SUSAN
ISAACS
Salvat Grandes Éxitos, 1994
Novela que fue un bestseller en EE.UU., y
en la que se basó parcialmente la película del mismo nombre dirigida por David Seltzer en 1992, es una de las muchas
novelas que la escritora de Brooklyn lleva publicadas.
La novela es muy diferente
de la película, por lo que aquellos que la hayan visto deberían prescindir de
sus recuerdos y ajustarse a la historia que se nos cuenta. Hay solamente una
pequeña parte, el tercio final, en el que la narración tiene más similitudes
con el filme, pero incluso en esta parte, tampoco sigue todos los detalles.
La primera mitad de la
narración recuerda más a la película Working
girl, (Armas de mujer, 1988). Linda Vost, una “solterona” de treinta años,
es secretaria en un importante bufete de abogados y está enamorada de su jefe,
John Berringer. Hasta aquí, la novela
podría parecer una historia romántica, salvo por la manera con que está
contada, con toques de humor, ironía y pizcas de realismo social. La autora
sitúa la acción en los años cuarenta, si bien se retrotrae a los años
anteriores para describir a los
personajes y el ambiente. El mundo de las secretarias, ( y esta es la parte que
recuerda a Working Girl) con sus
inevitables cotilleos, murmuraciones y amores imposibles, el retorno a hogares
sumidos aún en la depresión económica, los sueños contrastando con la triste
realidad, todo es descrito minuciosamente por medio de la mirada de Linda, que
habla en primera persona, de cuya mano y voz recorre el lector ese escenario y
los personajes.
Linda, la protagonista, es
una mujer inteligente, con sentido crítico, que ha pasado la primera juventud y
sigue soltera, manteniendo a una madre alcohólica y hasta hace poco, a una abuela que ejercía
de ama de casa y que solo hablaba alemán. De origen, pues, alemán, y judío por
parte de padre, Linda es bilingüe, inteligente, por lo que serán requeridos sus
servicios para uno de los abogados más importantes que realiza actividades de
contraespionaje.
Toda la primera parte del
libro es una lenta preparación para la hecatombe final. Sabemos que Linda, además de estar
enamorada de su jefe, y gustarle el cine, es una mujer a la que preocupa
muchísimo la política mundial, sobre todo el progresivo deslizamiento de la
política a la guerra. Mientras sus compañeras hablan de cine, de maquillajes o
de sus jefes, Linda lee la prensa y advierte el peligro nazi, ve venir a
grandes pasos el enfrentamiento militar y el desastre en Europa, y no piensa
que América debe desentenderse, sino luchar contra ello.
En la segunda mitad del
libro Linda ya trabajará más intensamente como secretaria de Edward Leland, el
suegro de su marido, de modo que se familizará con el contraespionaje: sus
métodos, códigos, sistemas de información, etc. La situación familiar de Linda
va tornándose más y más catastrófica y
de este modo podemos comprender que, entre la espada y la pared, la
protagonista se marque una huida hacia delante, ofreciéndose para sustituir a
uno de los espías asesinado en Berlín.
A partir de este momento,
la acción se dispara y la tensión aumenta a pasos agigantados. Si la primera
parte puede hacerse algo lenta o quizás no demasiado cercana a las expectativas
del lector, la segunda parte y sobre todo, el tercio final, cubre esas
expectativas por completo, manteniendo la emoción y la tensión hasta el último
momento.
Los diálogos están
bastante bien llevados, y hay un cuidado equilibrio entre el humor, la ironía y
el dramatismo de la situación histórica y política en que se enmarca toda la
parte final. En el desarrollo de la narración, los hechos son verosímiles, más
que en la película. El lector sigue el progresivo aprendizaje de Linda, y el paulatino
desligamiento de su situación personal y doméstica, que le es francamente hostil.
Asimismo sigue la lenta maduración de esta mujer, que de una simple secretaria pasa
a ir cumpliendo papeles cada vez más importantes y de gran responsabilidad, a
la vez que a darse cuenta que solo satisface la sexualidad del hombre que ama,
por lo que llega a un punto en que empieza a distanciarse emocionalmente, hasta
su separación, al desplazarse a Europa. Incluso acaba por aceptar su identidad
como judía (siempre mantenida en secreto), después de ver el sufrimiento y la
marginación de los de su raza.
En suma, una novela muy aceptable:
entretenida, con interés, bien hilvanada la trama y la intriga garantizada,
además de introducir aquí y allá reflexiones sobre temas políticos y sociales.
Susan
Isaacs (Nueva York, 1943) es una escritora y
guionista americana. Nació en Brooklyn, estudió en el Queens College. Se casó
con Elkan Abramowitz y trabajó como free-lance durante este tiempo, escribiendo
discursos políticos y artículos de revistas. Actualmente vive en Long Island
con su marido.
Su primera novela, Compromising Positions, se publicó en 1978. Fue, como todas sus
novelas posteriores, un bestseller
del New York Times. Sus libros han
sido traducidos a treinta idiomas diferentes de todo el mundo. Además de escribir
libros, ensayos y guiones de cine, Isaacs ha revisado los libros de The New York Times, Los Angeles Times, The
Washington Post y Newsday.
Fuensanta Niñirola