H.G.WELLS
Ilustraciones
Elena Ferrándiz
Traducción
Iñigo Jáuregui
Edición
bilingüe
Nórdica
libros, 2014
Con esta obrita se nos
ofrece un producto especial. Es un relato o, más bien, un cuento, por su
intención aleccionadora o moral, en el que el escritor y teórico político
británico HG Wells desarrolla una especie de utopía. La edición es bilingüe, lo
cual se agradece, y va asimismo ilustrada con unos dibujos muy acertados y
estéticamente relevantes, en escala de grises.
Wells imagina un espacio
inaccesible, en plena cordillera andina, donde un pequeño grupo atrapado por
las nieves y encerrado en un valle vive durante generaciones sin contacto
alguno con el exterior , hasta el punto de olvidar su existencia e imaginar
toda una mitología que explique su vida en tan idílico espacio. Porque aquello
es un paraíso, un pequeño paraíso en el que los en principio forzados
habitantes acaban por acomodarse y por ser felices, adaptandose a ese tipo de
vida.
Pero hay una peculiaridad:
entre ellos empieza a desarrollarse la ceguera y a transmitirse de modo
congénito hasta el punto de que todos los habitantes, pasadas unas
generaciones, son ciegos. Completamente ciegos, desarrollando, eso si, al
máximo, sus otros sentidos. Ciegos hasta el punto de adaptar su cultura y su
cosmovisión a su naturaleza, olvidando
incluso las palabras relativas a aquellos órganos cuya función había
desaparecido. Un mundo táctil, de perfumes y olores, de sonidos y músicas, de
sabores y gustos.
¿Qué ocurre aquí? Pues el
problema se produce cuando, en una expedición montañera de Bogotá,, un
expedicionario queda perdido y aislado por completo, y viene a dar por
casualidad con este pueblo ancestral.
Tras una primera sorpresa e
incredulidad, el protagonista, Núñez, imagina que va a hacerse el amo de la
situación. Es el único que puede usar sus ojos y aunque se da cuenta que ha
encontrado un pueblo excepcional, primitivo pero con una sociedad bien
organizada y muy activa, piensa que les lleva ventaja por se el único que puede
ver.
Craso error. En una
sociedad de ciegos, el tuerto no es el rey, al contrario de lo que pudiera
pensarse. El forastero es recibido como un advenedizo, como alguien distinto
que por un lado suscita compasión (por no ser como ellos, ciego) y por otro,
incomprensión y peligro, por ser distinto y por no ser capaces ninguno de
entender qué es eso de la vista. Por más explicaciones que da Núñez, nadie le
entiende y le toman como un loco o un pobre infeliz que esta enfermo. Pero
siempre como un peligro para la comunidad.
Le hacen ver todas sus
torpezas, porque si bien es capaz de usar la vista, es un tanto torpe con los
demás sentidos, mientras que ellos se manejan perfectamente. De la
incomprensión pasaron a la burla y de la burla a la violencia. Núñez no era
bienvenido. Núñez lo intenta todo, desde defenderse a agredir, desde esconderse
hasta huir, pero resulta un fracaso total. Llega a abandonar toda esperanza, y
tratar de acomodarse a vivir con aquellas gentes, incluso llega a enamorarse de
una joven.
Sin embargo, nada da los
resultados apetecidos por todos y Núñez se siente sólo en medio de la multitud,
se siente discriminado, ofendido y humillado. Los ciegos se creen superiores a
él y no soportan la diferencia que supone tener ojos, lo consideran poco menos
que una desgracia. La propuesta que le harán será terrible. Una propuesta
demasiado igualitaria. Y Núñez no puede soportarlo.
En suma, un cuento moral,
lleno de simbología y de connotaciones sociopolíticas, que, como sabemos, eran
una de las facetas de Wells, además de la escritura. Bella edición, pues,
correcta traducción y espléndidas ilustraciones.
Herbert George Wells ( Bromley, 1866- Londres 1946) escritor y filósofo
político británico, especialmente conocido por las novelas científicas, o de ciencia
ficción. Tercer hijo varón en una
familia, de la empobrecida clase media-baja, tenían una tienda nada próspera. En
1874 el joven Wells sufrió un accidente que lo dejó en cama con una pierna
quebrada. Para matar el tiempo, se aficionó a la lectura y comenzó a desear
escribir. Ese mismo año entró en una academia comercial llamada Thomas Morley's
Commercial Academy, en la que continuó hasta 1880. En 1877 su padre sufrió un
accidente que le impidió ganarse la vida como lo había hecho hasta entonces.
Ello condujo a que Herbert y sus hermanos comenzaran a emplearse en diversos
oficios. En 1884 obtuvo una beca para estudiar Biología en el Royal College of
Science de Londres, donde tuvo como profesor a Thomas Henry Huxley, hasta 1887.
En este período también ingresa a un club de debate de la escuela llamado Debating Society, donde expresa su
interés por transformar la sociedad. Formó parte de los fundadores de The Science School Journal, una revista
en la que dio a conocer sus postulados en literatura y en temas sociales. Fue
en ella que vio la luz por primera vez su novela La máquina del tiempo, pero con el título original: The Chronic Argonauts.
Ariodante