LEV TOLSTOI
Trad.: Olga Korobenko
Hermida Editores, 2014
En esta novela corta, Tolstoi ya se revela como un indagador de
las profundidades del alma humana. En unas breves palabras introductorias, tras
una dedicatoria a su madre, (aún no había conocido a la que sería su esposa,
Sofía Behrs) sitúa el primer relato hacia 1800, y el segundo, veinte años
después; Tolstoi recuerda al lector que en esa época las cosas eran muy
diferentes del momento en que lo escribe; se vivía en un mundo casi medieval,
caballeresco; la aristocracia rusa tenía una fuerza y un poder enorme sobre el
pueblo llano.
Desde nuestra perspectiva, quizá no encontremos demasiada
diferencia entre 1800 y cincuenta y seis años más tarde, cuando Napoleón hacía
tiempo que había sido derrotado y el Congreso de Viena se había repartido
Europa; la revolución de 1848 había acabado con la Restauración y las ideas
revolucionarias estaban expandiéndose con el ferrocarril y los nuevos inventos
de la revolución industrial.
El lector que conozca la vida de Tolstoi no podrá evitar encontrar
un fuerte parecido entre el escritor y el protagonista de la primera parte del
libro, el conde Turbín, un oficial de húsares al que Tolstoi describe como si
estuviera mirándose al espejo: apuesto, arrogante, mujeriego, jugador, duelista…y
encantador. Es, igualmente, un leal y generoso amigo que sabe ayudar de modo elegante al que lo necesita. Tolstoi
había retornado no hacía mucho del campo de batalla en Crimea, requerido por su
hermano Nikolái, teniente de artillería. Aunque Tolstói no pertenecía al
ejército, el comandante, príncipe Aleksandr Bariátinski, le hace ingresar en la
brigada de artillería, en la misma batería que su hermano, como suboficial. De
los recuerdos e impresiones de esa época surgirán posteriormente muchos
relatos. Escribió siete obras antes de
Dos Húsares: las tres de su
Autobiografía, y los relatos o novelas cortas: Relatos de Sebastópol, Los
cosacos, Felicidad conyugal y Polikushka.
En el presente libro se desarrollan dos narraciones, entre las que
el escritor establece veinte años de diferencia: dos condes Turbín, padre e
hijo. Ambos son húsares, pero de un carácter muy diferente. La personalidad
arrolladora del padre pesa como una losa sobre la del hijo, y lo va descubriendo el lector a medida que
lee la historia. Sin embargo, lo que se cuenta es sólo un momento, un breve tramo
del largo hilo de la vida de cada uno;
un día, con su larga noche, donde tanto el padre como años más tarde, el hijo, serán
subyugados por diversas pasiones.
La emoción del juego, la bebida, y los encantos de una bella dama
con la que el conde Turbín (padre) manifiesta su maestría como consumado
bailarín y su capacidad de seducción. La
dama se muestra cautivadora y sensiblemente atraída por el acoso sensual del
húsar. Una noche apasionante…que se desvanecerá envuelta en las nieblas del tiempo.
Veinte años más tarde, la siguiente generación, de nuevo un conde
Turbín encuentra casualmente, sin saberlo, a aquella a quien su padre galanteó,
…y también a su hija, que le produce inmediatamente una fuerte atracción. La
veterana dama, al ver una fiel reproducción de su amor juvenil, también ve
resurgir sus recuerdos, haciendo que, por una noche, todo sea distinto. Sin
embargo, en el segundo relato, la ingenuidad de la hija no es la coquetería de
la madre; y la fuerza de seducción del padre poco tiene que ver con la del hijo;
las cosas discurren, pues, de otro modo, aunque las situaciones sean paralelas.
Tolstoi traza maravillosamente los dos caracteres, con pinceladas
muy elocuentes, en las que diferencia claramente al padre del hijo. Retrata, a
su vez, la prepotencia de la aristocracia militar, la dulzura de la vida
campestre, el paisaje invernal ruso, y la posición de las damas, siempre a la
expectativa, que se trastornan cuando un hombre, y además elegantemente
uniformado, se planta frente a ellas. En ambos relatos, el paisaje invernal
tiene también su protagonismo: con solo unas pinceladas Tolstoi plasma la
contraposición entre el gélido entorno por el que los húsares cabalgan y el
cálido refugio de la casa campestre o la posada, donde todo es alegre, corre la
bebida y la comida es sabrosa, las pasiones se desatan y la vida bulle.
Obra que se lee con delectación, y que nos sumerge en esos años en
los que aún la guerra era una profesión, los militares eran hombres de honor y
las damas participaban del romanticismo del cortejo y la coquetería de la
seducción. En cuanto a la edición, exhibe una bonita portada, aunque la
traducción podría ser mejorable.
Lev Nikoláievich Tolstói (Yásnaia Poliana, 1828 - Astápovo, 1910), gran escritor ruso,
considerado uno de los más importantes de la literatura mundial. Sus dos obras
más famosas, Guerra y Paz (1865-69) y
Ana Karénina, (1875-77) están
consideradas como la cúspide del realismo. Sus ideas sobre la «no violencia
activa» tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin
Luther King.
Ariodante