ella, a ver si os animáis.
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