ELENA CASERO
Ed. Alalimon, 2025
La novela refleja muy acertadamente la vida de un pequeñísimo pueblo, de lo que se llama “la España Vacía”. Situado cronológicamente en la actualidad, protagoniza la acción un maduro detective a punto casi de jubilarse, Arístides Ponce, reclamado por Doña Perpetua, una testaruda anciana de un pueblito perdido entre campos de almendros y viñedos. La Doña quiere encontrar a su perdido hijo Antonio antes de morir. Antonio voló cual milano negro, desapareciendo sin dejar rastro. Y Arístides debe buscarlo, encontrarlo y traérselo a su madre para que esta pueda morir en paz.
Arístides, por sugerencia de su clienta, se hace pasar por un cura en busca de reposo espiritual y aficionado a la ornitología, llegando al pueblo con el alzacuellos que le hará sudar, puesto que es junio y va a pasar un cálido verano en esas tierras en busca del hijo perdido. Sin embargo, el maduro detective tiene una hija, Olivia —la historia de esa hija es otro cantar—que intervendrá como ayudante y asistente de su padre en su investigación.
Entre los habitantes del pueblo Arístides y Olivia encuentran apoyo y colaboración, como en el caso de Marina y Pepe, además de Valeria. Otros personajes que discurren por estas páginas son: Berta, la desagradable esposa de Antonio; Irina, la sirvienta de doña Perpetua; la guapa Dolores, hermana de Berta, y Violeta, hermana de Antonio. Hay un malvado llegado de la ciudad, Faustino, y otro malvado local, el alcalde del pueblo. Con todos ellos se crea ya una trama que el pobre Arístides, con alzacuello o sin él, deberá resolver.
Abundan las descripciones absolutamente realistas de la vida cotidiana en un pueblito pequeño y las relaciones sociales, las intrigas, los secretos que todos conocen pero nadie quiere comentar. Los mercadillos ambulantes, las fiestas rituales del verano, las tertulias del bar o de la gasolinera……todo ello conforma un clima que, además del calor veraniego, hace que el lector casi sude sumergido en la trama de la narración. Además, hay sorpresas, momentos de violencia, de tensión, dos muertes, pero también hay cálidas relaciones amistosas que hacen del protagonista un amante del silencio y la soledad campestre.
En suma, una narración ágil, entretenida y muy amena, que se lee de un tirón. Elena Casero nos presenta un texto pleno de realismo y trufado de humor, de un humor muy particular con el que ella suele impregnar sus novelas, dándoles así un toque especial.
Fuensanta Niñirola.
ELENA CASERO VIANA (València, 1954) es Técnico de Empresas Turísticas y ha trabajado hasta su jubilación en la multinacional Ford España SL.
Ha publicado las novelas Tango sin memoria (Mira Editores, 1996 y reeditada en 2013 por Talentura Libros), Demasiado Tarde (Mira Editores, 2004), Tribulaciones de un sicario (Talentura Libros, 2009), Donde nunca pasa nada (Talentura Libros, 2014), Las óperas perdidas de Francesca Scotto (Talentura Libros, 2018), el libro de relatos Discordancias (Talentura Libros, 2011 y, el libro de microrrelatos Luna de perigeo (Enkuadres, 2016).
Ha colaborado en distintos libros colectivos de relatos publicados por Editores Policarbonados, Mira Editores y Generación Bibliocafé.
Y sus microrrelatos han sido publicados en Grandes microrrelatos 2011 (Internacional Microcuentista), De antología - La logia del microrrelato (Talentura Libros, 2013), Despojos del ReC, La Microbiblioteca (relatos ganadores y finalistas, 2013, 2014 y 2016) Lectures d’Espagne, une anthologie Vivante (Auteurs espagnols du XXI Siècle).
1 comentario:
Muchísimas gracias.
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