JUAN LABORDA BARCELÓ
Ed. Alrevés, 2014
Parpadeando
como el neón de un anuncio luminoso, cuyos colores brillan durante segundos
pero se repiten a lo largo de toda la noche, así vamos leyendo esta novela,
saltando de unas situaciones a otras, recuerdos del pasado, acciones paralelas,
personajes y proyectos vitales distintos, tensas emociones, y momentos
importantes de la política y la historia contemporánea.
Construida
como si de un filme se tratase, -no en balde el autor es un cinéfilo
empedernido- las secuencias se van ensamblando en un montaje que al principio
parece un difícil rompecabezas pero que poco a poco las piezas irán encajando
hasta verlo completo. Distintos espacios, personajes y perspectivas vitales,
que en algún momento irán confluyendo para luego seguir direcciones opuestas. No
sabría si calificar esta novela de thriller político, novela negra, reportaje
histórico, … en fin, tiene algo de todo ello.
El
personaje central, Ramón Sandoval, es un escéptico desengañado de la vida, de
las mujeres, de la política, …un hombre ya maduro, que ha pasado por todo y que
se ha quedado sin nada, salvo los recuerdos, que quizá son peores y más crueles
que la propia realidad que ha de vivir. “La vida está compuesta por constantes
y muy diferentes traiciones” piensa Ramón en un momento de la novela; y
efectivamente, hay muchas traiciones entre estas páginas. Empezando por la
traición a los propios ideales, cuando pesa más el dolor por las traiciones
ajenas.
Ramón
tiene un hermano menor, Manuel. Si en un primer momento el visionario y el
idealista era Ramón, luchando en la defensa de la República durante la guerra
civil española, después ambos hermanos participarán del idealismo luchando en
la Resistencia francesa -participación que nadie les va a reconocer-, y por
último, cuando Ramón, ya harto de traiciones, tira la toalla, es Manuel el que
recogerá el testigo y se irá a Argelia a combatir por una causa que considera
justa, y de la que también se sentirá
traicionado. Hay una continua dialéctica a lo largo del libro entre, por una
parte, la lealtad a una causa o a unos amigos, y por otra, las múltiples
traiciones: los hermanos, los amigos, el Partido, etc.
La
actriz Linda Darnell (un personaje real, como el dudoso jefe de policía Papon,
como Malraux y el embajador Areilza), es otro ejemplo de personaje desnortado y
desesperanzado, incluso su virginal acompañante, Claire, también tiene un
pasado … ambas confluyen con Ramón de distinta manera. La monótona vida de este
se ve perturbada por la aparición de las dos damas norteamericanas y por el obligado
encargo que recibe de acompañarlas y vigilarlas. El glamour de la Darnell, estrella que ya no brilla como en sus
mejores momentos, y cuya vida personal circula por el borde de una navaja, va
paseando por la ciudad de la luz buscando salir de la oscuridad en que se
encuentra. Quizás buscándose a sí misma. Pero choca con un París cuyos
problemas le salpican. Unos problemas que ni imaginaba.
Claire,
su joven acompañante, representa una blanca antorcha, un punto esperanzador que
podría salvar la soledad de Ramón, que podría librarle de los dolorosos
recuerdos que le atormentan. Hay mucha ternura entre las páginas dedicadas a
esta relación. Sin embargo, la vida de Ramón es una continua pérdida. Cuando ya
ha conseguido superar una, le suceden otras. Sobrevivir en soledad es
insoportable, pero sobrevivirá.
La
acción principal tiene lugar en los primeros años sesenta, en un turbulento París
por una parte, y en el desierto argelino, en pleno levantamiento armado, por
otra. Pero los recuerdos suceden en España, (en Madrid y Valencia), en los años
finales de la contienda civil. Otras remembranzas, como las de Linda Darnell o
las de Claire, se sitúan más lejos, allende el Atlántico. Los días de la
Resistencia, tan dolorosos para Ramón, porque ahí es donde encuentra y pierde a
su primer y gran amor, se enmarcan en el París ocupado.
La guerra
de Argelia, cruenta y terrible, los grupos clandestinos de la OAS y el FLN, la
matanza de París para frenar las manifestaciones, los manejos políticos entre
gaullistas y opositores, las tensiones internas del régimen gaullista, todo ello
es presentado como distintas pero relacionadas piezas de este gran puzzle, que
enmarcan el drama humano que se nos narra. Porque todas las vidas que nos
muestra el autor tienen un drama personal, aunque cada uno intente resolverlo a
su manera.
La
novela está empapada de cine: imágenes cinematográficas, citas de películas (o
“cameos” como el de Truffaut) y la propia estructura de la obra es
cinematográfica. Flashes de neón de Chinatown,
La Batalla de Argel, Chacal, Casablanca,
el cine policiaco o negro, surgen por doquier. El autor no puede ocultar su
amor por el cine y todo lo relacionado con ese mundo. Y asimismo, le interesa
destacar la podredumbre de la política, el doble juego de intereses encontrados
y la volatilidad de los ideales cuando las manos se manchan de sangre y su olor
nos impregna. Una obra que destila amargura y tristeza, cuyo personaje
principal es un perdedor, pero que aun así mantiene un atisbo de esperanza en
que algo cambie, algún día.
Juan Laborda Barceló (Madrid, 1978) es
escritor, doctor en Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid,
Máster en Historia y Estética de la Cinematografía por la Universidad de
Valladolid, crítico literario y profesor. Los temas básicos en torno a los
que giran sus narraciones son precisamente la historia y el cine. Sin contar los libros estrictamente
académicos que ha realizado, en el año 2009 publicó una primera novela breve
titulada La Casa de todos. Apareció en el mercado bajo el sello de
la Editorial AACHE. Ha participado, asimismo, en la obra
colectiva sobre cine: Terry Gilliam. El desafío de la
imaginación (TyB, 2010).
Desde hace algún tiempo viene colaborando
asiduamente en páginas culturales como Culturamas o La
Tormenta en un Vaso, con reseñas de novela y entrevistas a autores. Del
mismo modo, es habitual en diversos medios en relación a cuestiones literarias,
históricas y cinematográficas, como Periodista Digital, COPE
Guadalajara/Castellón o Ser Madrid.
Ariodante
Enero
2014