DOLORES
GARCÍA
Autoedición, 2011
Al sumergirse en la lectura de
esta novela viajará el lector en varias direcciones: la vida de Mona Lisa y de
Leonardo da Vinci. Más conocida y comprobable la del artista florentino, pero también con grandes misterios y lagunas;
apenas tenemos datos, sin embargo, de la de Monna Lisa Gherardini, conocida
mundialmente por el famoso retrato que la inmortalizó. Sabemos que posó para Leonardo,
pero poco más. Que se casó con Francesco Giocondo, y que tuvo dos hijas. Y que curiosamente
el cuadro no se lo quedó ella, sino el rey francés Francisco I. «¡Cuántos
emperadores y príncipes han pasado, de los cuales no queda ya recuerdo alguno!
Un hermoso objeto mortal pasa, no así una hermoso objeto de arte»
Lo que ambos hablaron, los
vínculos que crearon entre sí, son el nudo de esta narración. Mucho campo para
imaginar, pues. Y eso es lo que hace Dolores
García, imaginar qué pudo pasar entre un artista singular como Leonardo y
una dama extraordinaria, como Mona Lisa. Porque había de ser muy especial para
ser la modelo de una pintura tan enigmática y tan atractiva. Enigmática es la palabra: Lisa cautivó a
Leonardo, pero no por su físico, puesto que ni era espectacular ni al artista
florentino le atraían las mujeres. Le atrajo por su fortísima personalidad y
sensibilidad, por esa coincidencia de orígenes, de aficiones y de ideales. La autora recrea en estas páginas la historia
de una amistad, un vínculo muy fuerte, que roza el amor; un amor intelectual,
espiritual, que les lleva a una comunión virtual en el tiempo y en el espacio. En
boca de Monna Lisa pone estas palabras: «Al final de nuestra vida por fin somos
lo que hemos sido y cómo nos hemos ido haciendo: somos nuestra propia obra», en
una de sus abundantes tertulias. Y esta idea es la que rememora el propio
Leonardo en sus últimos días.
En el lecho de su villa francesa
de Cloux, Amboise, ya cercano a la
muerte, da Vinci desgrana la vida pasada ante su discípulo Francesco Melzi, y
su fiel criado Battista, que recibe unos encargos a realizar póstumamente. En
otros momentos de duermevela, el artista simplemente rememora su pasado, y
sobre todo, recuerda a aquella dama que tan hondamente supo entenderle y
conocerle. «El artista ha de permanecer solitario… si estás solo, serás todo
tuyo; si tienes un compañero te pertenecerás solo a medias, o incluso menos.»
reflexiona Leonardo, que tiene muy asumida su independencia y la soledad que
implica.
En la narración, la autora oscila
entre la tercera y la primera persona, encajando unas narraciones dentro de
otras: Giocondo cuenta la historia de Lisa a Leonardo, y Leonardo lo cuenta a
Francesco. Lisa, que permanece muda para el mundo, cuenta sus misterios a
Leonardo, mientras Leonardo recuerda otras anécdotas de su vida e
investigaciones. Hay, pues, muchas historias en el libro, y entre todas
componemos el puzzle de esas dos vidas: Leonardo y Lisa. Por entre medias, los discípulos (entre
ellos, el bello pero vengativo Salai), los compañeros y competidores artísticos:
Botticelli, Filippo Lippi, Miguel Ángel, Rafael…y también los gobernantes y
mecenas: Soderini, Giuliano de Médicis, Ludovico Sforza, Cesar Borgia, con sus
encargos y presiones, Maquiavelo e incluso Savonarola. Un plantel de primer
orden.
Dolores García disecciona la obra
de Leonardo, ese desafortunado hábito de dejar inacabados múltiples proyectos
por la ansiedad de probar nuevos objetivos, atacar nuevos retos. Quizás debido a su concepción de que «el arte
no es tarea manual, sino que los artistas consiguen más cuanto menos parecen
trabajar, precisamente cuando conciben mentalmente su obra (…)En el arte,
primero es el concepto, la creación mental; luego viene la ejecución, que solo
es una consecuencia mecánica de la primera».
También rastrea el pensamiento
del artista-investigador e inventor, los deseos y las inquietudes del gran
hombre, intercalando textos de sus diarios y publicaciones varias.
Encuentra en la Gioconda ―siempre
según el enfoque de la novela― su alter ego: la autora crea el personaje de
Lisa y la provee de una enorme capacidad
intelectiva, un personaje femenino adelantado a su tiempo en el pensamiento y
las ansias de saber, rodeándola a su vez de un misterio y creando una trama de
intrigas que conseguirá dar a la novela un gran interés, captar la atención del
lector, sugiriendo explicaciones plausibles a las zonas oscuras de aquellas
vidas. Hay muchas licencias literarias de hechos que no tenemos constancia que
ocurrieran así, pero… pudieron haberlo hecho. Quizá el único tramo que resulte
un tanto chocante sea el de las pruebas del artilugio volador de Leonardo, más
próximo al tono humorístico y menos verosímil, sobre todo en la participación
de Lisa. En ese punto creo que la autora se ha dejado llevar por un entusiasmo
excesivo, forzando el protagonismo femenino hasta límites propios del presente,
pero no de la época, incluso tratándose de una mujer excepcional.
Sin embargo, es una novela
histórica por pleno derecho: prima la ficción, obviamente; los hechos reales
que la jalonan y enmarcan están bien documentados; el lenguaje, respetuoso con
los tratamientos y las costumbres, los modos y las modas, con el ambiente del
renacimiento italiano, de la política y el arte de la época; la relación de
artistas con políticos-mecenas, bien reflejada, y la única licencia importante es la
personalidad y vida de Lisa Gherardini, que anticipa a una mujer sobresaliente,
muy avanzada para su tiempo y la posición que ocupa socialmente. Pero esa es la
apuesta y la hipótesis que Dolores García presenta, con la que podremos estar
de acuerdo o no, pero que es, cuando menos, muy sugerente.
Dolores García Ruiz, (1964, Melilla) En esta ciudad pasó su
primera infancia. A los nueve años se trasladó a Valencia, donde actualmente
reside. Cursó estudios de Derecho por la UNED, es Corrector Profesional de
Edición. Ha colaborado en diversos programas de radio y televisión y ha
publicado artículos en revistas culturales de prestigio. Asimismo, ha impartido
charlas y conferencias sobre Leonardo Da Vinci en diversos foros de la
geografía española y en las principales capitales. Su obra El Secreto
de Monna Lisa está traducida a varios idiomas y ha sido publicada en
numerosos países, entre ellos EEUU, donde esta novela ha sido seleccionada por
diversas universidades para formar parte de su fondo de biblioteca de obras
escogidas en idioma español. También es autora de La rebelión de
Penélope, La reina del azúcar y de relatos breves. La
novela fue en principio publicada en 2004 por la Editorial Roca y
posteriormente autopublicada por la propia autora, que se ha ocupado de la
distribución y publicitación, tanto en papel como en e-book.
Ariodante
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