Y OTRAS HISTORIAS DE
LA CABALLERÍA AMERICANA
JAMES WARNER
BELLAH
Trad.
Lorenzo Díaz
Ed. Valdemar, 2012
Los amantes del western, y más
concretamente, de la caballería americana, tienen en este libro una magnífica
obra, centrada la atención en la caballería de la frontera, esa especie de centauros del desierto, como se tradujo
al español el título de la famosa película de John Ford, The Searchers. El gran cineasta americano de origen irlandés no es
ajeno a esta obra, puesto que los cinco relatos previos al más largo y que da
título al libro, constituyeron la base para su trilogía de películas sobre la
caballería: La legión invencible, Fort
Apache y Rio Grande. De hecho,
primero Ford compró los derechos del relato Masacre,
y luego contrató a Bellah como guionista, pasando a sumarse al equipo fordiano,
compuesto por otros importantes guionistas como Haycox, Halleran, etc. Tanto el
trabajo de estos guionistas como las pinturas de Frederic Remington, Charles
Russell y Charles Schreyvogel, fueron
las fuentes que, unidas a las memorias de Elizabeth Custer y el explorador
Gatewood inspiraron la filmografía de Ford sobre la caballería. Todo esto lo
comenta muy bien Alfredo Lara en un texto de introducción al libro. En esa introducción, además de situarnos al
autor y su mundo, Lara nos habla de esta relación entre Bellah y John Ford,
principalmente unidos en su admiración por el pequeño mundo que constituyen los
acuartelamientos, y sobre todo, los fuertes de la frontera, que eran
comunidades muy cerradas en sí mismas, verdaderos universos con propia vida
interior.
El mundo de J.W. Bellah (1899-1976) está compuesto de relatos coloristas y
cargados de reflexiones, descripciones psicológicas y ambientales, entrelazadas
con la narración que a veces deviene brutal, dura, como el mundo que describe.
En Bellah no encontramos las canciones, los bailes y las escenas tiernas o
humorísticas que entreveran las películas de Ford. Bellah puede ser
terriblemente dramático, como lo era la vida de la frontera, no coloreada y dulzona
como a veces la presentan, y no me refiero precisamente a Ford, que tampoco
ahorra dramatismos, pero al menos el cineasta sabe muy bien combinar las
situaciones más fuertes con momentos de humor y entrañables historias de amor,
de lealtad y amistad, que es lo que hace al cine de Ford tan universal.
Los cinco relatos cortos que incluye
el libro son: Comando, Masacre, Misión
inexistente, La gran cacería y Partida
de guerra. Los personajes de estos relatos tienen como eje común el
imaginario Fort Starke, que funciona como un hito legendario, dando pie a una
épica, la épica de la caballería. Estos personajes protagonizan en mayor o
menor medida los cinco relatos, entrando y saliendo, cambiando su graduación,
como medida del tiempo pasado y las hazañas vividas. Las fechas de la acción se
podrían situar, como cita Lara en su introducción, entre 1867 y 1885. Misiones
de patrulla, batallas, vida cuartelaría
en la frontera, paisajes polvorientos y sol inclemente.
El sexto, Un tronar de tambores, relato más largo que da título al libro,
consiste en el guión novelado por el propio Bellah para la película homónima de Joseph M.
Newman, que en España se llamó Fort
Comanche. Es este un gran relato, tenso, de gran hondura psicológica, donde
la soledad del militar al mando del puesto fronterizo es absoluta. Una patrulla
trae noticia de movimientos de indios en los alrededores, lo que crea una
situación de tensión en el fuerte y los pobladores civiles que acoge. Una joven
dama del Este llega –para casarse- a un puesto fronterizo, en este caso es Fort
Canby, comandado por el maduro capitán Maddocks, e inmediatamente se desata una pugna entre dos
tenientes, el prometido de la dama y el antiguo novio, que casualmente está
destinado allí, pero esto solo es una parte del drama. Se destacan patrullas
para inspeccionar el terreno, y ahí
surgen los problemas. La lucha entre la estrategia india y la estrategia del
hombre blanco, ese medirse las fuerzas y calcular las posibilidades, al mismo
tiempo que luchar contra la dureza del terreno, la inclemencia del clima y la
inmensa soledad y responsabilidad de los actos humanos. La crudeza con que
Bellah trata los hechos, las descripciones de los métodos indios para acabar
con sus enemigos, la terrible tensión que se crea entre los soldados y el
mando, siempre responsable de sus vidas y con ese peso sobre sus hombros,
confieren al relato un dramatismo y una atracción enormes.
Libro absolutamente recomendable
no solo a los amantes del género, sino a cualquier lector que desee vivir por
unas horas cabalgando por los espacios abiertos del Lejano Oeste
norteamericano.
Ariodante