SALVADOR SEDILES
La línea del horizonte Ediciones, 2013
Estamos ante un breve pero jugoso ensayo divulgativo sobre Joseph
Conrad, principalmente centrado en los paisajes y espacios que el autor
polaco-británico recorrió en sus años de navegante. En sus apenas setenta y
cinco páginas aborda, por una parte la biografía de Conrad, a muy grandes
rasgos, y por otra, la principal, esa parte de Oriente, el archipiélago malayo, que el joven marino
venido de tierra adentro llegó a conocer al dedillo, surcando sus aguas,
sufriendo tempestades, naufragios, esquivando escollos y aprendiendo a conocer
a sus gentes, así como a los curiosos especímenes de marinos occidentales
afincados en aquellos mares. De muchos de tales especímenes surgieron sus
personajes, tema del que también trata este libro.
El autor nos hace ver cómo el niño y el adolescente que vivió
en Cracovia y que soñaba con el mar llegó a embarcarse en Marsella, dando
comienzo a una larga carrera que solo cambió para desembarcar en la literatura,
de modo que continuase evocando el mar con su pluma, desde su rincón en tierra
firme.
Conrad pasó de la marina francesa a la inglesa, entonces
reina indiscutible de los mares, y poco a poco fue asimilando su papel hasta el
punto de adquirir la nacionalidad británica, que finalmente le acogería en sus
años en dique seco, y a la que devolvería con creces una prolífica obra en
inglés, el idioma que aprendió en el mar y que perfeccionó en tierra.
Singapur, en tiempos de Conrad centro indiscutible del
comercio con Malasia, puerto exótico, concurridísimo; los hoteles que Conrad
conoció, como el famoso y espectacular Hotel Raffles, la Fonda de South Bridge
Road, El Hogar de los Oficiales, el almacén de McAllister & Co., todos
estos espacios que podemos encontrar en Lord
Jim, Victoria, Salvamento, La locura de Almayer…
La navegación en la época en que coexistían los barcos de
vela y los de vapor, y que Conrad experimentó: los clippers, canto de cisne de la navegación tradicional; las
tormentas y tifones tan habituales en esa zona, que vemos reflejados en las
obras como El negro del Narcissus, Tifón,
El vagabundo de las islas,…Los míticos lugares como Patusán y Sambir,
escenario de sus novelas, estaban inspirados en espacios reales como Berau y
Tanjung Redeb, en Kalimatan. Conrad deambuló por esas islas, por los ríos
misteriosos que luego reprodujo en sus narraciones, y por aquellos parajes
encontró a los que serían algunos de sus personajes más impactantes: el
empleado holandés Charles Olmeijer, que inspiraría a su primer personaje,
Almayer, o James Brooke, llamado “el rajá blanco”, instalado en Sarawak y que
le ayudó a crear su Lord Jim. El capitán William Lingard, el “Rajá Laut”,
personaje real, famoso comerciante y marino, que también se mueve, -bajo el
nombre de Tom Lingard- por las páginas literarias de Conrad.
Los nativos, las distintas tribus y etnias, como los bugis de las islas Célebes, que resultaban
terribles piratas en sus praos y pinisis y hoy son pacíficos habitantes
de la zona; o los dayaks de Kalimatan (Borneo) o Sarawak (Malasia), también
piratas y cortadores de cabezas.
Todo esto, aliñado con profusión de imágenes: fotografías o
grabados de la época, mapas, planos, edificaciones, fotos de indígenas, fotos
del propio Conrad, de su estudio, de su máquina de escribir…ofrece al lector un
atractivo paseo por la vida, la obra y sobre todo, los escenarios que
inspirarlo la imaginación de este escritor que supo plasmar maravillosamente
sus años marineros y su capacidad de captar la naturaleza humana así como la
naturaleza geográfica y el espíritu de la mar.
Una breve pero excelente publicación que hará las delicias de
los aficionados a Conrad y le descubrirá a los que no le conocen, sirviendo de
introducción a la obra de un clásico.
Ariodante