HÉCTOR OLIVA CAMPS
Espasa, 2013
Estupenda literatura de viajes
donde se mezcla novela histórica con novela-reportaje, novela-investigación y como fondo, un tema
mítico y legendario, que ha hecho correr ríos de tinta y ríos de dinero en
busca de algo que se demostró completamente inútil y que ahora se nos vuelve a
poner en el punto de mira: el famoso paso
del Noroeste.
De las andanzas españolas por
tierras y mares de las Altas Californias (leáse Alaska) hay reportajes,
novelas, películas,… y las que seguirá fluyendo. Solo contar de modo novelado o
periodístico lo que sucedió a las diversas expediciones ya da para interesar al
gran público. Pero lo que Héctor Oliva nos trae es un poco de todo, con lo que
resulta una placentera lectura, de esas que animan a buscar más información y a
seguir leyendo.
La obra está estructurada en tres
líneas de discurso, que el autor, ―por boca de su personaje, Liberto León―, nos
advierte al comienzo del libro: una, las crónicas de Nicolás de Vallescá
(1817); los documentos del «Caso Magallana»
(200…) y el conjunto de textos firmados
por Liberto León sobre «Personajes del Noroeste», que hilvana biografías y aventuras desde el aventurero Juan de
Fuca (1590), pasando por los expedicionarios John Franklin, Robert McClure,
John Rae, (1845), incluso Amundsen (1903)
hasta la actualidad. Salvo en los «Personajes del Noroeste», el autor
juega con ficciones, pero basadas en hechos reales, como todas las
exploraciones realizadas en la costa Noroeste americana por españoles de
distintas épocas, sobre todo las encabezadas por el capitán Bodega y Cuadra
(1775) descubriendo la Bahía de San Francisco, y (1779) recuperando Nootka con
la fragata «Princesa» (por cierto, episodio recreado en la novela homónima de
Luis Delgado Bañón).
Con un tema tan sugestivo y
legendario como es la exploración del Noroeste y la búsqueda del famoso Paso,
que se ha llevado sangre, sudor y lágrimas, además de ríos de tinta y metros de
celuloide, el autor pergeña una narración triple. Crea un personaje, Liberto,
investigador, viajero, amante…e imagina un problema: el caso Magallana. Esta
línea de discurso se desarrolla dialogada y vía correos electrónicos, y echa
chispas eróticas. El «caso Magallana» supone una colección de dibujos y unas
crónicas del viajero y dibujante Nicolás de Vallescá, que desaparecen del
Archivo de Indias sevillano y de San Petersburgo, y son buscados intensamente
por las administraciones y los servicios secretos de varios estados (Rusia, Canadá,
EE.UU.) y algunas compañías petrolíferas... Con esta línea tenemos un thriller,
que alternamos con la lectura de las Crónicas del viajero dieciochesco, con las
que tenemos la novela histórica.
Con los capítulos alternos de
«Personajes del Noroeste» se nos muestra una recopilación de aventureros y
aventuras en esas tierras altas a través de la historia y en la más absoluta
contemporaneidad, que nos ilustra acerca de la importancia de la búsqueda del
Paso, de la colonización de Alaska, del desastre final del imperio español en
América del Norte, y de toda una gama de vidas y anécdotas que hacen del libro
un magnífico compendio de la naturaleza humana, además de la geografía y
antropología de una parte el mundo generalmente desatendida y olvidada.
Un conjunto de narraciones
enlazadas que no nos deja soltar la lectura: el drama de la imaginaria vida de
Vallescá, pintor y dibujante por casualidad y afición, enamorado de Irelia, y
con la que soñará siempre, escribiéndole unas jugosísimas cartas (las crónicas)
al rey Carlos IV, desde la prisión en la que se ve recluido al retornar a
España; la durísima vida de todos aquellos aventureros y exploradores, marinos
y gente de tierra adentro que en servicio a un lejano rey se dejaron la piel
por esos gélidos paisajes; los diversos personajes tangenciales, de cómo Bering
descubrió el estrecho que llevará su nombre, la recuperación de la base española
en Nootka a cañonazo limpio; las relaciones con los rusos, con los bostonianos,
las desidias españolas en Nueva España, los franciscanos y las imposibles
misiones; los viajes hacia Shanghai y Cantón, tratando de vender pieles de
nutria; el descubrimiento del papel copia, las relaciones con los indios, con
la Iglesia, con los capitanes de barco, a cual más enloquecido…Ni un momento nos
deja de atrapar esta lectura, que entretiene e ilustra por igual.
Las «crónicas» están narradas con
un lenguaje más parecido al dieciochesco, que a veces nos chirría un poco, pero
sin llegar a estropear la lectura. Los otros textos usan un lenguaje
periodístico, muy ágil, con mucho trasfondo de humor y sobre todo, haciendo que
la cantidad de información aportada ―que es mucha― el lector la vaya asimilando
fácil y cómodamente, al presentársela con lenguaje claro y continuas
referencias a la actualidad, y en pequeñas dosis.
La obra en su conjunto es
ficción, pero está cargada hasta los topes de historias reales. Quizás de ahí
su atractivo; y además, provoca en el lector el deseo de ampliar conocimientos,
de buscar mapas (¡ay, la inevitable ausencia!) donde seguir las rutas
nombradas, y desata nuestra imaginación, que nos hace pensar en la cantidad de
magníficas novelas que podrían escribirse a partir de cada una de las
increíbles historias de los Personajes del Noroeste.
Primera novela aunque no primer
libro, Héctor Oliva (Terrassa,
1970), además, es autor de Pasajes a América (2007), por el que recibió el
premio Eurostars de Narrativa de Viajes, y Veinte historias de la Barcelona
americana y una pregunta descarada (2009) y 17 Cimas. Periodista, montañero y
viajero, vinculado con el mundo de la cooperación, ha realizado misiones de
trabajo en países de Asia, África y América como miembro del equipo de
comunicación de Intermón Oxfam. También ha sido corresponsal de prensa para
Centroamérica y el Caribe. Es un apasionado autodidacta de temas de geografía e
historia.
Ariodante
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