DE SEBASTIAN ROA.
Ediciones B
En una lluviosa tarde valenciana,
mientras el agua, tan esperada y necesitada en la huerta que aún rodea la
ciudad, caía mansamente, impregnando el aire de infinitesimales gotitas…en esa
tarde, la de ayer, tuvo lugar precisamente un evento literario de primera
magnitud: la presentación del libro La
loba de Al Andalus, del escritor valenciano de origen aragonés Sebastián Roa (Teruel, 1968).
Presentaciones de este libro ya ha habido varias, pero el marco esplendoroso (aunque algo húmedo ayer) del Palacio de Malferit, sede del Museo L’Iber, resultó ser el ideal. Allí es donde Sebastian asistió a los Talleres Literarios que según reconoció personalmente, le ayudaron a mejorar, le crearon unos espléndidos vínculos con el grupo de escritores y aspirantes a serlo, el grupo El Cuaderno Rojo, con el que periódicamente mantiene jugosas tertulias. Desde que en 2007 publicó su primera novela, ha publicado hasta hoy cuatro, si contamos la presente. Y la progresión de su capacidad literaria parece ir en aumento, a juzgar por las intervenciones escuchadas ayer entre el publico lector.
Llena a rebosar la sala, entre el público podíamos encontrar a numerosos escritores,además de amigos de la historia y la novela histórica, del Museo. Presentaron el acto Alejandro Noguera y Antonio Penadés, ambos habituales en
L’Iber, uno por ser su director y el otro por ser el mentor de una gran
cantidad de escritores y alumnos de sus talleres literarios, además de ser
amigo personal de Sebas. Al final pudimos disfrutar del encantador trailerbook que la editorial B ha
preparado para su difusión.
Alejandro Noguera hizo una
magnífica introducción al periodo histórico, situándonos en la Hispania de la
época, donde las fronteras entre los reinos moros y los cristianos fluctuaban
constantemente, donde tanto unos como otros conquistaban y reconquistaban
terreno. La acción de la novela se sitúa en los años 1150, y se centra en el
reinado del famoso Rey Lobo
Mardanish, que reinaba en la zona levantina (Valencia y Murcia), guardando
equilibrio entre los aragoneses, castellanos y leoneses con quienes mantenía
pactos y a veces, colaboraciones, y los almohades, tribus fundamentalistas a los que debía frenar y mantener continuas
batallas contra ellos.
Los protagonistas son pues,
históricos, si bien, como el autor mismo nos fue comentando a lo largo de su
intervención, encontró tantos huecos de información y oscuridades en ese
reinado, que le permitieron crear unos espacios de ficción que hacen de la obra
una novela y no un ensayo de historia, lo que por otra parte el autor considera
algo para lo cual ni está preparado ni es su deseo. Aun así, Roa se ha
documentado durante bastante tiempo antes de iniciar la escritura de esta
novela, y en las páginas últimas del libro muestra su documentación y advierte
al lector de aquellos pasajes y personajes ficticios y los reales.
Sebastián advirtió que, así como
en su novela anterior el tema aglutinante es la venganza, en ésta es la
ambición. Y sobre todo, la ambición de una de las esposas favoritas del rey,
que quiere no sólo formar parte del harén, sino ser Reina. Todas las intrigas
de una corte muy avanzada y civilizada (frente a las hordas almohades el sur,
pastores de cabras), trufadas con grandes batallas, personajes
interesantísimos, reales y ficticios, todo ello da como resultado esta novela,
que tiene todas las papeletas para un premio: una difusión masiva entre el
público lector.
Antonio Penadés destacó la importante
relación de la novela con Valencia y con Murcia, dándonos a los lectores de
estas poblaciones, pistas y detalles interesantes sobre la Balansiya andalusí. También
habló del problema del “presentismo”, fantasma que acompña a todo escritor de
novela histórica y que debe evitar. Entre el público hubo numerosas e
interesantes intervenciones, con lo que el acto se alargó, el público no
parecía dispuesto a irse a tomar el vino subsiguiente, lo cual debería honrar
al autor.
Pero finalmente acabó, tras enjundioso
debate, y nos fuimos a tomar un vino y
unas deliciosas empanadillas, en la entrada del museo, mientras el autor,
gozoso, firmaba ejemplares de su libro. Espero poder pronto hincarle el diente a tan jugoso manjar.