(The Ebb-Tide. A Trio and a Quartette, 1894)
R.L. STEVENSON
Traducción: Inmaculada Matito
Valdemar, 2003
Última novela publicada en vida, y con la colaboración de su hijastro
Lloyd Osbourne, Bajamar es una novela de
fuerte regusto conradiano. De hecho, evoca situaciones que se encuentran en
algunas de las novelas del escritor polaco-británico, como
Victoria, Lord Jim, La locura de Almayer, y otras.
El relato
comienza con el encuentro en una playa de Papeete, de tres náufragos del
destino, tres personajes heterogéneos,
dignos representantes de otros tantos tipos sociales, a los que sólo une su
situación desesperada: Herrick, licenciado por la universidad de Oxford, cuyos
negocios fracasaron por su mala suerte, incompetencia o debilidad; Davis, capitán de la marina mercante en paro, responsable de la pérdida de su último barco y
tripulación, y Huish, un anodino y
mezquino empleado londinense, cuyos manejos económicos le han llevado a escapar
y enterrarse en vida.
Todos ellos
han sido desterrados de su país, se encuentran lejos, en el último peldaño de
la degradación y el abandono, cuando un rayo de luz viene a iluminar su negro
futuro: la compañía de la goleta «Farallone» busca tripulación para transportar un cargamento de champán a Sidney.
Davis les informa que ha sido elegido para comandar la goleta con su espumosa
carga. En el transcurso del viaje el capitán propone a los tres asociados un cambio de
rumbo.
La primera
parte muestra la situación desesperada de los tres futuros socios, de un modo
que casi recuerda la de los tres personajes de El Tesoro de Sierra Madre, de B. Traven ( llevada al cine por John
Huston). Los tres han arribado en aquella tierra paradisíaca pero alejada del
mundanal ruido, huyendo de sus pecados o sus fracasos. Sobreviven al borde de la
inanición, sin ánimos para seguir viviendo, hundiéndose en el alcohol u otras
miserias. Cuando consiguen embarcar, se desarrollan durante el viaje las
relaciones entre los tres personajes, cuyos bajos instintos y costumbres nada
recomendables resurgen, creando
momentos dramáticos. Davis y Huish,
ebrios mientras dura la travesía, deben su vida a la incansable atención de
Herrick, que tiene que estar despierto por los tres. Llegado un punto, la
situación se vuelve explosiva, y Herrick se ve obligado a ponerle fin. Davis
reacciona y se distancia de Huish, cuya nefasta influencia le estuvo
perturbando considerablemente.
Herrick y
Huish son figuras completamente antagónicas, opuestas, tanto en su forma de
ser, de actuar y pensar, como en su riqueza cultural, Sin embargo, Davis es una
figura que se mueve de proa a popa, entre un extremo y otro. A veces se deja
llevar por lo que dice Herrick, y, en ese caso, se pone de su parte; otras
veces, sin embargo, apoya a Huish. Davis, no se da cuenta hasta que es demasiado
tarde, de que la nave que pilota se ha fletado con el fin de estafar a una
compañía
de seguros.
Se encuentran
en un estado en el que no pueden continuar, y es entonces cuando descubren un
atolón que no figura en los mapas, una isla perdida en la que no parece quedar
nadie…Y aquí comienza la segunda parte, donde el misterioso Attwater gobierna un pequeño reducto de
indígenas, y donde transcurrirá el resto de la historia.
Attwater
consigue crear un enfrentamiento mucho más fuerte entre los tres asociados,
cuyas intenciones respecto a él son francamente peligrosas.
El deber, el
bien y el mal, la religiosidad o su ausencia, la lealtad y la traición, todos
esos temas que tanto preocupaban a Joseph Conrad, están aquí plasmados,
fuertemente resaltados en un escenario paradisíaco, increíblemente bello, pero
cargado de tentaciones, promesas y posibilidades que algunos no sabrán o no
querrán aprovechar.
Fuensanta
Niñirola
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