FERNANDO DE VILLENA
Ediciones Evohé, 2014
La
biblioteca personal es algo muy propio, muy íntimo, muy privado. Abrirla al público es
abrir nuestra alma, por así decirlo. Es
casi como abrir nuestro diario…Porque los lectores
somos, en gran parte, lo que leemos. De
nuestros autores favoritos tomamos ideas, paisajes y paisanajes, quizás son favoritos porque nos dicen cosas que nos hacen
pensar, o lo que queremos oír, o lo
que ya pensábamos antes de leerles y nos lo confirman con bellas
palabras….Todo cabe. Lo cierto es
que los que hemos leído mucho,
(aunque nunca suficiente) siempre estamos dispuestos a hacer una lista de
aquellos escritores que conformarían nuestra
biblioteca en una isla desierta…o, siendo más realistas, en la isla que supone nuestro
estudio doméstico, esa habitación propia que la gran Virginia (una escritora, que,
por cierto, está ausente en el libro) nos recomendaba con toda la razón del mundo.
El escritor
granadino Fernando de Villena aporta con este libro su granito ( o más bien, su saquito) de arena con el loable propósito de proponernos su biblioteca ideal. Aunque en esto de seleccionar libros de
obligada lectura siempre intervienen las variantes personales, los gustos de
cada lector, que hacen de la lista algo no tan ideal sino más subjetivo, más cercano a
la personalidad de cada uno. Cierto que hay autores que son universales y que
entran en todas las listas, pero como comprobaremos en la que Villena nos
propone, hay muchos que no están, a cambio,
claro, de ausencias que a alguno pueden parecerle imperdonables.
Aunque
escritor y poeta, Fernando de Villena también es profesor de literatura, y a todo profesor incluso aunque deje de
impartir clases, le queda un estigma, un cierto olorcillo a academia, a
escolar, algo inevitable, que, como una vieja cicatriz, sigue incorporada a su cuerpo,
aunque los años la vayan diluyendo.
Villena
divide el texto, cual si de una enorme estantería se tratara, cuyos estantes va llenando, clasificándolos por secciones, literaturas nacional e
internacional, y por periodos históricos
correlativos. Esos periodos nos son mostrados como paralelos a su iniciación en la lectura (de ahí que recuerde la forma de diario), por lo que comienza un breve y
curioso capítulo dedicado a los tebeos. Muestra después las obras que le
hicieron entrar en la comunidad lectora, obras que le impresionaron, otras que
le sirvieron de consuelo en sus momentos bajos, y otras que considera
imprescindibles para todos aquellos que aman la literatura. En el
comienzo...era el Verbo: comienza, pues, por la Biblia. Homero, Virgilio, ...y
de ahí hasta nuestros días. Mucho y muy comprimido, podría decir alguno.
En la
clasificación, pues, tenemos al
profesor y en la redacción, al escritor de diarios. Pero Villena no solo
recomienda un libro por apartado, sino que al referirse a él, da noticia de otros muchos libros, por lo que aquí tenemos al lector y al especialista; y además, en sus comentarios y reflexiones, transmite esa
emoción que sintió al leer tal o cual obra, sobre todo poesía, citando versos, poemas, voces, adjetivos, …. Y aquí tenemos al
poeta.
Hay, sin
embargo, en esta personalísima selección, un deje de pesadumbre, una repetida referencia a
la situación actual, calificada como
una segunda edad oscura, en la que el autor se lamenta del desinterés por las letras, de la
preponderancia del producto/libro sobre la calidad literaria de los textos, de la sempiterna
marginación de las letras en España, …y no es que le falte razón en sus quejas, pero en mi opinión, es algo tan obvio que no necesita tanta
insistencia. Le notamos dolido, indignado, a veces.
También hay una preferencia en su elección por la poesía y los
poetas, preferencia lógica por la
trayectoria de Villena, que se inclina más hacia la poesía, aunque no abandone la ficción y el ensayo. Y sin embargo, se nota una ausencia,
la del mundo femenino en la literatura. De pasada cita a Emily Dickinson, a
Mary Shelley, dedica a Doña Emilia Pardo Bazán un
apartado, sí, pero visto en general,
parece como si la literatura que él prefiere
haya sido la protagonizada por el género
masculino. No es que por ello debamos acusar al autor de misógino, de ningún modo, sólo que resulta llamativa esa carencia.
Tras el
recorrido por la historia de la literatura, destacando las lecturas preferidas,
finaliza el libro con un apartado donde nos habla de los autores que el autor
ha conocido personalmente y cuya obra considera muy destacable. De cada
escritor que destaca, elige una obra o una antología, porque para él le resulta
más relevante o considera que le ha impactado personalmente más que otras. Los
escritores del siglo de oro, época que Villena ama y conoce profundamente, se
explayan e inundan las páginas del libro. Y lo hace de un modo muy llano, de tu
a tu, muy directo al lector.
Villena
quiere enseñar deleitando. Y si vamos con calma, leemos un trozo hoy y
otro mañana, efectivamente nos deleita. En suma, esta obra nos sabe a una
mezcla de diario y de manual, un libro
que no se debe leer de seguido, porque puede resultar algo agotador, por la
cantidad de nombres y datos aportados en cada breve apartado. De hecho, el
propio autor aconseja en el prólogo la lectura alterna de varios libros a la
vez, según el espacio donde estemos leyendo: no se puede leer a Shakespeare en
el metro, como tampoco la Odisea en la playa, por mucho que Homero nos hable
del mar y de las playas mediterráneas. La poesía requiere lectura breve y
momentos de placidez y quizá nocturnidad, y el Quijote no es aconsejable
llevarlo a una ruidosa cafetería, ( o al menos, no es el sitio ideal para su
lectura). Y en la medida que a lo largo
del día cambiamos de espacio (salvo especial confinamiento carcelario u
hospitalario) Villena nos recomienda alternar.
Libro que
abre muchas puertas, anima a leer a autores que quizás no hemos tenido en
cuenta, o a releer clásicos olvidados, cuenta anécdotas según va recorriendo su
desarrollo personal y el desarrollo literario, comenta ideas o compara unos
textos con otros... Didáctico y pedagógico, sin ser un manual académico, define
a su autor a la vez que aplaude las buenas lecturas y el gozo de leer.
Escritor y poeta español, Fernando de
Villena (Granada, 1956) es
conocido por su obra poética, muy influenciada por el siglo de oro, además de
por sus novelas y ensayos, donde ha tratado con frecuencia el género histórico.
En la actualidad combina su trabajo como profesor de literatura española con su
carrera como creador.
Ariodante
Julio 2014