The World as a Stage
BILL BRYSON
RBA Libros, 2009
¿Ha existido realmente Shakespeare?¿De quién es el retrato Chandos, que generalmente
tomamos como suyo?¿Era cojo, como parece aludirse en los Sonetos? ¿Escribió
todas esas obras que hoy encontramos bajo su nombre, o ha sido, por el
contrario, el «negro» de otros autores? ¿Es verdaderamente el autor se los Sonetos? ¿Como ha podido escribir tanto y tan
bien sin tener estudios, o al menos sin que haya constancia de que los tuviera?
¿Cual era su orientación sexual, que queda en entredicho en los Sonetos?¿Era Shakespeare una mujer o
eran varias personas bajo un seudónimo?¿Fueron Marlowe o Bacon el autor real de
todas esas obras que se le atribuyen? Sabemos realmente tan poco de él …Bryson
dice de su objetivo al escribir este ensayo: «este libro no se escribió tanto
porque el mundo necesitara otra obra más sobre Shakespeare como porque lo
requería la serie. La idea que lo sustenta es sencilla: se trata de determinar
qué puede saberse de Shakespeare sin recurrir a la especulación. De ahí que sea
tan delgado.»
Este libro es un ensayo en la mejor acepción del término. El autor
investiga, explora, tantea, sugiere ideas, y, sobre todo, desmiente muchos
bulos con la táctica de refutar, a base de datos evidentes y aplastantes una
por una, todas las leyendas y descabelladas afirmaciones que sobre el gran
dramaturgo se han hecho y se siguen a veces manteniendo. Consigue que veamos
absurdas e ilógicas muchas teorías sobre Shakespeare que han sido apoyadas por
personas o personajes aparentemente fiables. Y consigue que nos parezcan,
asimismo verosímiles otras explicaciones, si bien insiste continuamente es que
no se puede afirmar nada en ausencia de pruebas documentales.
Pero si bien es ese el eje central que ha conducido a Bryson a
escribir este ensayo, para llegar a los puntos que quiere aclarar, antes de
cada paso, lleva al lector de paseo por la historia, recreando el contexto en
el que se movía la vida del bardo inglés. Siguiendo documentos, pruebas, hechos
históricos demostrados, incluso algunos que afectaron a personas que apenas
tuvieron relación con Shakespeare, pero que indirectamente pueden llegar a
probar que no pudo hacer tal o cual cosa.
Así, como si de un escenario se tratara (el subtítulo de la edición
original es El Mundo como Escenario) asiste el lector a la
escenificación de la Inglaterra isabelina y jacobina hasta en sus más nimios
detalles, lo cual resulta un paseo muy ilustrativo e interesante, ya que además
de la vida de Shakespeare, muestra otras vidas, y, sobre todo, el modo de vida
habitual: el campo, la ciudad, el mundo del teatro, las controversias
religiosas, la vida doméstica, el lenguaje...todo entra bajo la lupa de Bryson.
Capítulo a capítulo sigue la trayectoria vital de Shakespeare, con mil
oportunas digresiones, que vienen como anillo al dedo, empezando por el propio
retrato, la imagen que nos hemos hecho de una persona que, si nos apuramos, no
sabemos realmente qué aspecto físico tenía, aunque podamos imaginar qué aspecto
podría tener.«De las pocas certezas que tenemos de la vida de Shakespeare, una
es que su matrimonio duró hasta su muerte; la otra, que mientras pudo envió
gran parte de su patrimonio a Stratford, lo cual no demuestra necesariamente la
solidez del vínculo pero aún menos lo pone en duda.», nos cuenta Bryson, y
también que «en 1582 aparecen registradas en la zona siete familias Shakeshaft,
de las cuales tres como mínimo contaban con un William entre sus miembros. La
verdad es que hay que hacer un acto de fe para suponer que el William
Shakeshaft mencionado era realmente el joven Will de Stratford» y analiza entre
otras cosas, las múltiples variantes del apellido que incluso en firmas del
propio bardo, cambiaba memorablemente.
En el capitulo titulado Los años perdidos, 1585-92, en realidad
nos cuenta el autor más sobre el Londres de la época, y se explaya en
ello…porque de Shakespeare no se sabe nada. Desaparece, en esos años. Es a
partir del año 92 en que empieza a sonar su nombre en Londres, ligado al
teatro. Y del teatro y los teatros de Londres nos informa con todo detalle
Bryson: «Al parecer, Shakespeare nunca dejó de actuar (a diferencia de Ben
Jonson, que dejó de hacerlo en cuanto se lo pudo permitir), pues figura como actor
en documentos datados en 1592, 1598, 1603 o 1608, es decir, prácticamente desde
el principio al fin de su carrera.»
Trata a fondo el tema de las obras, siempre de un modo en el que el
lector no especializado pueda seguirle. Estudia no solo las circunstancias de
la escritura y publicación, el famoso Primer
Folio, primera publicación fiable del conjunto de la obra shakespeariana. «No sabemos ni
remotamente -dice Bryson-
cuánto tiempo trabajaron Heminges y Condell en el proyecto, pero hubieron de
pasar siete años desde la muerte de Shakespeare antes de que, en el otoño de
1623, el volumen estuviera listo para imprenta. En rigor se titulaba Comedias, Historias y Tragedias de Mr.
William Shakespeare, pero desde entonces —o casi— se lo conoce como Primer Folio.» Es muy jugoso todo lo que
Bryson cuenta acerca del caos editorial en que se vieron las obras de
Shakespeare al irse publicando. Maravilla que hayamos podido acceder a ellas en
buenas condiciones.
El análisis del lenguaje usado por el dramaturgo requiere mención
especial, ya que Shakespeare aportó numerosos neologismos y expresiones
novedosas a la lengua inglesa, y ahí Bryson se explaya citando una larga serie
de palabras y expresiones. Como también abunda en el análisis los famosos Sonetos, tan oscuros y misteriosos como
la propia vida del bardo.
«El genio de Shakespeare no se centraba en los hechos sino en la
ambición, la intriga, el amor, el sufrimiento, cosas que no se enseñan en la
escuela.» arguye el autor para contestar a aquellos que acusan al dramaturgo de
contradicciones, errores históricos y falta de conocimientos escolares. Y no
tenia problema -como nunca lo tuvo Picasso- de tomar prestadas historias que
otros habían contado previamente, rehacerlas y presentarlas de grandeza y
distinción. Lo que caracteriza su obra es la «percepción concluyente y palpable
del poder traspasador del lenguaje». En ese punto, los genios siguen la norma
picassiana de «no busco, encuentro».
Otro capítulo se ocupa de las múltiples leyendas negras que han
vertido su veneno sobre el poeta y dramaturgo inglés, desmontándolas todas,
principalmente aquellas que se referían a la autoría de Shakespeare. Se ha
dicho y mantenido que Bacon, Marlowe, y otros podrían haber sido los verdaderos
autores de la obra shakespeariana. Bryson acaba con todos.
Ciertamente, el escritor sobre el que se han vertido ríos de tinta
durante siglos, está rodeado de un halo de oscuridad, una ausencia de datos
verdaderamente desconcertante. Y ello ha llevado a muchos a especular sobre su
vida y milagros, lanzando las hipótesis más absurdas o las teorías mas
improbables como si fueran hechos consumados.
Bryson, armado de sentido común y un buen humor muy loable, desmonta
todos estos tinglados, simplemente llevando al lector a mirar alrededor de
Shakespeare, a comprender por qué las cosas no podían haber sido como se le
imputan, incluso los aspectos más controvertidos o problemáticos. Un librito
altamente ilustrativo, pleno de humor y muy didáctico.
William McGuire
"Bill" Bryson (1951) es un escritor británico nacido en Iowa, Estados Unidos, autor de divertidos libros sobre
viajes, sobre la lengua inglesa y de divulgación científica. Ha vivido la mayor
parte de su vida adulta en el Reino Unido, donde reside actualmente. Su obra
más famosa es Una breve historia de casi
todo.
Ariodante