B A S U R A
HECTOR A. FACIOLINCE
Ed. Lengua de Trapo, 2000
Vuelve este autor con esta novela a temas habituales en él: la soledad y el papel del escritor, el erotismo, lo escatológico, el valor de la escritura, el amor, …historias dentro de la historia, textos dentro de textos.
El narrador, del que no sabemos su nombre, es un periodista que encuentra en las basuras diarias los papeles arrugados con textos literarios de su vecino, un escritor mediocre que ha abandonado la escritura como profesión, pero que no puede dejar de escribir. Davanzati es el nombre del escritor cuyas basuras literarias intrigan al narrador, su vecino dos pisos más abajo.
Todos los días el innominado narrador inspecciona las basuras desde que descubre que en ellas hay folios escritos, deshechos, como excrementos literarios. Davanzati ignora por completo que los papeles con textos desechados son leídos ansiosamente por alguien, en este caso, su desconocido vecino. No sabemos que si los desecha es porque no los quiere, no los considera buenos, o simplemente son borradores o apuntes que no están destinados a ser leídos por otros. Leerlos es como violarlos, como descubrir un secreto que desea mantenerse oculto.
Intrigado por la diversidad de lo que va leyendo, el narrador sin nombre intenta reconstruir la vida del escritor, saber por qué desecha sus textos o si tiene copias de ellos y piensa escribir de nuevo y publicar.
Así, en la medida que va encontrando nuevos aunque arrugadas y malolientes páginas escritas, el narrador combina sus reflexiones con la reproducción de los textos que considera dignos de ser reproducidos. De ese modo se crea una doble línea narrativa: la del personaje que lee y la del personaje que escribe.
Davanzati es un hombre ya mayor, frisando los setenta, un solitario que huye del contacto humano y cuya vida ha estado plagada de inconveniencias, motivadas por su causa, mayormente. De muchas de ellas el lector va a conocerlas, a veces por la reproducción de textos que parecen autobiográficos, a veces por las investigaciones del narrador, que consigue de terceras personas datos reales de la vida de Davanzati, y a veces por las deducciones del narrador ante la observación y el seguimiento de los pasos de su vecino.
Los textos recuperados de la basura son diversos, pero dicen mucho de la personalidad y la vida del que los escribe. Un escritor mediocre, que se sabe mediocre y que renuncia a seguir escribiendo públicamente…sin embargo la escritura, como conversación con uno mismo, es una adicción y no puede dejar de escribir a diario, aunque sea para acabar en la papelera y finalmente en la basura. Escribir, para él es un excremento moral, lo realiza cada día como sus funciones físicas corporales. Este es un paralelismo que a Faciolince le gusta mostrar y de hecho en sus obras se repite lo escatológico.
En suma, toda la lectura se hace muy amena por los numerosos relatos y textos que incluye dentro del relato principal, y tiene partes de tono humorístico, si bien es un humor algo grueso, e incluso negro, como el relato de la mujer que convive con cuatro hombres, o el de la anciana que presencia un asesinato. Faciolince domina el lenguaje, marca un buen ritmo en la narración, y la llena de reflexiones inteligentes, divertidas en unos casos y en otras teñidas de una cierta tristeza.
Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1 de octubre de 1958) es un escritor y periodista colombiano, conocido por sus libros Angosta, que obtuvo en abril de 2005 en China el premio a la mejor novela extranjera,1 y El olvido que seremos, sobre la vida y asesinato de su padre Héctor Abad Gómez, al que fue otorgado el premio Casa de América Latina de Portugal por el libro como mejor obra latinoamericana y el Premio Wola-Duke en Derechos Humanos. Además ha recibido un Premio Nacional de Cuento, una Beca Nacional de Novela (1994) y dos Premios Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998 y 2006). En 2016 creó Angosta Editores, una editorial independiente de Colombia.
Fuensanta Niñirola
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