FERNANDO DE
VILLENA
Ediciones Evohé, 2019
En esta nueva novela corta del escritor
granadino Fernando de Villena, se relata la vida de un gran poeta granadino del
Siglo de Oro: Pedro Soto de Rojas (1584-1658). Poeta reconocido en su época,
pasó al olvido en siglos posteriores y fue con García Lorca y otros
investigadores que su obra volvió a salir a la luz.
Pero no solo recrea su vida y obra, sino
que rescata también del olvido la mansión en la que el poeta creó su propio
paraíso, cuando ya su ánimo solo deseaba la paz y el refugio en su placentero
encierro voluntario. En el Carmen de los
Mascarones, en el Albaicín, construyó tal refugio el poeta, una lujosa
vivienda y siete terrazas ajardinadas, donde gorjeantes fuentes, lujuriosa
vegetación, alternaban con estatuas, figuras diversas y detalles alegóricos y
mitológicos creando un espacio privilegiado y gozoso para su dueño.
Soto de Rojas se codeó con los grandes
poetas barrocos y culteranos, como Góngora, al cual admiraba profundamente, el
conde de Villamediana y con otros genios de la literatura como Lope de Vega,
Cervantes, y demás asiduos de la Academia
Salvaje madrileña.
En su juventud produjo el Desengaño de amor en rimas, y De Villena
lo presenta como hundido y humillado tras un fuerte fracaso amoroso. Fracaso en
el sentido de que, una vez descubiertos sus amores (que eran correspondidos) la
familia de la dama interviene para cortar de raíz la relación. Soto de Rojas se
refugia en la poesía y produce una de sus más ardientes obras, aunque generando
una aversión al genero femenino, con el que, a partir de ahí guarda las
distancias, ciñéndose hábito religioso.
Tras acabar sus estudios, le es
recomendado moverse por la Villa y Corte a la búsqueda de un protector que le
consiga alguna prebenda. Fernando de
Villena imagina lo que pudo ser la vida de este joven en el Madrid de
principios del siglo diecisiete, recreando sus relaciones en la Academia y sus
angustias para salir adelante con los pocos recursos de que disponía, hasta conseguir
una canonjía que le devolverá a su Granada natal. Posteriormente conseguirá un
puesto como abogado en el Santo Oficio, lo que le creará ciertas malevolencias
y envidias.
Toda la primera parte de la novela se
ocupa de la vida del poeta y de cómo construye, en sus años de madurez, la gran
casa en el Albaicín rodeada de sus siete mansiones o jardines en terraza
diseñados con un cuidado exquisito y con todo lujo de detalles mitológicos
entre el verdor de los arrayanes, el azahar de los limoneros y el dulce olor de
los jazmines. No solo creó este paraíso, sino que además lo llevó al terreno
literario, recreándolo por segunda vez en su poema Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos, su obra
maestra.
Curiosamente, la segunda parte del libro,
también contada en primera persona, se produce posteriormente a la muerte del
poeta, al que, a efectos de la ficción, el autor lo convierte en fantasma
ligado a la casa, de la que no puede salir mientras sus muros se mantengan en
pie. Y desde lo alto de sus tejados observa las vidas de las personas que van
ocupándola. Así cuenta por medio de los distintos ocupantes de la casa y de las
transformaciones que en ella se van produciendo a lo largo de los siglos, la
historia española y granadina de modo ameno y sutil, hasta llegar a nuestros
días donde incluso la presencia del propio autor del libro hace una breve aparición, un breve cameo para
concluir la obra.
Fernando de Villena cuenta de un modo
ameno y agradable las distintas vicisitudes de la vida del poeta, imaginando
sus movimientos, deseos e inquietudes. Usa un lenguaje mas acorde con el siglo
de Oro para la parte de la vida del poeta, y luego, poco a poco, su lenguaje se
va modernizando en la segunda parte, donde paulatinamente se aleja del diecisiete
y se acerca al veinte.
Cuidada edición la de Ediciones Evohé, y
magnífica portada de Sandra Delgado.
Fuensanta Niñirola
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