LA EMPERATRIZ DE TÁNGER
SERGIO BARCE
Ediciones del Genal – Málaga, 2015
Finalista del XVII Premio de Novela “Vargas Llosa”
«Es desperta, de sobte, com
un vell huracà,
i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.
El nostre amor
és un amor brusc i salvatge,
i tenim l'enyorança amarga
de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps»
Vicent Andrés
Estellés, Els amants.
Ambientada de
modo impreciso, en los años del Tánger internacional -cuarenta, cincuenta-, la ciudad era en esa época un continuo bullir
de todo tipo de figuras: literarias, con el grupo formado alrededor de Paul y
Jane Bowles, que atraía personajes de toda índole y procedencia a su alrededor.
Políticas, puesto que en Tánger se refugiaban muchos exiliados españoles, gente
de izquierdas, pero también muchos aventureros y "buscadores de
recompensas". Artísticas, con muchos de sus miembros atraídos por el clima
libertario tangerino, organizando encuentros y soireés, plenas de alcohol y marihuana, que compartían con sus
colegas literatos.
No sabría
decir si el protagonista de esta narración es Augusto Cobos, escritor tangerino
de origen español, o la Mujer (así, con mayúscula) cuyo imperio ejerce,
dominante y pleno sobre el escritor, llevándole y trayéndole, haciendo de él un
esclavo del sexo. Tánger es también la otra protagonista, puesto que respiramos
su ambiente, sentimos su viento y lluvia en la piel, vagamos por sus calles,
cafés y tugurios, miramos las gentes que lo pueblan y el mar que lo circunda.
El Hombre/la Mujer/la ciudad.
Es esta una
novela en la que su autor se moja. Y cuando digo que “se moja” no me refiero
tanto a que a lo largo de todas sus páginas resuene continua la lluvia sobre
Tánger, creando un clima no tanto
meteorológico, sino de una tensión, un estado de ánimo muy especial, tanto en
los personajes como en el lector. Es curioso, la primera visita del pintor
Matisse a Tánger, allá por 1912, se desarrolló durante casi un mes de lluvia
constante, como ocurre en esta novela. El recuerdo sensual de Matisse
persistirá entre estas páginas.
Sergio Barce,
insisto, se implica mucho en el texto, no tanto en plan autobiográfico -que
también, imagino- como en los aspectos literarios, humanos, emocionales. El
autor llega muy hondo en su recreación de Augusto: diríamos que cala hasta los
huesos, (siguiendo con el símbolo de la lluvia), abre al lector las entrañas
del hombre, del escritor, del amante. Reflexionando sobre su vida, en los
momentos de lucidez, de racionalidad entre una u otra pasión.
La narración
desarrolla la acción aproximadamente durante un mes -aunque el tiempo, en esta
historia, es algo subjetivo, gomoso, impreciso y muy personal- un mes en el que
la lluvia es continua: a veces suave y silenciosa, a veces violenta y ventosa,
huracanada, creando un "pathos" especial en Augusto, y por simpatía,
en el lector, que acaba por sentir la humedad en su cuerpo al cabo de horas de
lectura. Las sensualidad, incluso escatológica, es constante a lo largo de
estas páginas. Olores, sabores, sensaciones táctiles, oscilando entre el calor
y el frío, entre lo suave y lo pegajoso, entre lo dulce y lo amargo, si algo
produce esta novela es una inmersión en el mundo físico, cotidiano, y a la vez
un mundo en el que lo azaroso predomina sobre lo previsto. La naturaleza, el
lado natural del hombre, triunfa sobre el racional, y el protagonista sufre
esos vaivenes, transmitiendo al lector una impresión de debilidad, de
incoherencia, mezclada con una gran voluptuosidad...y a la vez de una terrible
soledad. No sé si el autor conoce los versos que cito más arriba, de V.A.
Estellés, pero creo que esa es la pasión que impregna al protagonista.
Augusto Cobos
es un escritor del círculo de los Bowles, un hombre en la cuarentena,
solitario, inestable, convencido de su independencia; sin embargo, está
dominado por continuas dependencias: adicto al alcohol, a las drogas, al café,
a la escritura compulsiva (por cierto, muy curiosa la historia de cómo llega a
sus manos la Olivetti)...pero sobre todo, adicto al sexo femenino, es incapaz
de reprimir sus impulsos cuando una mujer le atrae. Y le atraen muchas, aunque
en la novela se concentra en tres: Yamila, una bailarina marroquí, con la que
mantiene una relación de fuerte atracción sexual desde años atrás; Carmen
Montes, una madura española funcionaria consular, que le lleva unos quince años
y con la que ha iniciado una relación con un atractivo especial; y finalmente,
Miriam Benasuly, una esplendorosa adolescente de catorce, una
"Lolita" que suscita en Augusto una pasión demoledora. La disección
del personaje es despiadada, lo presenta como un hombre desnortado por
completo.
Eso escritor
presenta su flamante novela en Tánger, y el lluvioso día de la presentación
ocurren muchas cosas a la vez, cosas que apenas es capaz de digerir. Su amigo,
el político de izquierdas Pablo Cantos le anuncia que ha de escapar de Tánger.
Al mismo tiempo, Augusto conoce a la adolescente Miriam, de la que se queda
prendado. Tras el acto de presentación, se ve inmerso en una noche loca, coge
una cogorza impresionante, de la que apenas recuerda cosas al día siguiente,
pero lo poco que recuerda es inquietante: compartió la velada con una risueña
dama polaca, un extraño desconocido con una pistola, y un jovencito, entre
vapores de alcohol y humos perturbadores. Seguía lloviendo. Más tarde se enterará de la
muerte, en circunstancias oscuras y turbias, de un falangista, y la situación
se complica. Continúa lloviendo. A partir de ahí las cosas irán muy deprisa
para Augusto, enredado en una trama inquietante.
Una excelente
novela que mezcla sensualidad, intriga, ficción y realidad. Pero sobre todo, un
retrato literario de Tánger, una investigación literaria profunda sobre la
naturaleza humana, y una especial mirada masculina hacia el misterio femenino.
Fuensanta
Niñirola
Mayo 2015
Sergio Barce Gallardo ( Larache, 1961) poeta y escritor español, presidente de la asociación Larache
en el Mundo. Su primera novela ‘En el Jardín de las Hespérides’ ( Aljaima, 2000) fue un primer
acercamiento al universo de Larache al que siguió ‘Últimas noticias de Larache’ (Aljaima, 2004). Fue ganador del
Primer Premio de Novela Tres Culturas de Murcia por su obra ‘Sombras en sepia’,
(Editorial Pretextos, 2006). Finalista del Premio de la Crítica de
Andalucía de 2012 con ‘Una sirena se ahogó en Larache’ (Círculo Rojo,2011), ‘El libro de las palabras
robadas’ (Circulo Rojo, 2013 ). ‘Paseando por
el Zoco chico. Larachensemente’ fue
su último libro editado en 2014 en Valencia. Recopila los relatos escritos en
los últimos 15 años relacionados con Larache. La portada es una fotografía de
la fotógrafa
larachense Gabriela Grech.