GISBERT HAEFS
EDHASA, 1990
Un
octogenario heleno, comerciante y banquero, viajero incontinente, dicta sus
memorias a una joven esclava, Corina, desde el exilio de Alejandría. Pero en el prólogo, el viejo Antígono cuenta su
huida de Cartago y la última
conversación con
Aníbal, un
Aníbal
también
exiliado, como él. Magnífico fresco histórico sobre Cartago, Karjedon o
Kart-Hadtha, según se
use el latín, el
griego o el púnico. A
pesar de que la figura que centra toda la historia va a ser Aníbal, la narración es mucho más que una novelación de la vida del
genial estratega cartaginés. Por
lo pronto, es una novela, y para la narración, Haefs introduce a un personaje como narrador, un
personaje que va a vivir la historia de Cartago aunque no sea propiamente
cartaginés. Hijo
del comerciante heleno Aristides y
aunque nacido en Cartago siempre llevará el estigma de su herencia helena. Primero viajero y
comerciante, después
banquero y fundador del Banco de Arena, que llevará
los negocios de la familia Barca, entre otros muchos, Antígono esta ligado a la familia Bárcida desde su juventud. Amigo de Amílcar Barca, ve nacer y crecer a sus tres retoños, Aníbal, Asdrúbal y Magón, futuros estrategas, y a sus dos hijitas,
Sapaníbal y Salambue. Será respetado
por su posición y su
poder económico y
al mismo tiempo, odiado por los enemigos de los Barca.
Es
desde su punto de vista que nos va a narrar la historia de Cartago, la historia
de la expansión
cartaginesa en la península
ibérica,
las guerras contra los pueblos que la habitan, las guerras contra Roma, la
eterna pugna entre el partido Bárcida y el poderoso Hannon, líder de la Gerusía púnica.
Antígono/Haefs
anuncia lo que se propone hacer: "describir lo exterior de modo que
contenga el interior, pero sin sacarlo a la luz.(...) Lo que vi, no cómo lo vi; cosas objetivas, no
interpretaciones. Fragmentos de apuntes tomados durante sesenta años, complementados o abrevias;
algunas cartas, (...) un Antígono frío que sea joven, adulto o viejo, pero siempre en tercera
persona: él; ojos
y pluma, no cerebro expositor, intérprete, deformador(...) si los dioses, que no existen, son
benévolos
conmigo, lo que no se corresponde con su supuesta esencia, concluiré
mi tarea."
Con esta
obra, Haefs/Antígono se lanza, pues, a narrar el gran drama púnico. Y a pesar de que adopta el
punto de vista de la familia Bárcida, al usar a un amigo de la familia como
narrador, es capaz de mostrar las tensiones del mundo contemporáneo, de la Oikumene, que era el mundo
Mediterráneo,
derivado de la cultura helenística y sus mezclas con la oriental, así
como con los púnicos y los romanos, todo aquel mundo que limitaba con los
bárbaros, los que no hablaban la koiné.
La
novela hace todo un despliegue histórico, llegando incluso a pasajes verdaderamente barrocos en
sus descripciones, que nos hacen sumergirnos en el mundo púnico, o en el ibérico, o incluso en el mundo
britano....a la vez que define muy bien a los personajes centrales, sin entrar
en profundidades psicológicas,
nos hace comprender las emociones y las tensiones que han de vivir los
personajes principales de la
historia: del propio Antígono y su socio Bostar, así
como sus distintas amantes e hijos; los hermanos Barca, y
los enlaces matrimoniales de las hermanas, con Asdrúbal el bello y con Naravas;
el terrible y sanguinario Hannon, cuya constante oposición a los Bárcidas, apoyado por la
Gerusía púnica,
frenó muchas
posibles victorias sobre los romanos y amargó los triunfos que a pesar de todo Amílcar, Asdrúbal y Aníbal fueron capaces de llevar
adelante.
La
narración
alterna las aventuras de Antígono: viajes, amores, negocios y amistades, con
pasajes en los que se describe la situación política y
militar, o el lector participa en grandes batallas, cruza los Alpes con Aníbal y se encharca en los pantanos
junto a sus tropas, escuchando el barritar de los elefantes o los gritos de las
tropas antes de la batalla.
Todo
ello presenta un panorama histórico general en el que a la vez que entramos en algunos
hechos concretos, sobrevolamos otros muy por encima, saltando periodos de
tiempo y resumiendo lo que ha ocurrido mediante el recurso a cartas que Antígono envía o
recibe, a su socio Bostar, o a su hermano Atalo, o a su amante de turno, a Aníbal o a Amílcar. En ellas pone al
corriente del estado de cosas al lector cuando el lapso de tiempo ha sido
grande.
Si
todos los miembros de la familia Bárcida salen bien parados desde el punto de
vista del banquero heleno, es Aníbal el que aparece como el elemento más destacado, el héroe casi homérico. Aníbal mantiene una fuerte amistad con Antígono, una especial ligazón, a pesar de la diferencia de edad, que hace que Antígono
mire y proteja a Aníbal
casi como un padre. También hay
que destacar que Haefs/Antígono presenta a Escipión el Africano como un digno
rival del estratega púnico, y
como un hombre de honor, además de un militar competente. Pero la mayor admiración es para el héroe, Aníbal, en su lengua, Khenu Baal, Gracia de Baal. Templado,
racional, valiente, igualitario con sus tropas, con las que tenía un gran carisma, justo en sus
decisiones y luchando siempre a contrapelo del gobierno de la metrópoli, abandonado a su suerte en el
sur de Italia, pero siempre victorioso hasta la derrota final, Aníbal es la encarnación del héroe clásico, un nuevo Aquiles o Alejandro. Y no es el primer héroe militar al que los políticos marginan, temerosos de su poder. La confrontación entre las dos facciones políticas púnicas es constante. En Roma
también la había, pero
en este caso, Haefs ha tomado posición. La historia de las guerras púnicas ha sido escrita por los
romanos, dice, y lo que desea es mostrar que ha pasado desde la otra orilla del
Mediterráneo.
Comienza
y acaba con prólogo y
epílogo la
última remembranza, el último encuentro entre ambos amigos
previo a la muerte del héroe y
presagiando la muerte del narrador, que iniciará un simbólico viaje por el Nilo, hacia el más allá. También están
cargadas de simbolismo las espadas que Antígono encarga a un herrero britano y
que repartirá como un
regalo entre sus hijos y los hijos de Amiícar. En el repaso final a toda su
vida, el banquero heleno recordará armas y portadores, ya desaparecidos, al llegarle la última misiva de Aníbal, junto a los restos de su espada britana.
Gisbert Haefs (Wachtendonk, 1950) estudió Filología inglesa e hispánica. Es un escritor prolífico que aborda diversos géneros, desde el policíaco al histórico, y un traductor comprometido con la literatura. En España ha publicado numerosos títulos, como Rajá, Troya, su aclamado Aníbal: la novela de Cartago, La amante de Pilatos, El jardín de Amílcar y muchos otros. Es a su vez traductor y editor en Alemania de la obra de Bioy Casares, Rudyard Kipling y Jorge Luis Borges, entre otros.