EL AUTOR
William John Banville (Wexford, Irlanda,
1945) Fue educado en las escuelas Christian Brothers y en el St Peter's College
de Wexford. Después de la universidad, John trabajó como empleado de Aer Lingus,
antes de unirse a The Irish Press como
subeditor en 1969. Dedicado al periodismo durante más de treinta años, fue
editor literario en The Irish Times de 1988 a 1999. Su primera publicación de ficción
data de 1970. A partir de esa fecha ha publicado cuentos, novelas, ensayos
biográficos, etc. Entre otros muchos, recibió en 2014 el Premio Príncipe de
Asturias de las Letras .
LOS TEMAS
Benjamin Black es el seudónimo de John
Banville. Por qué usa un seudónimo para escribir esas novelas clasificadas como
negras, es una pregunta que creo no
tiene una respuesta clara. Porque Black es Banville igualmente, es decir, el
estilo, las ideas, los temas de Banville continúan brotando en las novelas que
componen la serie de Quirke. Los temas que le preocupan: la naturaleza de la
percepción, el conflicto entre la imaginación y la realidad y el aislamiento
existencial del individuo, la vida y la muerte, la duplicidad de la memoria y
la imposibilidad de aferrarse a la esencia de los tiempos y de los seres
queridos… todos ellos siguen candentes y presentes en estas obras. Obviamente
son novelas literarias cien por cien, y si se las ha clasificado como negras, es porque hay una mínima
estructura que sigue las pautas del género. En este aspecto debe mucho a
Simenon, cuyas novelas policiacas tienen mucho más de literarias, de
investigación sobre la naturaleza humana que de investigación policial. En
alguna entrevista el propio Banville ha reconocido la influencia del escritor
francés.
Una de las características distintivas de
la escritura de Banville/Black es la repetición: los motivos o alusiones se
repiten de una novela a otra. Esta característica encuentra su espacio ideal en
una serie. En todos los libros de la serie hay referencias a los anteriores,
aunque se puedan leer perfectamente unos sin haber leído otros, precisamente
porque las relaciones principales son explicadas y contadas de nuevo en los
libros siguientes.
LA SERIE
El protagonista, Quirke, es un patólogo cuarentón,
de gran estatura y corpulencia pero de pies sorprendentemente pequeños, un
médico que practica autopsias, con un desarrollado sentido de la curiosidad, lo
que le lleva a investigar las circunstancias que rodean determinadas muertes, y
a veces otras circunstancias que de un modo u otro, acaban por producir
muertes. En especial relación con él, hay otro personaje, el inspector Hackett,
un sencillo inspector, bonachón, que busca la ayuda de Quirke para algunos
casos, o se ve involucrado en otros por su relación con el médico. Una relación
cordial, pero marcando mucho las distancias, puesto que ambos pertenecen a
niveles sociales diferentes.
Hay otros protagonistas habituales en la
serie: Phoebe, la hija de Quirke, con la que mantiene una distancia por las
circunstancias en que ocurrió su nacimiento (muerte de la madre en el parto) y
su vida posterior, con sus tíos Malachy y Sarah Griffin, que también serán
personajes de la serie, sobre todo Malachy y
su segunda esposa, Rose. Después van desfilando las amantes de Quirke,
que son varias, y con las que no acaba de afianzar una relación estable.
Hay otro protagonismo en la serie, y es la
propia ciudad de Dublín, sede de la acción en la mayoría de los casos. Dublín,
Irlanda, el carácter irlandés, las costumbres, modas y modos. Años cincuenta.
Pero siempre miradas desde el punto de vista de cada personaje:
“Aquélla era su ciudad y, sin embargo, le resultaba extraña.
No importaba cuántos años viviera allí, una parte de él siempre permanecería
ajena. ¿Existía algún lugar al que perteneciera? Recordó el oeste del país,
donde en el pasado había sido un niño de orfanato, aquella tierra de brezos
crepitantes y árboles atrofiados azotados por el viento. Todos los árboles se
inclinaban tierra adentro, detenidos en una huida eterna, con sus ramas
delgadas y desnudas tendidas hacia delante como si huyeran de aquel terrible
paraje. Ése era el oeste que conocía.” (Fragmento de “Muerte en verano”)
Quirke es un hombre conflictivo, un
alcohólico que lucha contra su adicción y muchas veces sucumbe a ella. Arrastra un pasado turbio y problemático, una
infancia desgraciada en un orfanato, cuyos recuerdos le han dejado marcado de
por vida; de allí es salvado y adoptado por el juez Griffin, padre de Malachy.
Su hija Phoebe arrastra también el hecho de haber sido adoptada por sus tíos y
solo conoce a su verdadero padre a los veinte años. Tiene un carácter
solitario, algo monjil y sin embargo, suele interferir casi siempre en los
casos que su padre investiga, a veces sin querer, por casualidad, o a veces es
ella la que empuja a su padre a una investigación. Otros personajes secundarios
cobran más importancia en algunas de las novelas, como por ejemplo el periodista
Jimmy Minor; David Sinclair, ayudante de Quirke en el hospital; la doctora
Blake; Rose Crawford, segunda esposa de Malachy Griffin; la actriz Isabel
Galloway,…Sin embargo, la personalidad de Quirke domina siempre, y, aunque la
acción siempre está narrada en tercera persona, el autor marca mucho los puntos
de vista, destacando el de Quirke sobre los demás, a veces quizás abusando de
ello. Trabajar con los muertos le mantiene en un estado de introspección casi
permanente.
“En su interior, él contemplaba el canal oscuro, el
silencioso camino de sirga. ¿Qué había afuera, en la noche, que deseaba con tal
intensidad? Descanso, calma, huida. La muerte, tal vez. Pero ¿qué clase de
muerte? Isabel tenía razón: había visto demasiados cadáveres, los había abierto
y había hurgado en sus entrañas, como para hacerse ilusiones sobre lo que los
curas llaman nuestro viaje final. Estaba persuadido de que la muerte era
sencillamente el final.” (Fragmento de “Órdenes sagradas”)
En general, en cada una de las novelas de
la serie ocurre algo irregular que provoca la curiosidad de Quirke y comienza a investigar. A veces solicitado
por su propia hija, a veces por el inspector Hackett, a veces él mismo descubre
algo que le motiva a ponerse en marcha.
Pero hay una característica de todos los
casos de Quirke y de Hackett (ambos conforman una pareja que remotamente nos
remite a Holmes y a Watson, …pero al revés) y es que los casos investigados desembocan
casi siempre en una solución imposible. Se descubren muchos asuntos turbios,
incluso se llega a conocer la identidad de los asesinos, …pero no se consigue
encerrarlos, no se puede publicar la verdad, las cosas se complican de tal modo
que lo mejor es dejarlas como están; porque en unos casos y otros se atenta
contra los oscuros intereses de los grandes y poderosos que mueven los hilos de
una sociedad que, si se rasca un poco, apesta.
Los repetitivos paseos de los personajes
por la ciudad de Dublín sumergen al lector en una Irlanda urbana, no
especialmente verde, con olores a cerveza Guinness, a los efluvios del río
Liffey, a niebla…y poblada por curiosos personajes, donde la influencia de la
Iglesia Católica es omnipresente. El ambiente de las calles, los pubs, los
restaurantes y los teatros, las grandes mansiones y los barrios bajos, todo
refleja un ambiente que el autor ha conocido desde niño y que le es muy
habitual. El lector sigue estas narraciones con interés, a veces más por la
propia vida de Quirke y sus allegados que por la intriga que trata de resolver.
Fuensanta Niñirola
Libros de la
serie:
El secreto de Christine (Christine Falls, 2006)
El otro nombre de Laura (The Silver Swan, 2007)
En busca de April (Elegy for April, 2010)
Muerte en verano (A Death in Summer, 2011)
Venganza (Vengeance, 2012)
Órdenes sagradas (Holy Orders, 2013)
Las sombras de Quirke (Even the Dead, 2015)
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