(BOOM
TOWN, 1938)
THOMAS WOLFE
Ed. Periférica, 2013
En esta novela corta, Wolfe vuelve de nuevo su
particular universo. El hijo que ha estado lejos, retorna, el verano de 1929, a
su pueblito natal, Altamont. Este es el nombre que Wolfe da a su particular Macondo, que es, en realidad, la ciudad
donde nació, Asheville. La madre y un hermano van a esperarlo al tren y lo
acompañan a casa. La llegada le produce a John (alter ego del autor) un cúmulo de sensaciones encontradas. Es y no
es su pueblo. Ha cambiado tanto que casi no lo reconoce. El pueblo arde en
efervescencia expansionista, en plena burbuja inmobiliaria (el título original
no puede ser más expresivo), en pleno caos económico que precede al crack
económico en Wall Street. Los personajes y la familia de la que nos cuenta en
estas páginas son los mismos que recrea –con algunos cambios de nombre- en El ángel que nos mira (Look Homeward, Angel, 1929), su primera
novela. En este caso, diríamos que Especulación
es una secuela, en la que vuelve al universo creado en su primera novela. De
hecho, vuelve también en Una puerta que
nunca encontré. Wolfe era por naturaleza un vagabundo, deseoso de ver toda
clase de lugares, y sus moradas no eran más que sitios necesarios en los que no
arraigaba nunca. Era América lo que más hondamente le preocupaba, y yo creo que
nos la reveló como ningún otro escritor lo hiciera para la gente de su tiempo y
para los escritores y artistas y poetas de mañana. Y su recreación es a la vez
descriptiva e interna, vivida.
Wolfe escribe en las primeras páginas de Especulación: “Pero el extraño y
solitario grito del enorme tren, que lo había acompañado toda su vida y que,
remoto y tenue desde alguna montaña verde del Sur, tantas veces lo alcanzara en
las noches de la infancia con sus grandes promesas de fuga y oscuridad, ahora
le hablaba con la extrañeza no menos intensa del regreso. Pues estaba volviendo
a casa. Y tan repentina, ciega y furiosa como su errancia se presentaba ahora
el retorno. Estaba de regreso al hogar y no sabía con certeza por qué.” En sus
breves páginas, Especulación recrea, pues, el choque que
supone para el hijo que vuelve reencontrarse con su pasado pisoteado,
destrozado: el pueblo entero parece haberse vuelto loco, la fiebre de compra y
venta de terrenos, la edificación desmesurada, los cambios de forma y de
aspecto que han tenido lugar en los años que ha estado fuera, impactan
fuertemente a John. Los edificios que recordaba ya no existen, los paisajes
boscosos han sido convertidos en masa pétrea ciudadana. Los sonidos del viento
ya no se oyen. Todo es ruido y furia: “El lugar parecía un campo de batalla
-nos dice- ; tenía cráteres y escombros de terribles explosiones de ladrillo y
hormigón por todas partes. Y en los intersticios aparecían confundidos los
restos del viejo y sosegado pueblo, tímido, en retirada, sobrecogido, casi como
un recordatorio, en medio de todo aquel estrépito cruel y novedoso.” Su hermano
y su madre parecen incluso implicados, salpicado por esa locura colectiva. La
visita que hacen al cementerio, para ver las tumbas de su padre y su hermano,
da pie a una serie de reflexiones y descripciones que delatan el estado de
ánimo de Wolfe, que murió ese mismo año, en septiembre. Poco tiempo después de
regresar de su último viaje a Europa, Wolfe había viajado al Sur para visitar a
su familia, deteniéndose en York Springs, donde la familia de su padre estaba
enterrada; visitando después Burnsville, (Carolina del Norte), el hogar de la
familia de su madre. Llegó a Asheville el 3 de mayo de 1937, y fue recibido
cálidamente. Lo que allí pudo observar y las impresiones que recibió están
contenidas en esta novela.
Thomas
Clayton Wolfe (Asheville, Carolina del Norte, 1900 –
Baltimore, Maryland, 1938) fue el octavo hijo de W.O. Wolfe, tallador de
piedra, y Julia Westhall; a los seis años su madre se trasladó con él a otra
vivienda que convirtió en casa de huéspedes, y el padre con el resto de
hermanos siguió viviendo en la casa natal. Hizo sus estudios en la universidad
de Carolina, y más tarde en Harvard. En el verano de 1925, viajó a Europa y
comenzó a escribir su primera novela, Look
Homeward, Angel, una saga familiar en una pequeña ciudad montañesa de
Carolina del Norte, Altamont, abarcando desde sus orígenes paternos (los Gant)
y maternos (los Pentland). Su familia, una familia y un pueblo muy peculiar. Todo
ello es recreado a lo largo de su obra. Wolfe murió prematuramente a los 38
años de tuberculosis, y a pesar de ello su producción literaria es prolífica y
abundante.
Ariodante