PRESENTACIÓN DE
LA FRAGATA LIGERA
ED.. NORAY, 2011
En una apacible tarde de temperatura casi primaveral, y dentro de los muros del espléndido palacio de Malferit, sede del Museo L’Iber, ha sido presentada la novela que hace el número veinte de la Saga Marinera Española, La fragata Ligera. El público llenaba la sala.
Una breve presentación de los componentes de la mesa, fue llevada a cabo por Alejandro Noguera, director y alma del Museo. Así, presentó a Alejandro Mohorte, especialista en la época napoleónica, que enmarcaría la parte histórica; Víctor San Juan, ingeniero, escritor y navegante, que se referiría a la Saga en general y en concreto al libro que se presenta; y finalmente, el autor, Luis Delgado Bañón, escritor y marino, gran amante de la historia naval.
Alejandro Mohorte nos habló de la época, los conflictos en los que se encontraba tanto España como el resto de Europa, las luchas constantes desde la ruptura que supuso la Revolución francesa, posteriormente el ascenso y caída de Napoleón y todo el cambio de fronteras en el continente europeo, pasando luego a hablar del americano, de las inmensas posesiones españolas y cómo progresivamente surgieron los movimientos de independencia. Todo ello lo complementó con imágenes proyectadas en la pantalla del fondo.
Víctor San Juan hizo una intervención más breve, en la que habló del proyecto general de la Saga, fue explicando, grosso modo, los temas y etapas históricas que cubre cada volumen o grupo de volúmenes, habló de la familia Leñanza, que es la que mantiene el hilo conductor de la acción novelesca y de ficción dentro del marco histórico real. Y finalmente se refirió a La fragata Ligera.
Por último, Luis Delgado habló de muchas cosas, como es ya habitual en sus intervenciones. Habló de sus propósitos al escribir la Saga, de su idea de publicitar y sacar a la luz la historia de la Real Armada, para que no solo se celebren las derrotas sino que se conozcan y celebren las victorias, las hazañas heroicas, descubrimientos geográficos, cartografías y en general la riquísima historia naval española. Por otra parte, su segundo propósito es popularizar la rica parla marinera, frente a la invasión de términos extranjeros. Y sobre todo, que sus novelas aporten al lector ese olor y sabor a mar, por medio del lenguaje.
Habló también de la férrea labor de documentación y rigor histórico que rige en sus obras, frente a otras posiciones literarias que prefieren ignorar o incluso tergiversar los hechos históricos o las maniobras navales, bajo la advocación de la libertad del escritor. Y ciertamente, el escritor es libre…en la ficción. Salvo que escriba una ucronía, si escribe novela histórica, la parte real debe ser fiel a la realidad. La libertad se la puede tomar en la ficción. Y salvo que sea una novela de fantasía también hay unas limitaciones en cuanto a que toda novela requiere una documentación en cuanto al marco en el que se sitúa la acción.
Siguió un turno de preguntas y respuestas, interviniendo también los demás componentes de la mesa, y el público.
Tras el acto, se sirvió el habitual vino y empanadillas de rigor, y la charla se generalizó.
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