LOUIS L’AMOUR
Ed.Valdemar, col. Frontera, 2014
Esta es, probablemente, la mejor novela
del prolífico Louis L’Amour. En ella vemos reflejada del vida del Oeste
fronterizo con las tierras de indios: Arizona, finales del siglo XIX. Indios
que, en el caso de los apaches, difícilmente se mantienen en paz. Las
costumbres de los indios, contrapuestas a las de los blancos, la vida del
explorador que sigue un rastro, la interacción con la naturaleza hostil… todo
ello interviene en la novela alrededor de un eje: una historia de amor muy
sutil. Un hombre solitario, Hondo Lane, duro, agreste como su perro Sam,
siempre alerta y expectante, es el protagonista cuyo nombre da título a la
novela. Explorador y correo para el general Crook, es medio indio y conoce el
terreno y a los indígenas porque ha vivido entre ellos y seguido sus
costumbres. La parte femenina la encarna
Angie Lowe, una mujer de fuertes convicciones, aferrada a la tierra que la vio
nacer, pero abandonada por su esposo con el que se casó más por imposición
familiar que por verdadero amor. Vive, o mejor, sobrevive con su hijito de seis
años, en un rancho enclavado en la zona apache, y hasta el momento ha sido
respetada por los indios, pero…
En apariencia hay una falsa remembranza del relato Shane cuando Hondo llega al rancho de Lowe, tras haber sufrido un ataque indio y perdido su caballo. Lo divisa el niño…pero ahí queda todo el parecido. El primer encuentro entre Hondo y la señora Lowe es frío, marcando distancias, calculando la situación por parte de cada uno. Ella, para defenderse, engaña a Lane, insistiendo en que su marido volverá muy pronto. Pero el explorador se da cuenta que en ese rancho no ha habido un hombre en meses. Y su parte india no comprende cómo un hombre puede abandonar a su esposa con un niño impunemente. Por otra parte, esta mujer solitaria, no especialmente agraciada, pero mujer al fin, hace resonar ecos de nostalgia en Hondo, cuya squaw murió, pero los años pasados junto a ella fueron felices.
El autor presenta a los apaches como
terribles y crueles, por una parte, pero muestra un lado muy humano en el
tratamiento del niño. Victorio, el jefe apache, también descubre que hay una
mujer sin hombre, y un niño sin padre. Un niño valiente, en su ingenuidad, al
que decide proteger dándole nombre, “Pequeño Guerrero”, y un distintivo que le
adopta como miembro de la tribu chiricaua.
Todo su interés se centra en conseguirle
un hombre a Angie, primero entre los miembros de su tribu, y finalmente, le
trae un regalo.
Es interesante echar un vistazo a la vida
de Victorio (Chihuahua, 1825-1880) fue un mestizo llamado Pedro Cedillo,
raptado y cautivo a los seis años por un grupo de apaches. Años después
llegaría a ser líder de los chiricahua, luchando
junto a Cochise. En agosto de 1880 el ejército les obligó a huir a México,
y dos meses después, el Coronel Joaquín
Terrazas emboscaba a Victorio en los cerros de Tres Castillos en Chihuahua,
donde murió, junto a otros 62 guerreros. Esa muerte es citada en esta novela. La
indulgente mirada de Victorio hacia el hijo de Angie quizá se inspire en el
recuerdo de su propia infancia cuando fue raptado y educado como un apache.
La relación de Hondo con el chiquillo es
paternal, en el sentido más masculino de la palabra. Frente a la
sobreprotección femenina, Hondo insiste en que el niño debe aprender todo por
sí mismo, debe fortalecerse para hacerse un hombre duro, como lo requieren los
tiempos y el lugar. La escena en la que lo lanza al agua cuando se entera de
que no sabe nadar, es la representativa de esta idea.
Las aventuras de Hondo tienen lugar en
diferentes espacios: la naturaleza agreste del desierto, donde la
identificación con el paisaje es la mejor defensa; las relaciones con el
Ejército, con los amigos e incluso con el marido de Angie, así como frente a
los indios en una terrible batalla, todo eso se nos cuenta entre el primer
encuentro de la pareja y el segundo, decisivo.
La edición incluye el relato de Louis
L’Amour “El regalo de Cochise”, que dio origen a la posterior novela Hondo. Pero
con sustanciales diferencias. Respecto al relato previo, en la novela ya no se
trata de Cochise y hacia 1872; la acción se ha retrasado casi diez años, hasta
la campaña contra Victorio.
Louis
L’Amour (1908-1988), el novelista más popular e
influyente en la literatura western de la segunda mitad del siglo XX, escribió
en torno a un centenar de novelas y más de 400 relatos, la mayoría de temática
western, a lo largo de una prolífica carrera literaria. Aunque muchas de sus
obras fueron llevadas al cine, ninguna alcanzó la repercusión de su segunda
novela, Hondo (1953), gracias sobre
todo a la adaptación al cine del mismo título que realizó John Farrow y
protagonizó el incansable John Wayne. La película es bastante floja, todo sea
dicho. La novela la supera con creces.
Fuensanta Niñirola